En una fuerte parodia al programa cultural del gobierno de Cristina
Fernández, y al uso de la cadena oficial, entre otras críticas que aparecerían en
un video de trabajos anteriores, (también aparece la marcha al P.E.D.O, Plan de
Educasion a Distancia Ovligatorio, del gobierno de la Ciudad) comienza una puesta
que siempre se presenta así misma a través de todos los elementos que la
conforman: los actores en escena, la música, la pantalla exhibiendo como una
pancarta brechtiana el tema que luego se va a desarrollar, y una expectativa
que crece mientras el público se instala en el cómodo espacio de Proa. El grupo
trabaja está vez la creación del Himno Nacional, y de todas aquellas canciones
que conforman un relevamiento de los temas que enaltecen al panteón de nuestros
héroes. El punto de partida, un concurso, que quiere premiar los himnos que den
cuenta de la función pública del actual gobierno, y que está atravesado por las
acciones de un funcionario corrupto y por un presentador obsecuente. Junto a
ellos dos representantes de la cultura popular, que aprovechan la ocasión para
dar cuenta de sus próximos trabajos, léase chivo. Invitado de honor, un
investigador seducido para que vuelva del exilio, pero a quien en una metáfora
de claro contenido ideológico, se lo interrumpe cuando quiere expresarse, y
tiene sus manos esposadas. Un único participante, que va metamorfoseándose en
otros, y que cierra el discurso de que todo es teatralidad, construcción de
realidad, ficción institucionalizada. Más de un espectador podría no estar en un
todo de acuerdo con la línea de pensamiento del grupo en cuanto a lo ejercido
por la cultura del gobierno nacional, pero no por ello dejan de admirar el
trabajo estético muy bien hecho. Las canciones se suceden y felizmente sus
letras quedan para ser disfrutadas nuevamente en el programa de mano que
siempre acompañan a la única función. Todas ellas fueron estrenadas en puestas
anteriores de Funciones Patrióticas, como La Marcha a Juan José Castelli, que se entonó frente
al público por primera vez en 2010, al conmemorarse el 198º aniversario del
fallecimiento de uno de los mentores de la revolución jacobina:
Para él más que un sueño eterno /la revuelta
fue toda una pesadilla,
¿A quién
debe importarle que las putas / le hubiesen contagiado la ladilla?
Sin
embargo se lo ha cuestionado, / por eso y su afición a la bebida.
Esos
mismos que brindaron a su lado / luego buscaron condenarlo de por vida. (…)
Tus ideas
resultaron muy extremas / para un pueblo que está lleno de dilemas.
Las canciones tienen una letra cuya autoría le corresponde a Martín
Seijo, y están acompañadas con la música
que a veces obedece al original y otras incorpora el rock, de este modo está
compuesta la Marcha Futurista
a mi bandera, donde la letra que incluye a San Martín en vez de a Belgrano,
también utiliza en esa versión remixada, el tema Mi Bandera del grupo que
lideraba Luca Prodan: Sumo.
Yo quiero a mi bandera, / yo quiero a mi bandera, /
planchadita, planchadita, planchadita…
La parodia se hace explícita como principio constructivo del grupo ya
desde la frase que aparece en el programa: “Marchando por un sueño”, paráfrasis
del famoso programa de Marcelo Tinelli, “Bailando por un sueño”, famoso por las
internas que se sucedían semana a semana, mucho más que por el nivel de baile
de sus participantes, que finalmente era sólo una excusa para la producción de
un programa de chismes con otros ingredientes. Una vez más, la tecnología e
internet es el personaje omnipresente con sus claras ficciones de una “realidad”
parcial que tomamos por cierta. Apariencias y simulaciones que los medios de comunicación
muchas veces, en complicidad con las distintas esferas del poder, imponen de
manera feroz. El dispositivo escénico también es un llamado de atención sobre este
uso desmedido de internet – copiamos, pegamos, imprimimos,…- y de la televisión
– diferentes concursos, programas de chismes, reality show… La tecnología en este caso, en particular, no sería
una herramienta para la creación artística sino, por el contrario, es una forma
de reflexionar sobre de que manera estamos atrapados en un imaginario
construido a partir de los intereses egoístas de unos pocos. Por lo tanto, la
propuesta de la Compañía no es solo el revisionismo histórico sino, además, es
una mirada sobre el proceso expansivo del imaginario cibernético (por llamarlo
de algún modo) y que se ha naturalizado de tal forma que nos aísla aceptando el
anonimato con docilidad. Pone en cuestión esta forma de expresión mediática y
de creer en una “realidad” que solo es un constructo social desde el punto de
vista de la práctica teatral. Como afirma su director[1]
sobre cada nueva obra:
Se trata de eventos singulares, eso buscamos,
en fechas patrias, rememorando aquellas funciones patrióticas del siglo XIX que
tan bien documentó Beatriz Seibel, o parodiando la estructura y estética de los
aún vigentes actos escolares, que constituyeron para la mayoría de los
integrantes de esta Compañía […] el primer contacto con una experiencia
histórico-político-teatral.
Cada
evento de Funciones Patrióticas es una experiencia que socialmente nos incluye
desde nuestra historia colectiva y, en especial, desde nuestra actualidad
pública, tan fragmentada como frívola, y privada en soledad.
Compañía Funciones Patrióticas Himnos, Marchas y contramarchas de una nueva gloriosa Nación. A partir del libro de Esteban Buch O juremos con gloria morir. Historia de una Épica de Estado. Elenco: Paolo Baseggio, José Escobar, Ernesto Fontes, Natalia Fernández Acquier, Julieta Gibelli, Claudia Mac Auliffe, Daniel Miranda, Sergio Zanardi. Música: Paula Banfi, Eduardo Espinoza, Alejandro Millán Pastori, Natalia Olabe y Sebastián Pandolfelli. Lengua de señas: Carla Vidal. Merienda: Vil Manjar. Prensa: Claudia Mac Auliffe. Vestuario: Compañía de Funciones Patrióticas (2008-2012). Fotografía: Jorge Marino. Luces: Fernanda Balcella. Asistencia: Guillermo Valdez. Dirección de video, realización y diseño gráfico: Paolo Baseggio. Dirección general, dramaturgia y letra de canciones: Martín Seijo.
[1] Párrafo extraído de la ponencia de Martín Seijo en el marco de las Primeras Jornadas de Comunicación, Artes escénicas y Artes Audiovisuales desarrolladas en la Facultad de Ciencias Sociales (UBA) en el mes de mayo de 2013.
http://lunateatral.blogspot.com.ar/2013/05/aportes-comunicacionales-en-la-creacion.html
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