domingo, junio 24, 2012

Made in Lanús (1984/2012) de Nelly Fernández Tiscornia




Made in Lanús fue puesta en escena en los años ochenta, en los primeros años de una democracia recién recuperada y que sentíamos que costaba tanto mantener, una democracia además que permitía el regreso de aquellos que se tuvieron que ir, que emigraron no en busca de un mejor porvenir como muchos de sus abuelos sino como también muchos de ellos tratando de salvar una vida amenazada por la violencia de Estado. La obra de Fernández Tiscornia hablaba de eso, de ese reencuentro no siempre feliz ni sencillo, porque ponía en cuestión los años de la dictadura y el compromiso que cada uno había asumido ante esa realidad. Porque además sugería el interrogante maniqueo de quien había sufrido más, el exiliado que había conseguido organizarse afuera para luego volver, o el que dentro de la tormenta la había atravesado como pudo, complicidades y bajezas incluidas. Pero en la obra, la dramaturga, enfrenta a través del encuentro personal, a dos parejas de víctimas, la que conforman Yoly y el Negro, que están envejecidos y agotados de cincharla día a día, y la de Osvaldo y Mabel que una noche interminable de siete años tuvieron que dejarlo todo y empezar de nuevo en un medio desconocido. El reencuentro no puede ser otro que el de la alegría y el dolor, la nostalgia y la bronca, la firmeza y la duda; un duelo de sentimientos que se escapan por la poros de la piel, y atraviesan las palabras que no alcanzan aún en su crudeza en decirlo todo. Porque la dictadura si algo logró fue cortar los lazos de esa familia argentina que supuestamente quería defender; quebrar amistades, romper la solidaridad por las dudas, convertirnos a todos y a cada uno en una isla amurallada con las paredes del silencio, que por fortuna siempre alguien atravesó para producir las fisuras que permitieran el retorno a nosotros mismos, aunque ya no fuésemos los mismos, no lo seremos jamás. Dividir para reinar, como dice desde su bronca Mabel:

- Si treinta millones de argentinos se ponen delante de un montón de fascinerosos aunque tengan los cañones… tené la seguridad que treinta mil desgraciados no hubieran muerto, ni disparado o (…) (F. Tiscornia, 37)

Y allí la dramaturgia de la época evoca la necesidad del compromiso que el espanto se encargó de destruir. La puesta dirigida por Walter Ferreyra  Ramos, fiel al texto y a su semántica, (a pesar de utilizar algún anacronismo como hacer referencia a la Ley de Punto Finala (1986) y la Ley de Obediencia Debidab (1987) que en el momento del enunciado todavía no habían sido dictadas) construye a partir de las actuaciones la situación temporal del reencuentro de los personajes y de la sociedad toda con los tiempos de la incipiente democracia y consigue lograr el clima que nos lleva desde la nostalgia y la risa, a un universo donde el encuentro con la verdad de todos, produce un enfrentamiento entre quienes el lazo es el amor, en todas sus facetas: filial en el recuerdo, fraternal, de pareja. Tanto Flavia Vitale como Silvia Hidalgo logran encarnar a Mabel y Yoly con la dureza y la ternura necesarias, para poner blanco sobre negro los deseos y los miedos. Mabel en la voz y en el cuerpo de la actriz hace transitar al espectador por un registro que va desde el rechazo hasta la comprensión, uniendo en un todo la máscara y el rostro. La fuerza de Yoly está presente en el trabajo contenido de su pensamiento que se expresa en las acciones más que en las palabras, donde el cuerpo es el vehículo de un segundo relato. Por otra parte, Carlos Simón lleva adelante a su personaje, el Negro, con la fluidez y el juego para que podamos entender su cansancio, sus dudas, sus reclamos a una Yoly que es la imagen viva de la resistencia, del no claudicar, mientras Jorge Cáceres mantiene en equilibrio la línea entre la nostalgia y el presente que Osvaldo siente irrevocable, no sólo porque Mabel no volvería nunca y sus hijas tampoco a vivir en el país, sino porque siente que es él quien causó el dolor primero de la ruptura de identidad, y que ya no tiene fuerzas para hacer el camino de reversa. Las elipsis, son trabajadas desde la iluminación que también da cuenta de los climas de las situaciones, así como la extraescena ingresa desde la voz infaltable de un vecino, y la música de la época que acompaña al vestuario, y a la referencia que hace el Negro de Frank Sinatra, “ojitos azules no te mueras nunca”, quien hacia tres años había llevado adelante una serie de shows en el país de la mano de Palito Ortega.
¿Cuál es la lectura que el espectador de hoy puede hacer de la puesta, de aquél que no vivió la época, que cuando escucha el relato no siente que algo de él está sobre el escenario? Hoy como ayer el sentido está en apostar a lo nuestro, porque es lo que nos da una identidad propia, construir desde la realidad a pesar de los conflictos que abarque, es decir, una realidad donde comprendamos por fin que los que se fueron y los que se quedaron, fueron atravesados por la misma espada de fuego, y que de un país receptor de inmigrantes nos convertimos como casi toda Latinoamérica en emigrantes desesperados, tanto en 1976 como en 2001; consecuencia un dolor de otro; pero que no se construye un país negándonos sino admitiendo quienes somos y como somosc, aunque nos duela.









Made in Lanús1 de Nelly Fernández Tiscornia. Elenco: Jorge Cáceres, Flavia Vitale, Carlos Simón, Silvia Hidalgo.Escenografía: Gabriel Sá. Técnico de Sala: Leandro Álvarez. Asistente de dirección: Mariela Jerez. Dirección: Walter Ferreyra Ramos. Teatro Porteño2.













Fernández Tiscornia, Nelly, 2006.
Made in Lanús. Buenos Aires. Teatro Vivo.









a La Ley 23.492 de Punto Final es una ley argentina que estableció la caducidad de la acción penal (prescripción) contra los imputados como autores penalmente responsables de haber cometido el delito complejo de desaparición forzada de personas (que involucró detenciones ilegales, torturas y homicidios agravados o asesinatos) que tuvieron lugar durante la dictadura militar del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional de 1976 –1983; que no hubieran sido llamados a declarar en un plazo de 60 días más a los ya 2 años que habían pasado; desde el 10 de diciembre de 1983. Fue presentada por los diputados Juan C. Pugliese, Carlos A. Bravo y Antonio J. Macris, y promulgada el 24 de diciembre de 1986 por el presidente Raúl Alfonsín.  El Congreso la declaró nula en 2003.

b La Ley de Obediencia Debida n.º 23.521 fue una disposición legal dictada en Argentina el 4 de junio de 1987, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, que estableció una presunción iuris et de iure (es decir, que no admitía prueba en contrario, aunque si habilitaba un recurso de apelación a la Corte Suprema respecto a los alcances de la ley) respecto de que los delitos cometidos por los miembros de las Fuerzas Armadas durante el Terrorismo de Estado y el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional no eran punibles, por haber actuado en virtud de la denominada "obediencia debida" (concepto militar según el cual los subordinados se limitan a obedecer las órdenes emanadas de sus superiores).

c  Somos como somos:
Tango Música: Eladia Blázquez Letra: Eladia Blázquez

 Miremos este espejo bruñido y reluciente
sin el engrupe falso de una mentira más...
Y vamos a encontrarnos con toda nuestra gente
mirándonos de frente sin ropa y sin disfraz...
Con toda nuestra carga pesada de problemas
hagamos un teorema de nuestra realidad...
¡Perdamos todo el vento, la torre y el "alfil"!
¡En este "escrachamiento", de frente y de perfil!

¡Como somos!...
sensibleros, bonachones
compradores de buzones por creer en el amor.
¡Como somos!...
con tendencia al melodrama
y a enredarnos en la trama por vivir en la ficción.
¡Tal como somos!...
como un niño acobardado con el andador gastado
por temor a echarse a andar...
Chantas, y en el fondo solidarios,
más al fondo muy otarios y muy piolas más acá...
¡Vamos...! aprendamos pronto el tomo
de asumirnos como somos o no somos nunca más.

¡Nos gusta hacer las leyes, después crear la trampa
tirando por la "rampa" las tangas a rendir,
cargar a voz en cuello, y protestar bajito
prefabricando mitos para poder vivir!
Nos gusta sobre todo comer a dos carrillos
rociando con tintillo la gris preocupación,
y así mancomunados hacemos con unción
el culto más sagrado... a la manducación
.

1 La textualidad de Made in Lanús fue llevada al cine con el nombre de Made in Argentina en 1986, estrenada un año después, con guión de la propia autora y de el director del filme Juan José Jusid. El elenco estaba conformado por: Martha Bianchi / Mabel, Luis Brandoni /Osvaldo, Leonor Manso / la Joly, Patricio Contreras /el Negro.

 El Teatro Porteño abre sus puertas como un nuevo centro de cultura en la Ciudad de Buenos Aires. Posee una sala con modernos adelantos técnicos al servicio de la producción artística, brindará una variada programación. En julio se realizará una fiesta de apertura en donde se anunciará su programación completa. Integran su equipo Nicolás Yannicelli – Director General. Patricia Tiscornia – Directora Artística. José Carlo – Director Musical. Julieta Zara – Directora Ejecutiva. Benjamín Engranff – Técnico Sonido e Iluminación.  Duche-Zárate – Agentes de Prensa Silvio Eyerbe. – Departamento Contable Claudia Schabas – Departamento Legal Claudia Mazer – Coaching Empresarial Godesign – Diseño y Arte.

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