La propuesta del grupo que dirige Estefanía Miceli es un corte sincrónico en la larga historia que
envuelve a nuestro país en cuanto a la trata de personas: el tráfico de
esclavos en tiempos de la colonia, la venta de los indios luego de la campaña
al desierto por el ejército que comandaba Roca, el actual trabajo en base a la
mano de obra esclava, y el tráfico de mujeres, cada vez más niñas, con la
finalidad de la explotación sexual. En los años 20 y 30 la
Zwi Migdal era una empresa altamente
lucrativa que involucraba a diferentes estratos del poder, y que con engaños y
falsos matrimonios traía en largos viajes en barco al país, a las mujeres /
objeto y mercancía que iban luego a ser “rematadas” en salones de confiterías
que se cerraban al público por tal motivo.1 La literatura y el teatro desde el discurso, ha construido y
reconstruido ese sórdido mundo e informado a los lectores / espectadores de una
tragedia que no tiene fin. La danza, de la mano del grupo Muuk, se introduce en
la temática a partir del lenguaje de los cuerpos. Las palabras, apenas un pequeño
soporte en la puesta, son casi innecesarias ante la fuerza de los movimientos,
del trabajo con la iluminación, de la eficacia de la música, y de una gestualidad
que acompaña el devenir de los personajes y refuerza la semántica y el sentido
buscado. El espectador puede leer en la coreografía presentada, una verdad
difícil de asimilar que procede desde un pasado que tras las lecturas
cotidianas se transforma en un presente continuum. La presencia masculina es
seducción y desengaño y la figura femenina que en suave danza de cortejo se
ofrece en su inocencia es a la vez bulto, mercadería de tránsito oculto hacia
un futuro de desgarro y de negación del propio ser, para sobrevivir entre el
abuso de la fuerza. Violencia que no sólo proviene de otros cuerpos sino de la negación de su identidad
como persona de derecho, esclava del otro y de su propio miedo, de sus sueños
rotos, humillada y vencida. Si la danza teatro como disciplina artística está
inmersa en la construcción cultural hegemónica a lo largo del siglo XX, y tiene
como principio constructivo fundamental al cuerpo del bailarín-actor: un cuerpo
“narrador-narrado”[2] de y por la realidad social. En Aires de 1930 este principio es superado a partir del
profesionalismo de los bailarines. Con la inclusión de las acciones físicas se
abre el mundo de la droga, el alcohol, la mafia, el machismo y su contracara:
el abuso psíquico y físico sobre la mujer, su cosificación extrema al ser solo
una simple mercancía. La puesta en escena resuelve perfectamente el tratamiento
estético de los opuestos; por un lado, el personaje masculino al mejor estilo
de Al Capone sentado digita la suerte de las pobres muchachas. Por otro lado,
estas cuatro jóvenes se transforman en una prolongación o una parte de sus
raídas valijas, en objetos que nuestra sociedad invisibiliza, pues miró y mira
aún hoy, hacia otro lado. Cinco cuerpos y un solo protagonista: el movimiento
como forma de expresión, para crean a través del artificio una situación, una
emoción, en un espacio escénico despojado donde en cada desplazamiento hay un
compromiso, una búsqueda de complicidad con el espectador. Otro sistema
significante importante es la música: el tango no solo como expresión musical
sino como expresión dramática, el mundo del bajo arrabal y sus miserias. La
porosidad particular de una obra de danza teatro permite trascender cualquier
localismo, pues es el lenguaje corporal quien tiene la tarea de poner en acto
la situación dramática. Esta obra, en particular, pone en escena la tensión, la
suavidad y el equilibrio solo a partir del movimiento, no hay palabras solo hay
tono, actitud y postura. Nos encontramos ante un diálogo tónico entre cuerpos,
anterior a cualquier diálogo verbal, producto no solo del entrenamiento sino además
de la experimentación. El trabajo responde a una exhaustiva investigación que
acompañaron Daniel Jaszczyszyn y Bárbara Brizzi3; desde allí proceden la exactitud en el vestuario de época, las marcas
de una década, la del treinta y un clima construido a través de la luz y el
sonido que como marco cierran un tiempo / espacio fácilmente reconocible. El
relato que forma parte del programa de mano, conforma un mapa que el tango
construía y reconocía a partir de sus letras. Letras duras que hablan de un
mundo marginal y cruel donde el cuerpo femenino y la soledad entre la gente es
el nudo gordiano; que el diseño acompaña con fotos que ilustran el tratamiento
obsceno de esos cuerpos mercancía. La directora ha realizado con anterioridad
dos trabajos donde la danza escribe un relato para un espectador a la vez
contemplativo pero no indiferente. Con una temática sobre el amor en DOS...a
veces es para toda la vida", Miceli afirma:
Ahí me fui a lo ridículo, cómico y exagerado de una
típica relación de pareja, dando el espacio a una sola relación, o simplemente
como individuo por los diferentes estados que pasamos. Me fui a lo mas kitch,
el típico hombre, la típica mujer, la obra era prácticamente tragicómica,
repleta de boleros, música cubana, Piaf, y trabajaba la adolescencia, la edad
plena de pareja, la crisis en la relación por la rutina, y el llegar a
viejos...de ahí salían millones de preguntas, toque al otro con cosas simples,
exageradas y divertidas pero a veces tristemente real.
Otros de sus trabajos abarcaban la situación de las personas en las
grandes ciudades, Buenos Aires en esta oportunidad:
En Situaciones Urbanas, por ejemplo, trabajo las acciones diarias
dentro de una ciudad. Todo arrancó en medio de la calle Florida, en hora pico,
es una obra que lleva multimedia, donde expuse la manipulación del mercado, la
soledad, el consumo, el automatismo, los desencuentros, los encuentros, etc.
Esta obra fue nominada a los Premios Estrella de Mar, como Mejor Espectáculo de
Danza. Un diseño de luces complejo, colores maquinales, elementos de transito
eran la estética de la obra, música muy actual en la web esta el trailer! mi
gran molestia era, ¿como podemos ser tantos en un mismo lugar y no tener en
cuenta al que tenés al lado.
Temáticas sociales, íntimas o colectivas que van sembrando
interrogantes en el espectador, aún en aquél no habituado a un teatro de
acciones, con el cuerpo como presencia narrativa principal, más allá de los
diferentes lenguajes que lo cruzan. El grupo tiene en proyecto un nuevo
trabajo:
Hace dos años que voy poco a poco investigando un
nuevo trabajo, "El Desborde Hacia lo
Ilimitado", arranco con un dúo, es un gran proyecto pero para eso se
necesita plata ajajja..? pensado en
un tablero de ajedrez, con una proyección 360º, donde hombre y mujeres
asexuados, se disputan en lo que seria el juego de la vida, muy actual, cuerpos
contaminados (vestuario con blisters de pastillas en un momento), trabajo las
obsesiones, el ser objeto, la perdida de valores, de respeto, la demanda de
escalar continuamente y perdiendo otras tantas cosas, las competencias
laborales, y de sexo mas que nada en lo laboral, la incapacidad de tocarnos,
sentirnos, el relacionarnos por choques, impactos...etc. Música solo de tres
artistas y mujeres Regina Specktor, Bjork y Cat Power, colores negros y grises,
pelos asexuados.
La puesta de Aires de 1930 es
una propuesta que con disciplina e imaginación, logra una síntesis expresiva de
una realidad que se sucede a partir del silencio y la invisibilidad: de las
situaciones sociales que la provocan, de la viabilidad de un comercio infame, y
de la perversidad de quienes acceden a él con la máscara del desconocimiento y
la inocencia. Un acto posible si todos los términos de la ecuación están
presentes.
Aires de 1930 por
el grupo Muuk. Elenco: Micaela Espinosa, Estefanía Miceli, Romina Sagula, Carla
Suárez, Hernán Vera. Edición musical: Federico Miceli. Vestuario: Viviana
Fourcade. Diseño de vestuario: Estefanía Miceli y Viviana Fourcade. Diseño de
iluminación: Estefanía Miceli. Iluminación y sonido: Javier Plazaola, Javier Coccaro. Asistente
de iluminación: Josefina Balmaceda, Camila Calvi, Abril Collet. Peinados: Matías Germán Villalba. Fotografía: Victoria Saporiti. Diseño gráfico: Eme Comunicación. Dirección:
Estefanía Miceli.
Tangos: “Mano a mano” Tango 1923 Música: Carlos Gardel / José Razzano Letra: Celedonio Flores – “Cambalache” (1935) Música y letra: Enrique Santos Discepolo. Intérprete: Julio Sosa- “Acquaforte” (1932) Música: Horacio Pettorossi, Letra: Juan Carlos Marambio Catán, Intérprete: Miguel Montero- “Yira...Yira” Tango Enrique S. Discépolo, 1930- “Viejo smoking” Tango 1930 Música: Guillermo Barbieri Letra: Celedonio Flores – “Flor de fango” Tango 1919 Música: Augusto Gentile, Letra: Pascual Contursi – “Milonguita (Esthercita)” Tango 1920 Música: Enrique Delfino Letra: Samuel Linnig- “Zoe Keating”
Drucaroff, Elsa, 2006. El
infierno prometido. Una prostituta de la Zwi
Migdal. Buenos Aires: Editorial Sudamericana.
1 “Se desembarcaron los ‘fardos’ (…) Los ‘fardos’ son las mujeres. Así las llama la gente del ambiente. Hay ‘fardos’ de diecisiete a veinte kilogramos, es decir, mujeres de diecisiete a veinte años. Esos ‘fardos’ no tienen el peso. Necesitan documentos falsos. Se embarcan clandestinamente. La gente del medio tiene cómplices en todos los barcos. Cuando no están entre el personal de mozos, lo están en la oficialidad (…) Cuando hay inspección, los cómplices las ocultan en una caldera apagada, en un ventilador, en el túnel de las máquinas. Esos ‘fardos’ son frágiles. No ven el día en todo el viaje” (Albert Londres, El camino a Buenos Aires. La trata de blancas; en Drucaroff, Elsa, El infierno prometido)
[2] Término que desarrolla Elina Matoso en El cuerpo territorio de la
imagen. Letras Vivas: Buenos Aires.
3 Un
proyecto que contó con el aporte de un museólogo recibido en la Escuela Nacional
de Museología y técnico superior en
Museología Histórica, con la
Directora del Museo Nacional de la Historia del Traje, entre
otros, que dieron los archivos, fotografías y catálogos de moda, que sirvieron
de apoyo histórico y referencial para el montaje la obra. Un equipo de
técnicos, intérpretes, etc, trabajaron en conjunto con la Directora, combinando
danza, teatro, texto para lograr plasmar la esencia, sensaciones, estética, imagen, de una cruda
época en nuestro país… (Estefanía Miceli)
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