Paula Ransenberg en
Para mí sos hermosa construye un
unipersonal donde se desdobla en seis personajes inquietantes, como sucede ya
desde el programa de mano donde lo real y lo imaginario se cruzan en las mini-
historias que lo integran: las siamesas que abren el relato, establecen un
duelo entre dos personalidades encerradas en un solo cuerpo; Bess, la mujer de
Harry; la mujer etérea y su fragilidad; la mujer magnética la vieja que
resguarda el recuerdo del mago a través de la recuperación de su fragancia; y la nieta que cierra la historia con un
discurso donde la razón es transgredida por la magia. El teatro es juego y la
actuación es magia. Eso nos dice la actriz desde la palabra, la gestualidad, el
trabajo con el cuerpo, y todos los matices posibles para construir sus
personajes, creíbles desde la atmósfera mágica que crea. Mágico es su juego de
interpretación que nos lleva a transitar el amor, el dolor, la soledad, el
deseo, el recuerdo de una ausencia, la de Harry, un mago que desapareció un
oscuro día de junio de 1940 mientras realizaba su truco bajo el agua, en un
remoto pueblo de Hungría. Una muerte sin cadáver, habla de la desaparición de un
cuerpo que no puede atestiguar su propia pérdida. Así lo lloran algunas de sus
mujeres, mientras otras sospechan una verdad evidente: su huída. De esa
presencia inmaterial, que se introduce a través de la voz en off de Marcelo
Nacci; surgen los monólogos de las criaturas que escapan de la galera de la Ransenberg, de los
personajes femeninos que pueblan la puesta construidos desde la imagen y la
palabra, (las lenguas se cruzan para dar cuenta de la universalidad de lo
sentido, y del viaje de vida en ese carromato de circo) La dramaturga / actriz
ya nos había deslumbrado en Sólo lo
frágil; pero este trabajo no sólo es excelente sino además exquisito. El
personaje de las siamesas, una débil y otra fuerte, es una metáfora del alma
femenina que lucha contra su propia sombra, aquella que la lleva a la sumisión,
o la que le permite con su cinismo e incredulidad: ver con los ojos abiertos.
Sensibilidad y dureza; dulzura y tristeza, fe y cinismo se baten en ese cuerpo
doble, que sin embargo, no puede separarse sin perder la vida. El espacio se
expande del carromato al exterior, de allí al público, de la sala a la
extraescena, permitiendo en ese mundo cerrado, donde cada relato conforma un
capítulo de la memoria, para dar paso a la entrada de lo real concreto en el
personaje de la nieta de Harry que revela el destino del mago y clausura la
historia. La nieta, abogada, si bien reniega del recuerdo que guarda de su
abuelo y de la magia, se deja atravesar por ésta que la sorprende: la muerte de
su amor coincide con la de su abuelo. Lo real cotidiano, la vida común mata el
amor, mientras que aquel, que solo vive en un mundo sobrenatural, encuentra su
hogar definitivo en el alma de los fieles de una religión demasiada humana, aún
en la ausencia. La memoria mantiene una imagen añorada que quiebra las leyes de
la física y permite la presencia de lo ausente. Del humor a la ternura, de la
amargura a la resignación las mujeres que Harry marcó de por vida, se enfrentan
a sí mismas cuando deben construirse sin él. Así la figura etérea desaparece en
la tristeza y se recupera cuando esta se transforma en bronca. Con un vestuario
bello y original, signo de la personalidad de cada alma femenina; al igual que
la escenografía diseñada por Alejandro Mateo, y la música e iluminación de
Emiliano Álvarez y Fernanda Ballcels, Paula Ransenberg va construyendo un
universo atrapante o sea teatral; la realidad se teje con lo maravilloso e
inexplicable y cuando las palabras no alcanzan para comprenderla está la magia
y ella lo sabe.
Para mí sos hermosa dramaturgia y actuación Paula Ransenberg. Voz de Harry: Marcelo Nacci. Diseño de escenografía y vestuario: Alejandro Mateo. Diseño sonoro: Emiliano Álvarez. Diseño de iluminación: Fernanda Ballcels. Realización de vestuario: Lucina Tropini. Realización de escenografía: Manuel Escudero. Peluca: Mónica Gutiérrez. Asesoramiento de Magia: Daniel Garber. Fotografía: Alejandra Ojeda. Diseño gráfico: Miguel Israilevich. Asistencia: Pablo Guises. Asistencia en ensayos: María Víctoria Muñoz. Dirección: Marcelo Nacci. Prensa: Marisol Cambre. Timbre 4.
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