jueves, julio 25, 2013

V Festival Latinoamericano de Poesía en el Centro (25/6 al 29/6)




Una vez más el espacio del Centro Cultural de la Cooperación pone en acto el encuentro entre los creadores de la poesía de nuestro país, con los creadores del resto de los países latinoamericanos que se acercaron para profundizar temáticas que abarcan una escritura que parte de la subjetividad para darse hacia un oyente / espectador fascinado con los sonidos y los mundos que esos sonidos construyen. Digo sonidos, dando así prioridad a uno de los aspectos de la palabra, porque la poesía crece desde la hoja en blanco a la escritura y toma corporidad y espesor en la voz de quien la convierte en discurso para sí y para los demás. Poesía que juega a su vez con la habilidad de las múltiples combinaciones que permiten la conjugación de un lenguaje “musical” con una armonía personalísima en cada uno de los escritores / poetas que nos visitaron. La Apertura del Festival contó las palabras de bienvenida de Juan Carlos Junio a los “poetas hermanos latinoamericanos” y a los poetas intercontinentales. El agradecimiento el aporte de las distintas miradas y estilos poéticos como una forma especial en la recuperación de la conciencia de la unión y de la diversidad. Con la participación especial de Cristina Banegas y de Teresa Parodi; también se presentó la Revista Digital de Literatura Espacio Literario Juan L Ortiz. En esta primera jornada, las lecturas de pequeños e intensos versos - por orden en la exposición: Fredy Yezzed (Colombia), Rodolfo Dada (Costa Rica), José Angel Leyva (México), Sandra Santos (Brasil), Alessio Brandolini (Italia), Xavier Oquendo Troncoso (Ecuador) y Omar Lara (Chile) - crearon el clima necesario para que la Poesía se materializara todo el espacio de la sala y el público presente disfruta del encuentro. Una de las mesas coordinada por María Malusardi tuvo como eje de discusión la relación entre la poesía y la filosofía, emergiendo así un vaso comunicante que desde el origen se nutre de pensamiento y sensibilidad. Los integrantes de  la misma fueron: Hugo Mujica, Fredy Yezzed, poeta de Colombia, Noé Jitrik, y Emmanuel Taub. Las diferentes presentaciones pusieron en el debate: pares de conceptos como objetividad / subjetividad; poesía buena / poesía mala; la función de la poesía en un contexto cada vez alejado de sus premisas y por último la búsqueda profunda de una esencia poética que se escapa entre las palabras, que aparece como una revelación, como una epifanía a veces en un instante donde la posibilidad de aprehensión es una ráfaga de duración efímera. Pero no sólo el Festival presentó la discusión teórica como posibilidad de acercamiento al género sino que, como en otras oportunidades, la presentación de la lectura de poemas de los integrantes del evento, y la de obras que tenían la poesía como textualidad soporte formó parte de las actividades ofrecidas. Con invitados de distintas Provincias y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se fueron desarrollando las otras instancias, entre mesas de debate y de lecturas. Si el objetivo principal del V Festival fue “reflexionar sobre la situación de la poesía argentina y latinoamericana, convocando a voces representativas de distintas tradiciones que se expresarán a través de su producción artística y teórica”, el público en general respondió a la convocatoria demostrando que la poesía sigue siendo una de las expresiones literarias de nuestra sociedad pone en paréntesis nuestra cotidianidad ante la fugacidad del consumismo. Dentro del marco del Festival el teatro, obviamente, con fuerte matriz poética, tuvo su lugar con dos obras.
La primera, Idea de Juan, es espectáculo basado en textos de Idea Vilariño y Juan Carlos Onetti. En un espacio escénico divido en dos lugares y tiempos diferentes, ambos personajes parecen estar en orillas diferentes siendo uruguayos los dos. El río que los une o separa bien podría llamarse Poesía o bien Leteo, en el primer caso, porque los unía la misma pasión por la escritura y, en el segundo, tal vez para olvidar las cosas mundanas y cotidianas. Los versos de la poetisa están atravesados por el dolor, la soledad y una cierta lejanía con el mundo que lo rodeaba, la narrativa de Onetti también lo presenta como solitario y pesimista, aunque irónico y menos pasional. Si la relación amorosa entre ellos dio mucho que hablar en su momento hoy es un mito de la literatura rioplatense. Es un tiempo vital y literario que no nos pertenece lo que desde el espacio escénico los actores (Gabriela Licht / Gustavo Manzanal) con profesionalismo evocan, al permitir que el estilo de la escritura de ambos se diluya en sus respectivos cuerpos y voces. La iluminación con suavidad delimita cada lugar creando una atmósfera casi onírica: a la derecha, una pequeña biblioteca y una mesa para la creación poética y amorosa; a la izquierda, una cama que parece contener más el cansancio de los años que recuerdos de noches de amor. Si “nada es eterno” ni en la vida ni en la muerte (como dicen los personajes) solo queda la experiencia artística para rescatar a estas dos personalidades y el amor que supieron construir y contradecir a través de la palabra escrita. Después de haber finalizado el evento teatro-poesía que provocó distintas emociones en el espectador queda aún el desafío de leer y buscar entre líneas por qué “Onetti dedicó su novela Los adioses (1954) a Idea Vilariño, e Idea le dedicó a Onetti sus Poemas de amor (1957)”.[1]
Poeta en Nueva York, es una selección de poemas de Federico García Lorca que conformaron un excelente relato en la voz y el cuerpo de Gustavo Pardi, y fue uno de los momentos más felices de la Jornada. Con un escenario despojado sólo iluminado por una luna sangrante, de corte surrealista, espacio simbolista que estiliza cada elemento formando un todo significante – casi monocromático – y autónomo dejando al actor poner en escena la voz del poeta andaluz alejado espacial y sensiblemente de la ciudades de su origen, para dar cuenta de otras realidades y otras geografías que lo golpean con la fuerza de la soledad y el desconcierto. Su poética es otra, ya no parece él mismo, el del famoso romancero español, el dramaturgo de las blancas paredes encaladas de su ciudad natal, el de los dolores y prejuicios atravesados, por la religión y la costumbre de un país aferrado a la tradición. En ese lugar desconocido, las palabras habituales no alcanzan a descifrar los códigos, por eso, y por su cercanía a André Bretón y Salvador Dalí, necesita romper el lenguaje y a partir de la metáfora insólita construir un mundo nuevo, y construirse en un hombre diferente. El “duende”lorquiano se materializa sin pedirnos permiso, durante el tiempo real del unipersonal, no sabremos si Pardi construye a su personaje de una forma extremadamente visceral o bien Lorca se ha apoderado del cuerpo del actor por una misteriosa capacidad de médium. Si la palabra está puesta el primer plano, entonces ¿qué lugar ocuparía el cuerpo del actor? Pues, hay una energía interna que desborda e impacta en el espectador atento, un tiempo interno que estalla en pequeños fragmentos, a veces con la inmovilidad de la reflexión y otras con el tono desgarrador ante la presencia de un mundo demasiado real. Un claro ejemplo de lo que plantea Eugenio Barba, las manos de Pardi parecen cobrar vida en esta la transmutación onírica y poética: “la mano respeta un dinamismo, variaciones, juego de tensiones y oposiciones cuyo impacto visual es determinante para la percepción del espectador” (1990: 134). La profusión de las imágenes auditivas necesariamente nos atrapa como si fuera el último aliento del creador y nos permite transitar por la poesía lorqueana surrealista y menos conocida; un texto espectáculo en el que se amalgamaron perfectamente teatro y poesía.




Idea de Juan de Gabriela Licht y Gustavo Manzanal sobre textos de Idea Vilariño y Juan Carlos Onetti. Actores: Gabriela Licht (Idea Vilariño) y Gustavo Manzanal (Juan C. Onetti). Producción Ejecutiva y Asistencia Gral: Ana Florencia Linednboim. Fotografías: Fernando de Blas. Comunicación Visual – CCC: Claudio Medin – Estudio M.  Puesta en Escena y Dirección Gral: Gustavo Manzanal. Sala Raúl González Tuñón


Poeta en Nueva York de Federico García Lorca. Actuación: Gustavo Pardi. Escenografía y Vestuario: Nicolas Nanni. Fotos: Sol Stryn. Diseño Gráfico: Andrés San Martín. Diseño Iluminación: Pedro Zambrelli. Prensa: AYNI Comunicación. Asistencia de Dirección: Tony Chavez. Asistencia: Julieta Gamba y Analía Aizersztein. Producción Ejecutiva: Josefina Vitón y Pablo Silva. Dirección: Mariano Dossena; Contacto Silva Producciones. Sala Raúl González Tuñón



Comisión Organizadora V Festival Latinoamericano de Poesía en el Centro: Susana Szwarc (Chaco), Nara Mansur (Cuba), Vicente Muleiro (Buenos Aires), Silvia Castro (Río Negro), María Malusardi (Buenos Aires), Juano Villafañe (Buenos Aires), Inés Manzano (Buenos Aires), Carlos J. Aldazábal (Salta) y Julián Axat (La Plata). Prensa: Silvina Pizarro. Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini.









http://festivalpoesiaenelcentro.blogspot.com.ar/








Barba, Eugenio, 1990. “Manos”en El Arte secreto del actor. Diccionario de antropología teatral. México: Escenología: 171-186.

















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