sábado, noviembre 03, 2012

Funciones Patrióticas presenta 37 Congreso de revisionismo histórico Nacional | Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino, Iberoamericano e Intergaláctico Guillermo Patricio Kelly



 
En el marco del Festival Escena /2012, y el espacio Elefante, se presentó el grupo que ya tiene una extensa trayectoria en los trabajos únicos, sobre temas específicos de la historia nacional o de los procesos actuales de la realidad social. El tema del revisionismo histórico1 dentro de nuestro mapa cultural tiene también una larga trayectoria, en forma sistemática desde la década del 30 en adelante2. Nacionalismos, de izquierda y derecha, lecturas populares o clasistas, defensores de la historia oficial, la que instaurara Bartolomé Mitre o de la lucha entre federales y unitarios, que recuperan la figura de Juan Manuel de Rosas desde Manuel Gálvez a José María Rosa; son un recorrido donde aparecen héroes construidos desde la palabra o biografías teñidas de miradas subjetivas, hechos analizados desde ángulos diferentes, puntos de vista que tienen que ver con intereses personales, de familia, de clase, de poder; como así también la restauración a la memoria colectiva de grupos ignorados, de realidades ocultas, de lecturas interesadas en invisibilizar una realidad que no coincide con el proyecto de país instaurado. El grupo se hace eco de esta realidad ante el relato de quienes somos y hacia donde vamos, para desde la parodia como es su habitual herramienta de trabajo y desde la ciencia-historia /ficción, dar cuenta de esa inestabilidad emocional que se produce cuando todavía nuestro relato fundacional, apenas doscientos años de instaurado, es un constructo cargado de controversias. Apoyados en la tecnología, ya que del género ciencia /ficción se trata, con una pantalla hacia el fondo del espacio, y el simulacro de pizarras electrónicas, la extraescena se transforma en un universo a cuarenta años del nuestro, donde el sol es un enemigo que nos obliga a estar protegidos desde una ropa anti –rayos, y un fluido que refuerza el efecto, más platos voladores y animales prehistóricos que sobre vuelan la cabeza de los personajes empeñados en una discusión que parece pueril, a toda vista intrascendente. En el espacio escénico, los personajes presentes, con cascos de bicicleta multifuncionales, ya que iluminan, ayudan a la comunicación y protegen de la luz, con una vestimenta unisex, llevada a la singularidad no tan lejana, de faldas para ellos, y el tema de la concreción de la clonación humana, la intriga plantea la discusión entre si Belgrano es quien dice la historia conocida o no, y si hay que mantener a fuerza el lugar de Padre de la patria que sostiene la figura de José de San Martín. Trivializar una discusión que tiene que ver con la memoria, con nuestra memoria, llevar al ridículo una necesidad de ver como se construyó y se construye nuestra identidad, puede tener varias lecturas. Al principio, la pantalla como en la película Tierra de los padres de Nicolás Prividera muestra pequeñas intervenciones de conocidos historiadores y políticos que desarrollan en la palabra su mirada sobre la historia nacional: Alberto Fernández, Felipe Pigna, Luis Alberto Romero, Horacio González, Ana Jaramillo, Norberto Galasso, Hugo Chumbita, entre otros; así van degranando su posición sobre acontecimientos que constituyen una narración fundacional; de la discusión cuasi profesional a la parodia del grupo que comienza entonando también en ese registro el himno nacional; -situación que se reitera en sus puestas- se puede tener como una primera lectura; la necesidad de mostrar los hechos desde ese lugar para dejar en claro, que al no existir un discurso unívoco, (el tema es si eso sería posible o deseable) todo relato está puesto en duda. Nunca sabremos la verdad de lo ocurrido; desestabilizando la función de búsqueda de la investigación y la figura de los involucrados que son presentados como obedeciendo a intereses diferentes. Llevar la situación presente a un futuro no tan lejano, que sin embargo cuenta con más medios para lograr una confirmación veraz, donde la confusión de nombres y de situaciones mínimas es por demás irritante, es sugerir y trabajar sobre la idea de que nada cambiara en nuestra espiralada manera de hacer las cosas y que por supuesto la élite intelectual siempre estará discutiendo situaciones alejadas a la problemáticas reales de la sociedad. Si hacemos un racconto de los trabajos presentados por el grupo podemos sacar algunas posibles conclusiones sobre cuál es la línea de pensamiento desarrollada en cada una:1- desacralizar las figuras históricas, Castelli, Monteagudo, Sarmiento; 2- dejar al descubierto la construcción del discurso y como desde allí se constituye o se forma la opinión pública, Política Casera, 37 Congreso…, Historia de cómo nuestro amigo Panchito…; 3- consecuencia de la anterior: plantear el engaño a que la sociedad está sometida a partir del discurso del poder en todas sus instancias: la política, la ideológica, la publicidad, la educación, la discusión intelectual; de la primaria a la Academia sería la línea que va desde la puesta sobre la figura de Sarmiento y la educación primaria a la pieza sobre El Congreso… Este último trabajo resumiría en una temática seudo científica, con la posibilidad de jugar con algo que la historia no se atreve, el futurismo, todas las problemáticas que el grupo se viene planteando desde sus inicios. En esta oportunidad el programa de mano / souvenir fue un dvd que no sólo contiene la ficha técnica, sino que es la puesta fragmentada a partir de la presentación en un soporte diferente. El guión de la pieza, el inicio con las entrevistas, los diferentes nombres con que el Congreso fue denominado, entrevista al biólogo sobre el tema de la clonación, backstage del trabajo, y la posibilidad de acceder al blog del grupo y así tener el registro de sus puestas anteriores, es el regalo impensado que recibimos los espectadores. Esta forma de programa fijaría de alguna manera un acontecimiento único, aunque nada pueda reemplazar al rito en presencia de los actores y el público de una puesta en escena. Si bien, por un lado, la propuesta de la Compañía3 desde su inicio, en el 2008, se apoya ese carácter efímero de la representación teatral, por otro lado, para sus seguidores este recuerdo / programa es una forma de participar del evento, de ese ritual irrepetible y único. La obra adquiere un ritmo propio con el aporte mediático, por ejemplo, las dos pantallas simultáneas a modo de los programas de chimentos “en vivo” y con la participación especial de Pablo Rago – el Belgrano del Bicentenario. Esta interacción que se desarrolla fragmentando el espacio ficcional y la utilización de dispositivos móviles con pantallas sensibles al tacto, también, es una forma de revisar de qué forma cada receptor se relaciona con la información y con el entretenimiento en la cotidianidad, y como la comunicación / propaganda son constructos que responden a determinados intereses. Desde el espacio escénico, el Plenario final del Congreso, los tres personajes - Felipe Pigna III y las Historiadoras 1 y 2 – nos interpelan para que votemos sobre la forma en que se podría abreviar el nombre de Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano. Realidad / ficción, historia oficial / revisionismo histórico, con guiños a distintas perspectivas, actuales y pasadas, que construyen el entramado singular y fugaz propio de las Funciones Patrióticas.
 




37 Congreso de revisionismo histórico Nacional. Elenco: Paula Banfi, Paolo Baseggio, Natalia Fernández Acquier, Ernesto Fontes, Julieta Gibelli, Leandro Ibarra, Daniel Miranda, Natalia Olabe, Martín Seijo, Guillermo Valdez. Participación especial: Pablo Rago. Luces: Fernanda Balcells. Fotografía: Jorge Marino. Música: Alejandro Millán Pastori, Sebastián Pandolfelli, Ezequiel Espinoza. Prensa: Claudia Mac Auliffe. Dirección de video, realización, diseño gráfico y multimedia: Paolo Baseggio. Producción y entrevistas: Natalia Fernández Acquier, Julieta Gibelli, Paula Banfi. Dramaturgia y dirección general: Martín Seijo.




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1 La historia muchas veces puede ser reinterpretada y lo es a través del llamado Revisionismo histórico. Tiene un uso académico legítimo y otro peyorativo. Su uso académico se refiere a la reinterpretación de hechos históricos a la luz de nuevos datos, o nuevos análisis más profundos y precisos. Su uso peyorativo se refiere a la manipulación de la Historia con fines políticos, prescindiendo del método científico y la revisión por otros historiadores que cotejen los datos, y por ello en este caso se considera una práctica pseudocientífica El revisionismo presupone que entre los historiadores, o el público general, existe una forma generalmente aceptada de entender un acontecimiento o un proceso histórico y que hay razones para ponerla en duda. Esas razones pueden ser de distinto tipo: la puesta en valor de nuevos documentos, el cambio de paradigma historiográfico; o también el cambio de los valores desde los que se observa el pasado. En los casos de revisionismo no académico suele acusarse a quien lo practica de dedicarse al uso político de la historia y de no respetar la neutralidad y el espíritu crítico en la relación con las fuentes considerados básicos en el trabajo del historiador.

2 Ya desde el ’80 la mirada sobre lo escrito por Bartolomé Mitre tuvo, sin proponerse antagonizar con su antecesor, en la figura de Adolfo Saldías y desde el mismo liberalismo una lectura diferente sobre los hechos; el hallazgo de nuevos documentos que contradecían las afirmaciones de Mitre fue un primera aproximación al rescate de la personalidad de Juan Manuel de Rosas. El texto fue invisibilizado y su autor declarado casi un muerto civil para sus contemporáneos. Cada década tuvo a partir de allí un representante de alguna de las corrientes que revisaban la historia oficial.

3 Compañía de Funciones Patrióticas. Elenco estable de teatro, en un país por demás inestable, que realiza presentaciones en fechas patrias. Su repertorio, compuesto por obras que hablan de la Patria y la Historia Argentina, tiene un sentido revisionista o restaurador, dependiendo del estado de ánimo ideológico de sus integrantes. Hasta el momento, lleva estrenados ocho espectáculos.



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Zubiría y Vergara de Pablo Picotto y Federico Simonetti


¿Quiénes son Zubiría y Vergara además de dos personajes mediáticos? ¿Cuáles son las verdades que “construyen” los medios de comunicación? ¿Dónde quedan las certezas después de ser testigos de cómo se producen, reproducen, inventan, tergiversan los discursos de la televisión? Todo aquello que sospechamos los mal pensados televidentes cotidianos, o por lo menos algunos de ellos, queda desde el humor ácido de Picotto y Simonetti al descubierto. Nos reímos de lo que la puesta nos propone o tal vez de nuestra supuesta ingenuidad cuando somos espectadores de una suma de relatos diarios donde la realidad es la puesta en abismo de sí misma. Una historia de infidelidad, o no tanto, una relación basada en la necesidad de esconder una elección de vida distinta, se vuelve una espiral de sucesos que reproduce todos y cada uno de los tics a los que la pantalla chica y sus seudos programas de información nos tiene acostumbrados. Al borde siempre de lo bizarro, pero deteniéndose en el límite, (aunque algunos momentos podrían atravesarlo) los actores, tanto la pareja central de la historia como aquellos que van constituyendo el universo televisivo, hacen de ese acontecimiento mínimo con que inician el discurso una catarata, una precipitación de gags, que nos muestra el revés de la trama, lo que habitualmente se nos oculta. Como aquel Alberto Olmedo de los años de No toque botón (1981)1 que corría a los camarógrafos y ponía sus debilidades y las de todos en evidencia, la pieza busca desde lo grotesco dar cuenta de las miserias que ocultan las caras visibles de la información. No es casual entonces que su imagen aparezca en los primeros videos de la pantalla, junto con propagandas viejas,  locus que luego se inundará con los noteros de la calle; homenaje merecido a una comicidad que inauguró un estilo desenfadado y polémico, que como dijo Osvaldo Soriano: “Sin el gran Payaso, este país de incautos, melancólicos y rufianes se queda a solas con sus pálidas. Cada uno de nosotros es un personaje de Olmedo que, quizá sin saberlo, se ríe de sí mismo”. Tanto Walter Velázquez desde la dirección como los actores con su impronta y su pregnancia logran desactivar el ordenado aparato discursivo que se pretende auténtico, y como el viejo capocómico nos muestran el sentido tras la semántica de la apariencia a partir de una parodia que descubre las capas de verdad y mentira de la comunicación. Los personajes de Zubiría y Vergara, recuerdan a otros dúos que se hicieran famosos en espacios consagrados, cómplices del poder de turno, y asociados a intereses de compañías internacionales, que los auspiciaban y auspician a cambio de un discurso que los favorezca. Al ingresar a la Sala nos incorporamos al mundo mediático de Canal 6 y, en particular, al set de Z & V, espacio ficcional que los personajes expanden con sus desplazamientos por distintos recovecos, y desde el cual se nos invita a participar aplaudiendo a más de una presentación. El espectador también ocupa el lugar de la cámara, dispositivo que captura imágenes que no son nada azarosas, focalizando su atención y siendo testigos mudos de todo lo que ocurre fuera de cámara. En esta competencia desleal con otra emisora y con los conflictos internos por cuestiones privadas ambos actores con profesionalismo construyen a su personaje - Zubiría y Vergara - desde el complejo lugar donde la información y la ficción se contaminan de manera arbitraria. Los distintos elementos del espacio escénico nos remiten a diferentes noticieros actuales, como en un puzzle multimedia, un constructo para dar cuenta de que siempre hubo, hay y habrá una intencionalidad por parte del emisor y que está naturalizada de tal forma que como receptores aceptamos, en general,  como “verdades”. Un diario televisivo llevado adelante por Picotto, Simonetti y Velázquez – artistas de amplia trayectoria humorística: clown, stand up,…- que crean el clima necesario, en una combinación imágenes visuales y auditivas, para dar cuenta de la complejidad, que no es sólo técnica, del medio de comunicación de masas que más interpela directamente al receptor / espectador: la televisión.
 



Zubiría y Vergara de Pablo Picotto y Federico Simonetti. Elenco: Pablo Picotto, Federico Simonetti, Ricardo Rodríguez Miró, Daniel Niborski, Germán García. Asistencia de dirección: Jimena López. Música Original: Julián Urman. Escenografía: Ariel Vaccaro. Diseño de luces: Ricardo Sica. Vestuario: Alfiler de Gancho: Soledad Galarce. Videos: José Goldemberg , Martín Coto. Fotografías: Laura Raggio. Prensa: Tehagolaprensa. Diseño Gráfico: Martín Acosta – capear! Producción Ejecutiva: Andrea Feiguin. Actores en videos: Carlos Belloso, Jimena López, Nancy Gay, María Cottet, Julián La Bruna, Emilio González Moreira, Pablo Marín, Belén Pedernera, Silvia Barcán, Lucía Barengo y Vinchu Rivera. Dirección: Walter Velázquez. Teatro Anfitrión.








Hermida, Luis María; Satas, Valeria, 1999. TV Manía. Programas inolvidables de la televisión argentina. Buenos Aires: Editorial Sudamericana.







1 El ciclo que era uno de los éxitos de canal 11 con libretos de Hugo Sofovich, luego pasó a canal 9 con muchos de los personajes que Alberto Olmedo había desarrollado ese primer año: El Manosanta, Chiquito Reyes, y el contrapunto entre Borges y Álvarez junto a Javier Portales, entre otros. El programa prosiguió hasta 1987.



En Familia (1905/2012) de Florencio Sánchez | Versión y adaptación de Eva Halac





Cuando Florencio Sánchez escribió En Familia, la sociedad de Buenos Aires se estaba consolidando entre el supuesto progreso indefinido, la asimilación de la inmigración, el reacomodamiento de las clases patricias, las revueltas obreras, el anarquismo y la crisis de una institución, la familia, que presentaba las diferencias que surgían entre las generaciones que la conformaban; de ello iba dar cuenta más adelante un género que crecería de la mano de los hermanos Discépolo, el grotesco criollo. Una sociedad entre el ser y la apariencia, cuyos individuos usaban, como diría luego Pirandello una máscara, para poder desenvolverse dentro de ella, evitando salir lastimados. Una sociedad cuyos principios estaban, ¿estaban?, atravesados por la variable económica, y entonces el éxito se medía sólo por el dinero; donde las mujeres de clase buscaban el candidato que les resolviera los problemas de manutención, y dejaban el amor romántico a las lecturas de los folletines. Sánchez que venía del anarquismo, constituía con sus textos dramáticos una forma de denuncia de los males de su época, sobre todo en sus obras de ciudad, donde al igual que en Los muertos (1905), El pasado (1906), Nuestros hijos (1907), entre otras, describía sin piedad, las lacras que asolaban su tiempo. Creía además en el concepto nietzscheano del hombre que debe superarse sobre el común denominador de los demás y no seguir la moral del rebaño, que ama la intensidad de la vida, creador y dueño de sí mismo, de su vida, un espíritu libre. ¿Quién es el superhombre en En familia? ¿Por qué fracasa Damián, el hijo razonable, que sigue las normas morales establecidas?, ¿porque las cree y se somete a ellas?  En una sociedad hipócrita, pareciera decir Sánchez, aquel que obedece el discurso establecido, pierde porque no comprende cómo debe moverse en ella. Eva Halac desde la dirección hace una lectura inteligente de la pieza y hace pasar el punto de vista por ese padre envenenado de cinismo, desilusionado de reglas y normas, afectado hasta la médula por una sociedad indiferente, que ha sido traicionado, y que resuelve tomar el también el camino del engaño y el fraude. Y lo hace exasperando su figura, exaltando su costado de humor sombrío en contraste con la figura de la madre que no puede, a pesar de su amor y su verdad, consolidar una familia que se hunde inexorablemente, y en contraste con su hijo que todavía tiene fe, en él, en su familia, en el mundo que lo rodea. La introducción de la metateatralidad en el discurso del personaje de Jorge, que recuerda otra obra de Sánchez estrenada unos meses antes, Barranca abajo, le permite a Halac introducir la figura del autor, que de bohemias y desencantos tenía escrita una historia. La cita, en el espacio del teatro 25 de Mayo, sala recuperada, que ofrece un escenario espléndido para dar cuenta de una puesta que se apoya en todo lo que el lugar ofrece, que introduce el afuera de hoy en su telón pantalla, y en una profundidad que refleja el teatro y sus instalaciones. La estructura edilicia del Complejo Cultural tiene desde su bella fachada, sus amplias escaleras, sus aberturas,…, el misterio, el esplendor y la nostalgia de una época de esplendor. De estilo ecléctico fue construido por Maximino Gasparutti en 1929 y fue bautizado como “el Petit Colón de Villa Urquiza” debido a las grandes compañías y artistas como Carlos Gardel, Agustín Magaldi, y Edmundo Rivero. La sala funcionó también como estudio transitorio de las radios Porteña y del Pueblo, desde donde se transmitían las radionovelas con público. Afirma Álvaro Arrese1:  

Como muchas construcciones levantadas por las distintas comunidades en un país de inmigrantes, el edificio combinaba el componente fundamental de una sala de espectáculos con salones y dependencias destinados a banquetes y reuniones de sus miembros, y contaba con algunos comercios. (Arrese, 2012, 106)

En el espacio escénico cada mueble ocupa su lugar como si estuviera ahí desde hace ya tiempo, también desde el cuidado vestuario nos ancla a principio del siglo XX, por lo tanto, es inevitable que el espectador sienta el clima de época. Poner en escena una obra de Florencio Sánchez es todo un desafío, más allá de que el tiempo parece haber quedado suspendido en la hermosa y amplia Sala. La actualización del texto dramático podríamos pensarla en dos niveles: por un lado, desde el discurso verbal y gestual, la comicidad casi constante, en especial de la madre (Monina Bonelli) y del padre (Carlos Scornik), es otro acierto de la dirección. Y, por otro, desde el discurso visual las proyecciones sobre el telón a todo ritmo de la Av. Triunvirato – desde el momento de ingreso a la Sala como también entre actos e imágenes, recortes del edificio sobre el fondo del escenario modificando la perspectiva constantemente. Las muy buenas actuaciones, en general, y la utilización del espacio ficcional, además la música en vivo le otorgan a esta puesta en escena un dinamismo propio, dinamismo que no tiene el texto primero. Una mirada actual a una temática vigente y que desde el programa de mano se ha subrayado: en la fragmentación de la imagen y en el puro artificio el tiempo se ha condensado.

 






En familia de Florencio Sánchez. Elenco (por orden de aparición): Emilia (hija) Agostina Degasperi, Mercedes (madre) Monina Bonelli, Laura (hija) Ariadna Asturzzi, Eduardo (hijo) Michel Noher, Jorge (padre) Carlos Scornik, Tomasito (hijo) Gabriel Rivas, Damián (hijo) Guillermo Pfening, Delfina (su esposa) Natalia Señorales. Determinados días Mercedes será interpretado por Eva Halac y Damián por Lucas Ferraro. Prensa: Octavia Comunicación. Producción Ejecutiva: Demián Kaltman. Asistente de Dirección: Luciano Ricio. Fotografía: Rodrigo Tubio. Video: Laura Casabé. Iluminación: Miguel Solowej. Música: Sergio Vainicoff. Dirección de Arte: Micaela Sleigh. Adaptación y Dirección: Eva Halac. Complejo Cultural Teatro 25 de Mayo.





Arrese, Álvaro, 2012. “Complejo Cultura 25 de Mayo. Un Palacio Barrial Recuperado.” en, Patrimonio Argentino, Teatros, cines y auditorios; 01. Buenos Aires: Clarín /Arquitectura.






1 Álvaro Daniel Arrese es Arquitecto,  Profesor titular, Miembro del doctorado, investigador FADU, UBA y Profesor invitado de universidades extranjeras, Jurado y Asesor SCA/FADEA e Integrante del ICOMOS Schared Built Heritage Committee. Es autor de numerosas obras premiadas, así como de libros y artículos sobre temas de su especialidad.




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