lunes, marzo 26, 2012

Madre Primeriza! de Mariel Rosciano



En esta tercera temporada de Madre primeriza! es imposible ver la obra y no pensarla en relación al otro espectáculo de y por Mariel Rosciano[i] también en cartel, Mujer desesperada de 30, busca[ii]. No hay subordinación temática sino, por el contrario, como actriz / autora / directora construye a los seis personajes femeninos desde la problemática del género con humor y desde una perspectiva crítica, de cuestionamiento entre el ámbito público y el privado. En nuestra sociedad de consumo la mujer debe enfrentarse a distintos desafíos sociales y laborales; desafíos que están mediados por los propios miedos y sueños de cada fémina como también por las exigencias del entorno. Mariel ya nos tiene acostumbrado al buen manejo del unipersonal con algunos procedimientos del café-concert, y en un espacio escénico reducido y despojado, donde la iluminación recorta sus desplazamiento, desde el primer sketch - la sala de parto - nos lleva por un recorrido muy íntimo. Si con el monólogo se establece una relación de complicidad con el espectador, en este espectáculo esa complicidad es mayor, porque es en cierto sentido ambivalente: la teatralidad del género, los tonos brillantes del vestuario, la ductilidad de la actriz y el humor constante no impiden que el público femenino, en especial, convalide con risa esas situaciones que como madre primeriza hemos vivido alguna vez. La distancia se borra porque el “relato de vida” en primera persona nos incluye inevitablemente. Los distintos sketches no tienen una continuidad lógica, son una descripción de las diferentes situaciones y visitas que debe de algún modo tolerar la flamante mamá. Con estas situaciones cotidianas ficcionalizadas y la superposición de Mariel mujer / madre con su personaje Laura (la primeriza) el límite entre el espacio escénico y la platea es poroso. El logro del hecho teatral es escenificar con humor las contradicciones de la vida real, circunstancias que debe sortear una joven mujer cuando llega el momento de escuchar las interminables recomendaciones entre los tibios llantos de su bebé, “el recién llegado” al que la mamá está aprendiendo a conocer sin ninguna experiencia personal previa. Quizá el ritmo en cada escena generado a partir de la gestualidad corporal de los personajes, de los diferentes tonos de voz y de las miradas de cada uno - de Lili, su madre, o de Mara, su hermana, o de Gaby, su cuñada, o Marta, su suegra, o de Ofelia, su abuela – lograría ir en creyendo sostenido si la voz en off del padre fuera más breve. En toda esta situación, únicamente femenina, a la pregunta ¿dónde quedan los hombres? ya no hay una sola respuesta sino, al contrario, cada vez más es un lugar compartido.

Porque sin aludir a la fortuna
aquella noche de luna tu vientre se hizo cuna.
trayendo el fruto de algo mutuo.

Y es que es tan sagrada tu labor,
que pariendo con dolor materializas el amor,
volviendo humano el sentimiento.

Me gusta verte en el supermercado y tu swing al caminar
y tantas otras cosas, pero más me gustarás,
cuando alguien te llame: mamá.
(Vientre de Cuna de Ricardo Arjona)






Madre Primeriza!
de y por Mariel Rosciano. Actuación, Libro y Dirección: Mariel Rosciano. Vestuario y Escenografía: Luciana González. Asistencia de Vestuario: Mariel Garrido. Realización: Elsa Berta Keller / Doris Galiano / Susana Fernández. Música Original: Juan Vaccaneo. Diseño de Sonido: José Mediavilla. Diseño Gráfico: Lucas Giono. Asistencia de Producción: M. Emilia Rosciano. Producción General: Gazpatxo Producciones. Prensa: Mariel Garrido. Sala Cortazar en el Paseo La Plaza.








[i] Actriz, dramaturga, productora y directora, en este momento tiene tres espectáculos en cartel: En el nombre de Raquel, Mujer de 30 desesperada buscaMadre Primeriza.













La teoría de la mariposa (o el efecto del caos) de Eduardo Grilli


Eduardo Grilli1 es un dramaturgo que enfrenta el difícil género de la comedia y lo hace con solvencia, habiendo recibido por sus piezas varios premios otorgados por jurados de relevancia integrados por los dramaturgos: Susana Torres Molina, Luis Paéz, y Daniel Dalmaroni. Nos referimos a Alquilé tu vientre (2009); como antes ser reconocido con su sainete Tango lo qué (2004), obra ganadora del Primer Festival Nacional del Sainete. El espacio artístico Colette, dentro del Complejo de Paseo La Plaza2, con su distribución en mesas al mejor estilo del café concert, permitió a la puesta la ruptura de la mirada vouyerista y pasiva del público, para enfrentarlo a una decida inmersión en la intriga a través de la pareja central que ingresa al escenario desde una de las localidades, en plena acción; previa introducción de un pequeño monólogo a cargo de Florencia Cornago en su rol del personaje de Natalia, que de esta manera abrirá como luego cerrará la puesta. La comedia trabaja con personajes fácilmente reconocibles, que nos introducen en nuestras costumbres y carencias, pero con el gesto absurdo que nos mueve a reírnos de nosotros mismos. Como en el vaudeville los enredos de La teoría de la mariposa, van mostrando por separado los elementos del rompecabezas que finalmente unirá a todos los personajes, en un pequeño mundo de relaciones que rozan el delirio. La infidelidad masculina de Lucrecio, produce no sólo el tangencialmente mencionado “efecto mariposa” sino que se complica con la teoría de los seis grados3, con la que el género juega desde siempre. Es decir,  la teoría que explicita, que todos tenemos algún tipo de contacto cada seis personas que sirven de hilo conductor. Con profesionalismo los cinco actores van construyendo, por un lado, un nudo borromeo constituido por los tres personajes femeninos enlazados - Mirna, Natalia y Luz –mientras, por otro, Lucrecio es el antihéroe y Ceferino su oponente feroz. Con mucho humor explotan estos “los males cotidianos”y como público no tenemos dificultad para aceptar las incoherencias dado que las reglas del género no son tan rígidas: los lugares comunes producen la complicidad con el espectador, el marcado ritmo a través de los cambios, de la aceleración o no, y el tono exagerado. El reducido espacio escénico de la sala no es un impedimento para que con el juego actoral se expandan sus límites. De manera dinámica nos encontramos ante un espacio íntimo distinto según lo requiera la situación dramática, por ejemplo, un bar o la sala de espera para la sección con el psicólogo. Este personaje no está presente en el espacio real representado pero como espectador ocupamos su lugar y es otra figura que une a las tres femmes. Con la gestualidad de cada actor, tanto del rostro como corporal, y con los tonos de voz esta comedia ligera, de enredos, sin dejar ser de ser una propuesta seria logra su objetivo: que nos liberemos fácilmente a través de la risa[4].
 





La teoría de la mariposa
de Eduardo Grilli. Elenco: Natalia (Florencia Cornago), Lucrecio (César Di Giorgio), Mirna (Marcela Groppa), Luz (Candela Reynoso), Ceferino (Daniel Rodríguez). Musicalización: Eduardo Grilli. Fotografía de programa: Ariel Steinberg. Iluminación: Colette. Asistente de dirección: Matías Echeverría. Prensa: Tehagolaprensa. Dirección general: Nacho Steinberg. Espacio Artístico Colette. Paseo La Plaza.









1 El define su trabajo así: Dramaturgo, Director, diseñador gráfico, artista plástico y percusionista. En el campo teatral realicé talleres de actuación con Maria Onetto e Isabel Repetto. En Dramaturgia completé los tres años del seminario de Argentores a cargo de Ricardo Halac. Posteriormente participé de los Laboratorios de Escritura Teatral 1 y 3 a cargo de Alfredo Rosenbaum y Patricia Zangaro, también en Argentores. Hice el taller de Escritura Teatral a partir de textos no dramáticos del Teatro San Martín a cargo de Alejandro Tantanián. Asimismo participé del seminario intensivo dictado por Mauricio Kartún llevado a cabo en el teatro Payró. En el campo de la dirección me formé con los siguientes maestros: Ricardo Bartís, Seminario intensivo en el teatro IFT. Alfredo Rosenbaum, Taller de dirección y Puesta en escena, en el Centro Cultural Lola Mora. Kado Kostzcer, Taller de dirección Teatral en el Centro Cultural San Martín. Ciro Zorzoli, Taller de Dirección Teatral en el Teatro San Martín. José María Muscari, Taller de Dramaturgia Escénica en el Teatro San Martín. Tengo escritas alrededor de 25 obras. Cosas de Hermanas – tras- Hermanas (2003), De puntín al corazón (2004), Tango lo qué (2004, sainete), Las mujeres que (m) aman demasiado (2009); Alquilé tu vientre (2009), entre otras.

2 El Paseo la Plaza es hace muchos años un reducto imprescindible si se quiere tener contacto con el género comedia, desde el teatro alternativo. Los grupos que trabajan además de café concert en todas sus variables como el stand – up,   cada vez reúnen más seguidores entre los actores y el público.

3 Es una teoría que intenta probar que cualquiera en la Tierra puede estar conectado a cualquier otra persona del planeta a través de una cadena de conocidos que no tiene más de cinco intermediarios (conectando a ambas personas con sólo seis enlaces) o más popularmente que "el mundo es un pañuelo". La teoría fue inicialmente propuesta en 1930 por el escritor húngaro Frigyes Karinthy en un cuento llamado Chains. El concepto está basado en la idea de que el número de conocidos crece exponencialmente con el número de enlaces en la cadena, y sólo un pequeño número de enlaces son necesarios para que el conjunto de conocidos se convierta en la población humana entera.

[4] No debemos confundir humor con risa, ya que el primero es un fenómeno complejo - psicológico, social y estético - por lo tanto es un modo de provocar risa siendo ésta un fenómeno físico.




sábado, marzo 24, 2012

Las grandezas del género chico e ínfimo por María de los Milagros Eva Mateos

María de los Milagros Eva Mateos - Las grandezas del género chico e ínfimo

Top, Top, Top Todos tenemos una familia o Algo por el estilo de Marcelo Katz y Hernán Carbón



Una familia Top, top, top, tanto que uno de sus integrantes siente que tanto éxito, que no lo atraviesa, necesita ser exorcizado, por eso, elige la diferencia, el escapismo del humor del clown para construirse un mundo, donde albergar una sensibilidad diferente. Desde ese lugar de la marginalidad, en un universo que sólo acepta lo concreto, la imaginación y el juego recorren el espacio y el tiempo de una narración en primera persona, sin cuarta pared, donde el monólogo se transforma en un diálogo cómplice con el espectador desde la llegada de ese personaje entre tímido, e ingenuo que apela al buen sentido y pide silencio respetuoso para su trabajo. La sugerencia de cómo quitar el envoltorio de un caramelo sin hacer ruido, sustituye al conocido leat- motiv, de apagar el celular. Porque en el imaginario de la puesta, se busca desde la ternura provocar la empatía con el otro indispensable para el hecho teatral, el público. ¿Vos te quedás, no?, repite el clown ante la perspectiva que su presencia no agrade, que el ritual no se cumpla, por la ausencia de un receptor interesado, captado por la historia y la habilidad del narrador. El espacio preparado para el juego, y este como tema permanente es el recurso del payaso, profesión que pareciera tener que explicarse y justificarse a sí misma, a partir de la necesidad del encuentro con uno mismo. Jugar, universo olvidado por el adulto, que duplica la realidad y la modifica a deseo y antojo de aquél que se atreve al doble salto mortal, del juego de la infancia y el escénico. Marcelo Katz apuesta al imaginario de la infancia para llevar al espectador adulto a una dimensión olvidada; y lo hace a través de los objetos, caros al mundo del niño y que sobreviven como instantes de felicidad en la memoria. El personaje construye una familia múltiple, más allá de su entorno natural, y rescata en su memoria los recuerdos de lo mejor y lo peor en su viaje vivencial. En el espacio escénico los límites entre lo real y la ficción son sumamente porosos, es un relato de vida donde la relación entre el individuo y el personaje es estrecha y como espectadores aceptamos la propuesta sin preguntarnos qué hay de verdad, qué hay de fantasía. Las imágenes proyectadas en la pared corroboran, o no, lo dicho con sensibilidad infantil y con profesionalismo, el clown nos lleva por un recorrido escénico autobiográfico: “mi mamá”, “mi papá”, “mi hermano”, “mi hija”, mi casita en el Tigre,… La comicidad estructura la obra, comicidad inocente que hace del espacio lúdico un rincón de juegos infantiles y permite que varios espectadores de las primeras filas accedan a “jugar” sin miedo al ridículo. El espacio real representado va tomando mayor volumen como las finas capas de una cebolla, por los afectos en distintos tiempos y espacios, por las fantasías y quizás por los miedos a medida que el relato oral se desarrolla. Un trencito cargado de ilusiones o un botecito de alegrías compartidas, son pequeñas situaciones cotidianas y tal vez olvidadas. Top, Top, Top nos propone construir un gran traje de arlequín en ese espacio escénico lleno de pequeños colores y grandes recuerdos, y donde cada retacito de tela es la visión personal de cada espectador. Aprendimos la lección: si el juego es creatividad esta actividad es indispensable para estar vivo.
 








Top, Top, Top; de y por Marcelo Katz1 y Hernán Carbón. Clown: Marcelo Katz. Dirección: Hernán Carbón. Música original: Sebastián Furman. Vestuario: Laura Molina. Escenografía: Analía Gaguin. Realización escenográfica: Analía Gaguin y Florencia Borowski. Fotografía: Sebastián Gringauz. Diseño de luces: David Seldes – Fernando Berreta. Coreografía: Diego Bross. Prensa: Simkin & Franco. Teatro: Centro Cultural de la Cooperación.













1 Marcelo Katz  dice en una entrevista: “Yo me crucé con el clown por los años 80. Me gustó mucho lo que implica ese trabajo; la poética, el humor, la vulnerabilidad. Lo encuentro un género con mucha fuerza, con mucha magia. Y fui haciendo cosas de clown, pero no me dedicaba exclusivamente. Trabajé en el Teatro San martín durante 7 temporadas. Ahí también hacía papeles cómicos, pero no eran específicamente clownescos. Después, dirigí la Compañía La Trup, donde actuaba los números de los clowns, me ocupaba de dirigirlos, pero también hacía malabares y acrobacias. Y en algún momento me cansé de la parte más técnica y acrobática, y me dieron ganas de dedicarme específicamente al clown. Ahí dejé de hacer circo y formé la Compañía Clun.” (Clown, otro mundo es posible; entrevista a Marcelo Katz, para Imaginación atrapada por Jimena Trombetta)












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