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miércoles, mayo 11, 2011

Canciones para perros de Javier Dubra

Teatro Defensores de Bravard

Cuando la familia es un triángulo escaleno


María de los Ángeles Sanz


La escena teatral, signada por la multiplicidad de géneros, atravesada por todas las disciplinas artísticas y los lenguajes sígnicos, presenta un extenso panorama en cuanto a la realización de las puestas en cartel. Es común encontrarnos con dispositivos tecnológicos que resuelven la escena o la extraescena a partir de pantallas, carteles, pinturas, voz en off, cintas grabadas, diapositivas, y el juego con los objetos que se refuncionalizan a favor del espesor semántico de la obra. En Canciones para perros nos encontramos con una puesta minimalista en cuanto al uso de objetos y escenografía, que sin embargo utiliza procedimientos de la disciplina fílmica no como un algo más que ayude al desarrollo de la trama, sino de forma constitutiva a la misma. Las secuencias1 que se suceden en la intriga, fragmentadas a partir de oportunos apagones (cortes), tienen la unidad de las llevadas adelante en el cine, es decir son autónomas, por lo tanto el todo de la narración surge como el montaje de momentos únicos donde lo temporal esta atravesado por la subjetividad y no por la cronología. La construcción de los personajes fluye a través de diálogos sencillos donde con las palabras del lenguaje coloquial se puede reconstruir las relaciones entre una madre, un hijo, y un amigo, que busca en esa familia integrarse desde lo afectivo en todos los sentidos posibles. El tema de la toma de posición del espacio del otro, aquél que busca integrarse porque está desarraigado en el mundo del afuera, es recurrente en los trabajos del grupo; en Catán, es estructurante la llegada de cada uno de los personajes que se unen también al pequeño grupo familiar. Como también aparece la contradicción entre las diferentes capas de la sociedad; clase media, clase baja, pero sin definiciones de libro, sino en el tramado inestable que la realidad presenta cotidianamente. La necesidad de afecto, la incomunicación entre aquellos que tienen la suerte de tener un lugar de convivencia, el deseo y la represión, son expresados de forma natural, sin juicio de valor alguno, con humor, describiendo una situación, y luego otra, en un corte sincrónico de la historia de esos seres, pequeñas islas solitarias, que se necesitan y se rechazan. En un mundo ordenado, pero infeliz, alguien llega a producir un cambio que podría salvarlos de la soledad y la indiferencia; sin embargo, el miedo a lo diferente, la comodidad de lo conocido aunque sea malo, estalla el conflicto y produce cobardemente el alejamiento del otro, del extranjero a ese universo cerrado y claustrofóbico. Pero es el espectador el que debe constituir en la síntesis de las elipsis temporales, aquello que se oculta en aquello que se devela. Los actores desarrollan la construcción desde el exterior, el vestuario, el gesto, las características de personajes comunes, tipificados en su función, una madre sobre protectora, un hijo con una adolescencia tardía, y un muchacho que llega desde el margen, que canta en las calles, o en el subte, y que podría tener un destino más promisorio si tuviera un espacio legítimo de contención. El realismo post modernidad, descree del poder de la palabra, de su valor perlocutorio, es así que deja fluir el acontecimiento en función de lograr desde allí, el nivel de significación. Las canciones no son tampoco integradas con ingenuidad, sino que responden a la situación, como la que Damián, Juan Pablo Susel, el muchacho de la calle, le canta a la madre, un viejo tema de Sandro; o el tema que surge del grabador cuando éste intenta seducir a Álvaro, Carlos Salto, el hijo. El personaje de la madre, que lleva adelante Haydeé del Carril, es construido con humor y picardía, en el doble juego que establece con ambos. Tanto Catán como Canciones para perros, desde procesos diferentes, van constituyendo una poética que retoma viejos axiomas del realismo pero con una naturalidad gratificante y extraña.




Canciones para perros de Javier Dubra. Elenco: Haydeé del Carril (madre), Juan Pablo Susel (Damián), Carlos Salto (Álvaro). Dirección y dramaturgia: Javier Dubra. Asistencia: Lucas Delgado. Vestuario: María Luz García. Escenografía: Javier Dubra/ María Luz García. Colaboración artística: Marina Quesada. Funciones: Viernes por medio. 23hs. Teatro Defensores de Bravard 1178. Parque Centenario. Reservas al: 154 409 9737.









1 Secuencia cinematográfica. Es una acción un tanto complicada en la que se mezclan escenas, planos, lugares. No tienen por qué coincidir en ella el tiempo fílmico y el real. Poseen una unidad de acción, un ritmo determinado y contenido en sí misma. Se puede comparar al capítulo de una novela.




miércoles, abril 27, 2011

Catán


Defensores de Bravard
Cuando la vida es una herida absurda

María de los Ángeles Sanz

La puesta de Catán1 está marcada por el espacio, el lugar del enunciado, un barrio del gran Buenos Aires, Bravard una calle de la ciudad, y una casa, locus de la enunciación, que es el punto de intersección de ambos y que reproduce el deseo de los personajes que narran una historia, y el de los actores que desarrollan sus deseos y el propio, ser los instrumentos de esa narración. También está señalada en la coordenada temporal, de la necesidad del recorte de un momento único en la vida de seres que viven asumiendo como pueden, los obstáculos que la vida pone en su camino. Una historia mínima, si se quiere, pero que va desplegando todas las capas de las que está formada, sumando personajes que complican la rutina de una pareja con su hija. La construcción del relato se va conformando a medida que cada uno de los integrantes van recuperando la relación que los unía en un pasado, pero que contaminada por un presente cruelmente distinto, los convierte en conocidos extraños. La dirección de Javier Dubra2 logra armonizar las actuaciones de manera, que el todo queda comprendido en un aguafuerte, en una pintura de trazos fuertemente delineados que marcan los contrastes que componen el cuadro. Cada uno de los personajes representa una situación social diferente, señalada desde el vestuario, el lenguaje, la gestualidad; creando de esta manera un verosímil hiperrealista que provoca en el espectador la sensación de estar íntimamente ligado al discurrir de los sucesos. Si la realidad exterior los separa, los une el deseo de lograr un espacio propio, donde dar rienda al deseo, donde lamerse las heridas y recuperarse de los errores, propios y ajenos. El otro, es el extranjero que invade ese territorio necesario, e impide ser aquello que se desea. Hasta allí, la historia hacia dentro, hacia fuera Catán es el relato de una sociedad que sin darse cuenta, fue perdiendo los valores que los unían, la solidaridad, la fidelidad a los amigos, el derecho al trabajo, las posibilidades de movilidad a través del estudio, el respeto al otro, que se convierte por miedo en discriminación. Ese afuera marcado por una puerta a la que le falta un vidrio, hace en la puesta de la necesidad virtud, porque provoca situaciones que desbordan humor, trabaja en espejo con la otra, que cortina de por medio, comunica con un adentro que queda fuera de la mirada del público. Lo que no se ve se construye a partir del discurso, el afuera es el momento de la narración, mientras que el adentro es el lugar de las acciones que no necesitan muchas veces la palabra para explotar en acto. El gesto preciso, la mirada justa hace que todo se sobreentienda, y es ahí cuando la complicidad con el espectador se lleva adelante sin romper con la cuarta pared. La obra se propone como una apuesta a un teatro realista de fuerte contornos, llevado adelante por un grupo de actores sensibles que denotan un interesante trabajo de equipo, donde la textualidad dramática es sólo el disparador para la creatividad y la búsqueda en la propia herramienta: el cuerpo; y por una dirección inteligente que logra imprimirle frescura y naturalidad.3

Catán de Defensores de Bravard. Elenco: Diego Benedetto, Luis Contreras, Laura Espinola, Cecilia Rainero, Paula Schiavon, Carla Segalini. Vestuario y fotos: Federico Castellón Arrieta. Diseño Gráfico: Confitería. Asistente: Gloria Magri. Dirección: Javier Dubra. Teatro defensores de Bravard (Bravard 1178) Parque Centenario, sábado 23hs, catan@hotmail.com.ar . Contactos: 011-1544099737





1 González Catán es una localidad argentina ubicada en la zona oeste del Partido de La Matanza, Provincia de Buenos Aires. En 1869 Mauricio Eustaquio Mateo González Catán adquirió 4502 varas [medida española de longitud que oscilaba entre los 768 y los 912 milímetros] de tierra puesta a la venta por Germán Carrizo. González Catán había nacido en Buenos Aires el 22 de septiembre de 1823 y terminado la carrera de medicina a los veintidós años, obteniendo el Diploma de Profesor de Cirugía y Partos. En 1848 realizó el Doctorado. Fue cirujano del Ejército de Justo José de Urquiza y docente en la Facultad de Medicina. Ocupó importantes cargos en la Municipalidad, en Consejos Escolares de la Capital. obtuvo una banca como legislador provincial en 1869 llegando a ser Presidente del cuerpo. Fue convencional de 1870 a 1872, senador en 1877, diputado nacional en 1888, delegado del Consejo Universitario en 1877, decano de la Facultad de Medicina en 1889 y miembro de numerosas sociedades científicas y de beneficencia. Construyó la finca San Mauricio utilizada como estancia de descanso, con áreas productivas dedicadas al autoabastecimiento o, como el resto de las propiedades circundantes, a la producción a pequeña escala para abastecer el mercado local menos sofisticado y abundante. [Según datos de Smith, 1985]. Junto a su esposa, Juana del Carmen Palacios, fueron fundadores del Colegio San Mauricio, donando parte de las tierras que pertenecían a su estancia en el año 1879 y dejando constancia en sus respectivos testamentos. El Colegio albergaba además gran cantidad de niños huérfanos y sin recursos. La Capilla que se encuentra junto a la escuela fue, durante muchos años, la parroquia local. El Dr. González Catán murió repentinamente el 16 de abril de 1895 mientras presidía una mesa sobre tesis doctoral en la Facultad de Medicina. Como homenaje póstumo se le dio su nombre a la localidad y a una calle de Buenos Aires (en el barrio de Villa Devoto). Hacia fines del siglo XIX, antes de que se fundara el pueblo, predominaban los tambos y las quintas y ya se habían instalado las primeras industrias. Había una fábrica de queso y manteca [1886] y un molino harinero, además de avicultura, ganadería, horticultura y fruticultura. Como fecha de fundación del pueblo se toma la del 3 de abril de 1910 en que se realiza el primer loteo de tierras aledañas a la estación.

2 Javier Dubra es actor, autor y director. Se formó con Bernardo Cappa, Ricardo Bartis, Mauricio Kartún y Federico León, entre otros. Actuó en varias obras bajo la dirección de Bernardo Cappa, como "Me dio lástima decirte que no" (2005), "El Aliento" (2005-2007) y "La Novedad" (2009), entre otras. Su obra "Todos los veranos al mar" recibió el segundo premio del Concurso de Guiones de Teatro organizado por Metrovías en 2006. Dirigió "Algo de Hamlet" (2003) y "Me voy, me voy" (2007-2009). En 2009 fue convocado a participar en el Ciclo de Teatro en Construcción del Cine Teatro Brown, con su obra "Actos de Caridad". Durante 2008 realizó un recorrido por más de diez países de Latinoamérica, presentando espectáculos breves, dictando talleres e intercambiando experiencias con diversos artistas en zonas urbanas y rurales. En todos sus trabajos de dirección desarrolló una línea estética que se caracteriza por la ausencia de un texto escrito, la cual continúa y profundiza en "Catán".


3 El grupo tiene un trabajo anterior que se llamó Me voy, me voy, y fue presentada en discontinuidad entre los años 2007 /2009. Allí integraban el elenco tres actores que forman parte del proyecto actual: Diego Benedetto, Cecilia Rainero y Luis Contreras. El proceso de ensayo y los métodos de trabajo en equipo que utilizamos fueron muy similares, y los tres actores "nuevos" que se incorporaron a Catán, se adaptaron a una forma de trabajo que ya teníamos afianzada con los otros tres actores. No existe un texto escrito porque los actores ya saben lo que tienen que hacer y decir, y lo saben mejor que el dramaturgo o director. Asumen el riesgo de la libertad porque conocen exhaustivamente los contornos de la ficción. Pueden salir a escena sin una partitura porque dedicaron cientos de horas de ensayo a inventar y reinventar todo, porque la ficción está en sus cuerpos. Se conocen de memoria e intentan tocar de primera. Estos métodos los seguimos afinando día a día, en charlas o ensayos y claramente vemos una línea de trabajo que comenzó en Me voy, me voy, continua evolucionando en Catán y estará más desarrollada en la próxima obra. Próximamente estaremos comenzando los ensayos de un nuevo proyecto, en el que participan cuatro de los actores de Catán, donde intentaremos profundizar la búsqueda con la novedad de experimentar también con formatos de cine o video, ya que sentimos que el tono de actuación que producimos se puede llevar muy bien con la cámara.





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