En la
Universidad Popular de Belgrano, el “Grupo de Teatro Buenos Aires” acaba de
estrenar, Henry, comedia de María
Inés Falconi, recreación de la historia de Enrique VIII, rey de Inglaterra
(1491-1547).
El texto
dramático se centra en la parodia, y la parodia se construye a partir de la
acumulación y la hipérbole. Ahora bien, es muy posible que el espectador no
tenga presente la historia de Enrique VIII, rey de Inglaterra. ¿ Puede ser
efectiva la parodia cuando el espectador no conoce al referente?. Si,
porque más allá de parodiar el discurso de Henry lo que se parodia son
las aristas autoritarias que suele asumir el discurso del poder, que en este caso habla de Enrique VIII, rey
absolutamente despótico.
La pieza presenta un Henry en el final de su vida, que como lo indica la
historia había aumentado mucho de peso, la materialidad biológica del actor
acuerda con las características del rey en el momento ficcionalizado. Además,
el camisón no demasiado largo que deja ver las piernas con medias tres cuartos,
imprime al personaje una identidad sostenida por lo llamativo, lo que se torna
sumamente cómico en los momentos en que se desplaza por el espacio escénico o
cuando caprichosamente se pone de pie sobre la cama. En cuanto a la forma de
actuación, los actores recurren a la
concepción teatralista del actor popular, con una gestualidad que busca la
complicidad con el espectador y el deseo de producir comicidad. En el caso de la
cuidadora, este diálogo, cómplice con el público ante ciertas demandas de
Henry, encierra, la burla hacia la
persona del rey y en otros, cierta piedad por la decrepitud final. La ruptura
de la cuarta pared se explicita aún más
en los momentos en que se invita al público para que pase a colaborar en
la escenificación de algunos recuerdos: por ejemplo, la guerra contra Francisco
I, escena sumamente festejada por el público. Si bien es cierto que predomina
en la palabra la función expresiva a fin de producir el efecto cómico, también
aparece la función emotiva en algunos momentos en que el rey siente dolor ante
el recuerdo de las crueldades realizadas (un tenue y rápido remordimiento) y en
la lectura final de las cartas.
La escenografía, realista,
presenta en la pared del foro los cuadros de sus seis esposas, una cama, una
mesa, una silla. Algunos elementos: el papagayo, la indumentaria de la
enfermera, el aparato de música, remiten a la época actual, sin embargo, lejos
de alterar la ubicación de época, son elementos que también hacen a esa ruptura
del espacio escénico ya mencionada y a una mirada funcional hacia una
extraescena integrada al espectador.
Con relación a los hechos, hay
una absoluta fidelidad al referente histórico, no existen anacronismos ni
alteración de nombres o situaciones. En el discurso, predomina la ironía
dramática, la cuidadora de Henry es la que revela la voz de la autora, a partir
de los comentarios, gestualidad y reflexiones dirigidos hacia el espectador,
cuando responde a los parlamentos autoritarios de Henry. De este dialogismo
(entre la voz de la autora y la del personaje), surge la evaluación ideológica sobre los excesos de
ciertas formas de gobierno. Henry, completamente infantilizado en su senilidad
reconstruye su historia jugando, jugando hace tratativas de paz con Francisco I
(rey de Francia), tratativas que terminan en guerra. Jugando saca la caja donde
hay seis muñecas y decapita a dos de ellas como lo hizo con Ana Bolena y
Catalina Howard. Como en un juego caprichoso, rompe la relación con Roma. Como en
un juego ordena decapitar a ministros y miembros de la corte que se oponen a su
voluntad. “Lo bueno de ser rey es que
uno puede transgredir sus propias leyes” y ante la guerra inminente exclama:
“El pueblo necesita justificar el territorio en que vive”. El tono de la pieza da para pensar en los
excesos en los que pueda caer el poder. La reacción enérgica en el final,
cuando ya creíamos que había muerto, cuando la cuidadora anuncia: “El rey ha
muerto, preparen los funerales” … Henry salta en la cama y grita que le
preparen la armadura. Además de la carcajada que acompaña el salto en la silla
que da el espectador, funcionalmente sirve para pensar: “estemos alertas, el
despotismo parece inmortal”.
Henry de
María Inés Falconi. Auditorio UPB. Campo Salles 2145.T.E.: 4701-3101. Funciones: viernes 22:15 y sábados 21.
Elenco: Carlos de Urquiza y Graciela Bravo. Realización de vestuario y objetos:
Gladys David. Realización de escenografía: Claudio Provenzano. Diseño de iluminación: Miguel Coronel. Diseño de vestuario: Lucía de Urquiza. Diseño de escenografía: Carlos Di
Pascuo. Puesta en escena y dirección
general: Norma Bachman y Carlos de Urquiza.
https://www.facebook.com/UPeBe
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