(…) El tiburón no mata por hambre ni para defender
su cría. Mata.
Pero el tiburón lleva los dientes en la cara: es
más inocente.
(B. Brecht)1
(B. Brecht)1
No es la primera vez que el dramaturgo Alejandro Tantanian incursiona en la
historia política argentina; un texto como Muñequita
o Juremos con gloria morir es, podemos afirmar, una de sus obras
paradigmáticas en busca de un sentido, de una comprensión de nuestras batallas
y nuestras miserias. Esta vez además utiliza una estructura provocadora desde
el género: el café berlinés, para transformarlo en un café concert criollo que
expone no sólo las turbias historias de sus integrantes sino también la
relación con un contexto inmediato: el papa Francisco, Macri, la presidenta, el
innombrable riojano, se suceden en un discurso que no se priva de construir
personajes que van desde la ingenuidad a la desfachatez, del lenguaje poético y
dulce de algunas canciones, a la gestualidad escatológica y la lengua procaz. La
mención a Mackie Cuchillo, nos introduce en la poética brechtiana y en sus
procedimientos: música, humor, sensualidad, ruptura de la cuarta pared; actores
que entran y salen de sus personajes con naturalidad y una interpelación al
espectador que lo obligue luego del divertimento a pensar en el compromiso
común con lo sucedido, en la responsabilidad de todos en la construcción de un
mundo donde la muerte sin sentido es el sentido último. La irreverencia de la
puesta busca quitar la máscara de aquellos que ofenden nuestra inteligencia con
sus discursos y hacerles por lo menos desde el lugar del arte, mostrar los dientes
que ocultan cada vez menos, porque cada vez les crecen más. Actores y actrices
que además cantan para crear el clima que desde su voz y con la exhibición de
sus cuerpos, nos retrotraigan a una escena propia del cabaret, aquel lugar que
se atrevía desde el humor escatológico, y desde la parodia decir unas cuantas
verdades atragantadas en las gargantas de todos, y algunas ignoradas; como en
este caso la cualidad de terrorista de derecha del periodista ‘militante’,
Mariano Grondona2, un periodista que deja
sin escrúpulos dejar crecer sus colmillos.3.
Mención que sirve para contextualizar en el día a día la puesta y homenajear
desde la parodia en su día al periodismo ‘comprometido’, como contracara de la
otra figura representativa de la revolución jacobina, el primer cuerpo
desaparecido de nuestra historia, el otro Mariano, el director de La Gaceta de Buenos Aires, Moreno. El grupo de
actores /cantantes /bailarines tienen una doble puesta en abismo frente a un
espectador que ve el trabajo en el escenario del cabaret y por otro lado ve, el
revés de la trama cuando es testigo de las relaciones que los involucran. Es decir,
el cuerpo del actor es a la vez el cuerpo del personaje que a la vez va a
encarar un personaje en escena; una secuencia que no en todos se logra con
fluidez. Nada falta en este cabaret criollo, desde la calidez de compartir una
copa de vino mientras alguna corista provoca al público masculino, hasta su
maestro de ceremonia que le imprime un dinamismo especial. Ernesto Donegana fue
el alma de este proyecto teatral independiente, en cooperativa, y logra darle
al espectáculo el frenesí de la noche porteña: bailarinas, prostitutas, un
secretario que parece estar paralizado por su temor al maestro y sin embargo
puede cantar y muy bien, un músico de apariencia andrógina, además de tener a
Tantanian detrás de la barra con brevísimos comentarios. En un vestuario
impecable - puntillas, plumas y algo de brillo- la sensualidad del color negro
se apodera de la noche, el desplazamiento de los personajes femeninos por todo
el espacio de la sala / salón no solo hace que modifiquemos nuestra pasiva
ubicación sino que además nos involucra como parte del espectáculo y como
partícipes de la temática, quizá con un gran deseo compartidos por todos para
que la Argentina
no se convierta en un gran cabaret azul y blanco. Si este género teatral /
musical tiene como una doble condición: por un lado, muchos son los que
disfrutan del humor ácido que se plantea desde el espacio lúdico y, por otro, a
otros pocos tendría que realmente incomodarlos. La
Hora Azul… cumple
su objetivo y el público disfruta del evento, ojalá logré molestar a aquellos
que en el pasado reciente y en la actualidad han naturalizado ridiculizar
nuestra identidad nacional.
https://www.facebook.com/lacasonailu
1 "Die Moritat von Mackie Messer" ("La copla de Mackie el Navaja") es una canción compuesta en 1928. La letra es de Bertolt Brecht, y la música, de Kurt Weill El año siguiente, 1929, la incorporaron a «La ópera de los tres centavos» ("Die Dreigroschenoper”), obra de teatro de Brecht con música de Weill. "Moritat" es una palabra alemana que significa literalmente "hecho de muerte". Como forma poética y musical, la moritat es un tipo de canción medieval que trata sobre alguna matanza real o ficticia, cumplida o frustrada, sea narrando los hechos del verdugo o el escape de quien iba a ser víctima; puede que al final se refiera la captura del verdugo y su destino último. La letra de la canción dice así:
Y el tiburón tiene dientes
Y los lleva en su rostro
Y Macheath tiene un cuchillo
Pero el cuchillo no se le ve.
Un bello y azul domingo
Yace un hombre en la Strand
Y un tipo dobla la esquina
A quien llaman Mackie Navaja
Y Schmul Meier sigue desaparecido
Como algún ricachón más
Y su dinero lo tiene Mackie Messer
Al que nada pueden endosarle.
Jenny Towler fue encontrada
Con un cuchillo en el pecho
Y ahí va Mack el Navaja por el muelle
Que nada sabe de todo esto.
Y el gran incendio en el Soho
Siete niños y un viejo
En el mogollón estuvo Mackie Messer
Al que nadie pregunta y nada sabe
Y la viuda menor de edad
Cuyo nombre todos saben
Se despertó y fue violada
Mackie, ¿Cuál fue tu precio?
Y algunos están a oscuras
Y otros a plena luz
Pero solo se ve a los que les da la luz
A los que están en la oscuridad no.
Traducción,
Maite Jiménez
2
En su libro El Doctor, Martín Sivak describe en
una biografía no autorizada, la vida de Grondona luego de investigar
profundamente cartas, documentación, testimonios. El libro cuenta la vida de
Grondona que es al mismo tiempo un relato de la relación entre periodismo y
poder desde el golpe del 55 hasta la presidencia de Kirchner. Así surge un
Grondona dirigente estudiantil y comando civil, seminarista, funcionario,
profesor de militares. También un hombre de familia y el descendiente de
inmigrantes y sobre todo sus roles en la última dictadura militar: asesor de la Fuerza Aérea, prensa
de Martinez de Hoz, analista de la embajada de EE.UU, representante de la Patria Financiera.
Su compleja relación con Bernardo Neustadt, su cátedra, su trayectoria a veces
progresista y otras veces amarillo.
3 Léase para dar crédito a esta
afirmación su editorial en defensa de
los militares presos por lesa humanidad en La Nación
16/10/11.
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