Si el mundo de la construcción es
básicamente masculino, la propuesta de Gabriela Izcovich[1] –
con una importante trayectoria en el quehacer teatral - utiliza andamios
sensibles pero resistentes, lugares por donde transitan mujeres que saben de su
oficio: yesista, electricista, albañil,… Un dato interesante es que UOCRA
Cultura acompaña al espectáculo y según lo conversado con ellos “en este
momento en el país hay 5000 mujeres albañiles. Y son muy requeridas. Parece que
para los trabajos de terminación son estupendas.”[2]Bocas
de Registro tiene una estructura cómica a partir de la cotidianidad
femenina: para el almuerzo, la comida sana y sin pan reemplaza el clásico
asadito y el agua mineral al tinto. Surge la duda: ¿qué son las bocas de
registro? Parece ser un elemento indispensable en cualquier construcción y se
pueden encontrar de varios tamaños y de diferentes materiales. Entonces,
podríamos pensar que a partir de un término tan técnico la obra teatral
construye el día a día de los cincos personajes femeninos, un mundo que
reemplaza “fuerza bruta” por “buena onda” y ternura. Mujeres de la vida diaria
que se levantan temprano y superan el frío, que conversan de cosas simples:
Eulalia tiene un pequeño niño y cree encontrar el amor a primera vista en
Armando; Penélope lo que teje durante el día lo desteje a la noche tratando de
no escuchar su soledad; Roberta atrapada en un triángulo amoroso con el joven ingeniero;
Jorgelina llora por el abandono de su pareja al recordar los buenos y malos
momentos vividos; y, por último, Mireya es la más joven y cada día trae
preguntas filosóficas para sus compañeras. En un espacio escénico realista,
saturado con baldes, bolsas, espátulas, palas,…, la cuadrilla femenina que
utiliza guantes, borceguíes, cinturones y cascos de seguridad, no pierde su
esencia natural. Al inicio, una por una van apareciendo las cinco mujeres, en
cada recoveco de la sala extendiendo el espacio lúdico, para presentarnos su
historia personal - para hablarnos del amor, de la soledad, de los hijos, de
llegar a fin de mes,... Las actrices con el humor a flor de piel van construyendo
el mundo inacabado de un día cualquiera y casi al finalizar la jornada
encuentran a un solitario hombre, Claudio, que no se avergüenza de decir que
sufre por un amor de su adolescencia, fusionándose así lo cotidiano con lo
fantástico. La sonrisa y el humor constante dan cuenta que si bien es una
ocupación laboral poco usual entre las mujeres ante todo son féminas. Las
buenas actuaciones, las miradas y los tonos, le dan una textura especial al
texto espectáculo y la musicalización en vivo, con los objetos disponibles en
el espacio escénico, es una experiencia rítmica que le otorga un plus extra,
además del ritmo sostenido de la puesta en escena que le da color a la
comicidad y nos va llevando hacia un desenlace muy creativo.
Bocas de
Registrode Gabriela Izcovich. Con la actuación
de: Malala Giaccio, Claudia Mac Auliffe, Sonia Novello, Miguel Rausch, Mariana
Rodríguez, Vilma Rodríguez.
Música original: Lucas Fridman. (Excepto percusión en
vivo. Autoría de Miguel Rausch). Asistente de Dirección: Marco Riccobene.
Diseño de Iluminación: Ricardo Sica. Escenografía: Tati Marioni.
Fotografía: Marco Riccobene. Prensa: Mac and Nov. Dirección General:
Gabriela Izcovich. Teatro La
Carbonera.
[1] Es
dramaturga, directora, actriz y docente, también a realizado diferentes
adaptaciones. Ha trabajado en cine y ha recibido varios premios en distintos
rubros. http://www.gabrielaizcovich.com.ar/perfil.php
(05/08/2013)
En un espacio construido sobre un tablero de ajedrez, donde como en la vida cada movimiento provoca el siguiente, desde lo simbólico en pares de zapatos de tacón que señalan el pasaje de la pubertad a la juventud, de la niña a la mujer, tres actrices narran desde sus cuerpos y sus voces, con pasos lentos pero firmes, historias que las involucran en su individualidad y en el narrar desde el género las relaciones entre ellas mismas, con el espacio como un continente, a veces protector, a veces enemigo, y con el espectador, como testigo / cómplice de las mil y una mujeres que nos habitan. Las textualidades de Sanchis Sinisterra1 son trabajadas por Anabel Cristóbal para construir un universo profundo y vívido de esa otra realidad que se esconde tras la rutina diaria, tras el decir convencional, tras el silencio. De generación en generación, el hilo del relato no se pierde, porque ni la muerte, destino sin retorno aparente, es atravesado por el deseo de no romper con ese diálogo de siglos, y entonces la tía Sara debe saber aún después de muerta, aquello que su sobrina oculta en su corazón. Sus textos nunca son convencionales, Sinisterra siempre trabaja en el límite, “la fundación en 1977, de teatro fronterizo, marcará el inicio de una nueva e importante etapa en su trayectoria. A partir de ese año, su actividad como dramaturgo y director se ligará estrechamente a ese proyecto, definido en el manifiesto que entonces distribuyó el grupo: “como un lugar de encuentro, e investigación y creación, una zona abierta y franqueable para todos aquellos profesionales del teatro que se plantean su trabajo desde una postura crítica y cuestionadora”. (Espinosa Domínguez, 1188/89) Construye una litera/dramaturgia, que no reniega del efecto cuestionador de la palabra, de su fuerza creadora, de ver el teatro desde la literatura, pero no como puro juego estético sino como una manera bella de exponer el contenido ético de su pensamiento crítico. “De la lingüística, la semiótica, el minimalismo, la literatura, el marxismo y otras disciplinas se ha nutrido Sanchis Sinisterra para estructurar y perfilar su método de trabajo. En su escritura andan, debidamente asimiladas, las aportaciones de Brecht, y por supuesto, de Beckett. Queda incluso algo de hedonismo valenciano, perceptible en la sensualidad que - si, señor – hay en su teatro.” (1190). El espacio lúdico, el tablero de ajedrez, con sólo una silla y los zapatos estratégicamente dispersos, funciona como el límite invisible para el desarrollo de la acción dramática. Una cuadrícula donde se desarrollan los cinco actos y en el último –“Sangre lunar”- las palabras que se repite en eco, “¿Cómo se dice?”, es una manera de buscar un lenguaje para aquellas preguntas que todavía no tienen respuesta. Las tres actrices forman un imaginario triángulo y desde allí casi inmóviles –como en toda la obra con mínimos desplazamientos- alcanzan el clímax pero sin cerrar el conflicto. La iluminación esquiva parece mostrar a cada personaje desde su interior y sin tener en cuenta su forma exterior. Así la sutil transparencia de las túnicas, atemporal y sugestiva, insinúa cada cuerpo femenino pero no como “objeto de deseo”, sino como un cuerpo atravesado por diferentes construcciones sociales. No es la supervivencia del más apto, sino de aquellos seres más sensibles. Las tres actrices –Arantza Alonso, Ruth Pallejá y Zaida Rico- crean una corporalidad femenina en su sentido más amplio, una corporalidad con volumen, con espesor y sin sentimentalismo. La poca movilidad gestual de los diferentes personajes dice tanto como la fuerza de sus palabras, que emergen con la intensidad que el texto dramático requiere. Un texto construido por Anabel Cristóbal a partir de otros textos del autor2, y que Dora Milea recrea en las acciones, y constituye desde un hilo conductor cuyo punto de vista es el universo femenino. Pero, el texto espectáculo va más allá, porque aglutina a todos los sistemas significantes y le otorga múltiples sentidos, como si estallará en pequeños cristales, nunca iguales y siempre misteriosos.
Espinosa Domínguez, Carlos, 1992. “La conquista en el tablado de los
cómicos” en Teatro Español Contemporáneo, Antología. Madrid, España:
Fondo de Cultura Económica.
Mujeres de ambas clases de Anabel Cristóbal sobre textos de José Sanchis
Sinisterra. Elenco: Arantza Alonso3, Ruth Pallejá4, Zaida Rico5.
Escenografía y Vestuario: Alejandro Mateo. Realización de vestuario:
Susana Sánchez. Iluminación: Leandra Rodríguez. Producción sonora:
Julieta Milea. Fotografía: Akira Patiño. Diseño gráfico: Sergio Calvo.
Edición de video: Zaida Rico. Dirección: Dora Milea. Teatro La
Carbonera.
1 José Sanchis Sinisterra (Valencia, 28 de junio de 1940), dramaturgo y
director teatral español, es uno de los autores más premiados y
representados del teatro español contemporáneo y un gran renovador de
escena española. Sanchis Sinisterra es también conocido por su labor
docente y pedagógica en el campo teatral. Vinculado al estudio y a la
enseñanza de la literatura, ha reivindicado siempre la doble naturaleza
–literaria y escénica–, del texto dramático. Además de sus obras, en su
faceta de investigador y divulgador, Sanchis Sinisterra ha escrito
numerosos artículos sobre teatro y participado en diversos coloquios y
congresos dedicados al arte dramático.
2 El material extraído pertenece a las siguientes obras de José Sanchis
Sinisterra:
Mal dormir: Dos hermanas. Una acaba de llegar a la ciudad escapando del
pueblo y la otra malvive en la ciudad trabajando de limpiadora. Mientras
ésta lava los urinarios, se intentan también limpiar los sucios
recuerdos de familia. Ambas negocian con sentimientos y recuerdos para
llegar a un cambio de roles y de destinos
Dos amigas: Las une la figura de un hombre, el hermano de una, el amor
de la otra. ¿Rivalizan? ¿Es él lo que realmente las une? Si se
despedaza una mentira, los pedazos son la verdad. (ESTRENO MUNDIAL).
Valeria y los pájaros: Obsesionada por ponerse en contacto con el
espíritu de su único amor de quien se enamoró cuando tenía quince años y
que murió poco después. En sucesivas sesiones de espiritismo desfilan
ante ella familiares, conocidos de él.
La máquina de abrazar: Un viaje hacia el sentido de la existencia que
camina junto a la necesidad humana de comunicarse.
Sangre lunar: Nos recuerda cómo nos relacionamos con las diversas
presencias ausentes que nos rodean en nuestras vidas". Un lenguaje en
busca de una forma: planteando recorridos hacia preguntas sin respuestas
3 Arantza Alonso es una actriz formada en España con Jorge Eines, Carmen
Vals, Vasily Protsenko y Daniel Giménez. En Argentina completó su
formación con el maestro de teatro Raúl Serrano. Incursionó en
danza-teatro e investigó otras técnicas corporales con Guillermo
Angelelli, Adriana Barenstein, Eliana Bonard, Osvaldo Bermúdez, Déborah
Kalmar, entre otros. Estudia el Profesorado de Expresión Corporal en el
Instituto Universitario Nacional de Artes. Además es Licenciada en
Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid. En
España comenzó como actriz de teatro en la compañía “El Clan”, de la que
fue cofundadora. En Buenos Aires, forma parte del Grupo
[Pluscuamperfecto] cine-teatro y trabaja con diferentes directores,
destacando su papel protagónico en "Últimamente sueño Fernández". En
cine, trabaja en la película "Lo mejor del mundo" de Julián Lucero y en
cortometrajes coprotagoniza “Pelonas” y “El puesto de los sueños”,
premiado en España e Italia. En televisión, participa en la serie
"Vientos de agua" de Juan José Campanella. Además, es docente de
Expresión Corporal, co-dirige el entrenamiento para actores “La poética
del cuerpo” y coordina los seminarios “La Energía del Intérprete” en
Madrid, Munich y Buenos Aires. En 2009 crea KHOA y es miembro de AEBA
(Actores Españoles en Buenos Aires).
4 Ruth Pallejá es actriz de teatro y cine, trabaja en locución, realiza
música para teatro. Docente y participante en varios proyectos Fundadora
del proyecto AEBA (Actores Españoles en Buenos Aires) Compositora y
cantante del proyecto musical “Kodama”. En proceso de creación: Granos
de uva en el Paladar de Susana Hornos y Zaida Rico, Como canta una
ciudad de Noviembre a Noviembre de Federico García Lorca. Son sonetos
(sobre textos de W. Shakespeare) Dir. Jorge Rod
5 Zaida Rico es Actriz española, residente en Buenos Aires. Comienza a
estudiar Ballet Clásico y Danza Española a muy temprana edad en el
Conservatorio de Danza de Alicante. Al finalizar sus estudios de danza
de Grado Medio, se traslada a vivir a Valencia, donde es Licenciada en
Arte Dramático por la Escuela Superior de Arte Dramático de Valencia. En
los próximos años vive entre Madrid y Barcelona complementando sus
estudios de Actuación con José Sanchís Sinisterra (España), Assumpta
Serna (España), Raúl Serrano (Argentina), Emiliano Bronzino (Italia),
Juri Krasovskij (Rusia), entre otros. Es becada por Casa de América de
Madrid para realizar estudios de Dramaturgia y Dirección con Rodrigo
García (España), Sergi Belbel (España), Benjamín Galemiri (Chile),
Fernando Rubio (Argentina), entre otros. Paralelamente complementa sus
estudios de Danza con diferentes técnicas de Danza Contemporánea con
Lipi Hernández, Eva Bertomeu y Marta Carrasco; y Danza Butoh con Hisako
Horikawa (Japón). A finales de 2007 se traslada a vivir a Buenos Aires,
donde continúa su formación actoral con Ricardo Bartís, su formación
corporal con Paula Argüelles y Viviana Iasparra y su formación vocal con
Andrea Aschieri. Realiza diversas obras de teatro y danza en Valencia,
Madrid y Buenos Aires.
Las vueltas de la vida, o gira, gira, bella Catalina.
Azucena Ester Joffe, María de los Ángeles Sanz
En el espacio de La Carbonera dos son las piezas que se presentan de la actriz y autora dramática Heidi Steinhardt, El sepelio y El trompo metálico; esta última, en su quinta temporada1. La puesta se desarrolla en un espacio único, que sin embargo, es utilizado en dos niveles; antes de que comiencen las acciones, el personaje de Catalina (Carla Pessolano), en lo que simularía una buhardilla, desde arriba, lee ante la presencia del público, unos versos en francés. La lengua extraña, la lengua otra, es marca de distinción de una clase social, que es a la que los personajes de esta singular familia pertenecen. Lengua que por otra parte, está relacionada con la dependencia cultural del país, ya que desde siempre se consideró a Francia como la cuna de la cultura, y el paraíso intelectual al cual la élite quería acceder, ya desde los lejanos tiempos de El Salón literario (1837), en un tiempo y un territorio que buscaba construir su identidad bajo el gobierno de Rosas2. El vestuario, y los escasos elementos que componen la escenografía, no permiten establecer la temporalidad histórica, en realidad, luego veremos que son anacrónicos en relación al discurso; cuando Magdalena, la madre (Greta Berghese), comienza a narrar una desopilante autobiografía que enlaza la historia personal y la Historia nacional, desde una visión sesgada y tendenciosa. La relación de un padre autoritario (Diego De Paula), soberbio, que desprecia a todo y a todos, con las dos mujeres de la casa, es oscura y perversa; la relación entre la madre y la hija es desconcertante, por la ausencia de sentimientos maternales; inquietante en la aceptación del discurso patriarcal que el personaje sufre y reproduce, como si pudiera exorcizar en la hija su propia frustración, más allá de la evidente competencia que se establece entre ambas, ¿pura ficción teatral, o la lógica causal de una sociedad donde prima la voz masculina?, una sociedad que se siente amenazada en la figura paterna, y pretende en su sistema represivo, sostenerse a sí misma. El discurso histórico atraviesa la textura de la intriga, pero lo hace desde la parodia; los personajes están construidos desde la tipificación de clase; la enciclopédica instrucción que el padre pretende de Catalina, la rigidez de la educación, la lucha por ser la primera, el ‘deber ser’ de sobresalir para no humillar a sus progenitores, desplaza dentro de ese círculo vicioso, la palabra solidaridad, ignora la palabra amor; conceptos que son vistos por los integrantes mayores de la familia como sinónimo de debilidad. La puesta tiene una ajustada relación entre el texto, las excelentes actuaciones y la dirección, y logra desde la teatralidad y la conformación de personajes un fresco, una mirada despojada sobre las relaciones humanas; junto con la música, que construye el clima necesario para ese mundo claustrofóbico que compone ese triángulo familiar, excluyente y exclusivo. El trompo metálico es una crítica a la educación que recibimos, ajena a la realidad, que sólo sirve para el juego competitivo, es una crítica al orden hipócrita familiar, y es por elevación un reflexión de la sociedad que supimos conseguir. En el vértice la jerarquía familiar el padre y es quien regala a su hija en cada cumpleaños un trompo; entonces, la pregunta casi obligada es ¿por qué? La escritura escénica da cuenta del sinsentido en que viven los personajes, a partir de los distintos sistemas significantes. Desde el vestuario que nos ancla en un tiempo suspendido al espacio escénico dividido por la oposición: a la derecha el pupitre de Catalina y a la izquierda el escritorio de los padres; el centro está destinado para el pizarrón, el único testigo mudo de la violencia psicológica y física ejercida por los padres. Pero es también en este centro, remarcado por la iluminación, donde la adolescente baila dando giros, donde sufre las agresiones, donde luego juega con su nuevo trompo y donde, en un determinado momento, parece tomar conciencia de que el mismo impulso que hace girar al trompo la puede impulsar a ella fuera de este circulo vicioso, opresivo y diabólico. A la pregunta ¿por qué no cae el trompo? Catalina parece descubrir la respuesta: la fuerza vertical ejercida sobre el trompo por el suelo es igual a su peso, por lo tanto, la fuerza resultante vertical es nula. Como nula es la fuerza de la relación familiar, como si se hubiese abortado antes de engendrar una nueva vida. Este es el clímax que alcanza el hecho espectáculo minutos antes de terminar, cuando Catalina comienza a girar por su propia fuerza y el público retoma su respiración normal.
El trompo metálico de Heidi Steinhardt. Elenco: Greta Berghese, Carla Pessolano, Diego de Paula. Diseño de vestuario: Heidi Steinhardt. Asistencia de dirección: Juan Fináis. Colaboración en iluminación: Leandro Fretes. Teatro La Carbonera.
Steinhardt, Heidi, 2008. “El trompo metálico” en Obras premiadas. Concurso Colihue Teatro 2008. Buenos Aires: Colihue Teatro.
1 El trompo metálico se estrenó en 2007 en el marco del proyecto Óperas primas en el Centro Cultural Ricardo Rojas y fue seleccionada para la Fiesta del Teatro de la Ciudad de Buenos Aires; fue varias veces premiada. Su autora, Heidi Steinhardt, (1977), es además actriz y directora, realizó estudios de danza clásica y moderna, expresión corporal, cursos de actuación con Patricia Hart, entrenamiento para actores con Julio Chávez, seminarios de actuación con Helena Tritek, Guillermo Angelelli y Patricia Stavinsky. Cursó un año y medio de Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Buenos Aires, pero luego se dedicó por entero al teatro. También siguió la carrera de Artes, y se dedica a la docencia.
2 Desde algún punto el vestuario, aunque no determinante, en sus contrastes de colores, la fuerza del rojo en la vestimenta de la madre, y el traje del padre que señalaría un tiempo otro, sugiere una lectura que atraviesa nuestra memoria histórica. La relación que establece Steinhardt en la pieza, de un triángulo familiar en clave paródica, recuerda al que construyera Griselda Gambaro en La mala sangre, pieza de 1982 como tiempo de enunciación, y de 1840 como tiempo del enunciado; donde la fuerza del discurso patriarcal dominaba la vida de los personajes. En el texto de Gambaro la metáfora política, clara en su concepto, daba cuenta de un momento y un lugar presente en una mirada vuelta hacia el pasado. En la pieza de Steinhardt, la tragedia se transforma en una lectura grotesca de los vínculos que finalmente son transgredidos por la fuga de Catalina; las situaciones nos permiten ser testigos de nuestro propio ridículo y reírnos de nosotros mismos.