jueves, enero 24, 2013

Las reinas del Strip, una creación de Reina Reech


Entre la Revista Porteña1 y el Cabaret berlinés, la propuesta de Reina Reech ofrece un espectáculo bien logrado, con un muy buen grupo de bailarines que se expresan con sus cuerpos en diferentes cuadros temáticos de belleza plástica, donde el centro del relato es el sexo y la desnudez. Nuestros deseos y nuestras represiones son atravesadas por la música y la luz que juega sobre los cuerpos y transfigura la imagen en una pantalla que además aporta desde el mito hasta la pintura, (Las tres gracias, de Rubens) pasando por la religión, otro lenguaje a decodificar junto al vestuario que luego caerá para dar paso a la presentación de una coreografía realizada por cuerpos trabajados desde el baile y que no ofrecen el clásico físico de la vedette. La Revista Porteña, heredera de la Revista criolla, a su vez heredera del género revisteril español,  nace con la llegada al país del grupo francés de Madame Rasimi (1922), que trajo la novedad de los torsos descubiertos de las chicas de la compañía, a un espectador acostumbrado a las canciones y los monólogos de doble sentido pero no a la contemplación de los cuerpos desnudos. El show comienza con la entrada por la platea del grupo, con lujosos, insinuantes y funcionales vestidos y estilizados peinados. La intervención de la presentadora, que funciona de nexo entre lo que ocurre en el escenario y el público, logra darle ritmo y picardía a su segmento, ya que es quien lo interpela con preguntas sobre el deseo, el sexo y sus posibilidades; tiene además la atracción del cambio frecuente de vestuario, tarea realizada por Manuel Fuentes Bermúdes y María Laura Demichelis, que logran una labor donde juegan el brillo y la imaginación:

Es un tiempo sin tiempo, que pasa por reformular un vestuario con verdaderas reliquias atesoradas por Mónica Mendoza en la sastrería del teatro, a los que agregué vestidos de mi mamá Ámbar La Fox, que guardaba con muchísimo amor y que hoy también brillan en nuestro Kabaret, con la magia de ser de la misma talla exacta de quienes hoy tienen que usarlos.
(R. Reech)

La temática como afirma la directora en el programa de mano se remite al seminario sobre el tema dictado por Marcela Luchetta sobre “la sexualidad en la nueva era”, y la estructura a la manera del viejo cabaret de Berlín de entreguerras donde música y baile se conjugaban hilvanados por la palabra de un presentador quien tenía a su cargo introducir los cuadros y exponer un humor ácido y escatológico. Los cuerpos trabajados, ofrecen además sus habilidades acrobáticas y el manejo corporal que recuerda a una vedette de trayectoria diferente como Nélida Lobato2, a quien junto a Ethel Rojo, la directora le dedica su espectáculo. Por esta vez, el objeto del deseo no es sólo el cuerpo femenino para un público heterogéneo que habita la platea, sino también el único cuerpo masculino que integra el grupo, Gabo Usandivaras, que juega a ser el objeto sexual de sus ocasionales parteneriers. El Maipo3 es un espacio que tiene una extensa trayectoria dentro del teatro de Revistas, la sala Maipo Kabaret desde 1994 comienza un ciclo ininterrumpido bajo la dirección de Lino Patalano. Por su escenario han desfilado desde figuras como Norma Aleandro y Alfredo Alcón, Julio Bocca y Eleonora Cassano, Les Luthiers, o las ya legendarias Gambas al ajillo, que en el año del inicio de su actual etapa, presentaron su recordado trabajo Las gambas gauchas (1994).




Las reinas del Strip una creación de Reina Reech. Elenco: Flor Beltramo, Evangelina Bourbon, Sol Camardella, María Laura Cattalini, Sabrina Lis Gay, Martina Lupardo, Martina Nikolle, Bárbara Reali, María Valencia y Gabo Usandivaras. Música original: Mauro García Barbe. Coreografía: Vanesa García Millán. Dirección de vestuario: César Juricich. Dirección general: Reina Reech. Producción ejecutiva: Mano Szreszavsky. Stage Manager: Griselda Martínez. Operador de luces: Mariano González: Operador de sonido: Cristian Belvedere. Asistente de coreografía: Evangelina Bourbon. Realización de vestuario: Manuel Fuentes Bermudes, María Laura  Demichelis. Diseño de video: Pablo Rodino. Diseño gráfico: Igor Cugat, Luciano Rodofili. Fotos: Christian Inglize. Prensa: Duche – Zárate.






Dávila, Valeria, Orozco, Andrea, 1999. “Bataclanas y Vedettes en la noche porteña” en Todo es Historia, N· 384, Julio.




1  “Entonces, el 22 de mayo de 1922, con el rótulo luminoso “Paris chic”, el Opera se convertiría en el protagonista de la noche porteña. “De pronto, en ese ambiente alegre y espumoso del Buenos Aires de la época, apareció Madame Rasimi con su Ba-Ta- Clán importado de París. La vieja Opera – por donde ambulaban las sombras de los grandes cantantes- se pobló de elegantes siluetas, de cuerpos venusinos, de gasas y de tules, de plumas y de perlas decorando, como un airón, las cabelleras rubias de las vedettes, cabrillando de lentejuelas y abalorios, bajo la luz de los reflectores” (Julio César Viale Paz en un artículo publicado por Teatro Universal (año 1, N· 1) en 1953, en Valeria Dávila , Andrea Orozco, 25)





2 Nélida Lobato,  Haydée Nélida Menta,  (n. Buenos Aires, 19 de junio de 1934 - íd., 9 de mayo de 1982) fue una famosa bailarina, actriz y vedette argentina. Si bien fue actriz, bailarina y vedette, su imagen siempre quedará asociada a la de vedette; quizás sea la gran “vedette nacional”. Su formación empezó siendo una niña, tomando clases de danza, con una meticulosidad que sorprendía a su propia familia. Su apellido lo tomó prestado de quien fue su primer marido, y a su vez su mentor en el mundo del show, Eber Lobato, prestigioso coreógrafo de aquellos tiempos. Fue “Chicago”, uno de los puntos máximos de su trayectoria. Ahí descolló junto a Ámbar La Fox en una temporada de un año, con gran aceptación de público y de crítica. Víctor Laplace era su nueva pareja, quien recuerda que si bien Nélida no tenía una militancia política definida, siempre se mostraba muy sensible ante la problemática social y de los laburantes del gremio en particular. Fue también actriz de cine y televisión.

3 “En la calle Esmeralda al 400 el Scala –actualmente Maipo- era, según Sosa Cordero, una sala “de las que se la traen (…) El couplet picantito, el diálogo alegre, el travieso Can can, están allí a la orden del día. (…) Fue en esa misma sala luego llamada Esmeralda el debut en 1916 del dúo Gardel / Razzano.  En 1922 el teatro Esmeralda cambiaría nuevamente su nombre, esta vez por de Maipo. (Dávila, Orozco, 16).






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