“El homicida se subroga al tiempo. Y en el instante de matar, mágicamente, cree ponerse a salvo de su propio tiempo, el que terminará con él. (…) No se mata sólo con puñal, veneno o arma de fuego. Se mata engañando, traicionando o humillando, oprimiendo y explotando. Y siempre el que mata siente, mágicamente, que no es él quien muere, sino el otro”
(Juan Carlos Gené)
Juan Carlos Gené1 fue un maestro de actores, un actor
destacado y un dramaturgo reconocido por sus textos dramáticos y por sus
ensayos que teorizaban sobre su quehacer desde la actuación y la escritura.
Sufrió como muchos otros el exilio pero supo hacer de aquella desgracia virtud,
y siempre en acción llevó adelante en Venezuela una labor intensa junto al
Grupo Actoral 80 que fundó en 1983 y al CELCIT (Centro Latinoamericano de
Creación e Investigación Teatral) de quien fue director. En aquel lugar, junto
aquellos que se unieron a su labor, escribió Golpes a mi puerta, un texto de discurso vivo, con diálogos de alta
tensión dramática, llevados adelante por personajes que el espectador podía
identificar en cualquier tiempo y espacio de una Latinoamérica invadida y
asolada por cruentas luchas. Un espacio imaginario pero a la vez de fuerza
documental en aquellos difíciles años de represión y dictaduras, que el
dramaturgo no quiso nominar para dar cuenta de la pertenencia continental.
Golpes
a mi puerta fue el primer
gran éxito de público del GA 80 en Caracas
y la realización que permitió al colectivo levantar su vuelo desde
entonces ininterrumpido. Fue estrenada por el mismo grupo en Buenos Aires,
durante su primera gira internacional de 1985, en el Teatro Municipal General
San Martín (Gené, 1993/4, 16)
A un año de su
muerte, aquellos que fueron sus alumnos y compañeros de ruta, tomaron la
decisión de llevar adelante la puesta de aquella pieza que estrenaran Verónica
Oddó y el propio Gené: Ana y Cerone respectivamente. El ¿Por qué? Está
explícito en el programa de mano, y tras todas las causas posibles, la suma se
cierra con el deseo: “Por todo esto…y porque nos da la gana”. Bajo la dirección
de Eduardo Graham y en un espacio escénico divido en los cuatro espacios
necesarios, de arriba hacia abajo, es decir, del escenario hacia la platea, se
instalan: el altar, la cárcel, la sala de la casa de Ana y Ursula, y el pasillo
que da a las habitaciones donde se refugia Pablo. Una puerta lateral suma las
presencias inesperadas y las no deseadas, y propone la llegada de la calle a
partir del sonido militarizado de los desplazamientos, y una percusión que deja
caer el tiempo. Daniela Catz, Ana; Maia
Francia, Ursula; Ariel Guazzone, Pablo y Camilo Parodi, Cerone; conforman los
cuatro vértices de una lucha por la verdad y la justicia, en contra del poder
corrupto y de la violencia desbordada, bajo la mirada eclesiástica del
Monseñor, Mario Petrosini, cuya figura y cuya voz abren y cierran la pieza. Ana
como una Antígona criolla, tiene una ley
que obedecer que va más allá de la que dictan los hombres: proteger al
desvalido, ayudar con caridad cristiana al débil y al perseguido por la
justicia; cumplir con la ley de Dios, de Aquél con el que ella conversa desde
el Sagrario. Para ella el azar la pone frente a un deber que no admite
discusión. Cerone, como el Creonte de Sófocles, se rige por un poder que le otorga
todos los derechos, e invoca como un Dios terrenal, una ley escrita por los
hombres que avala su decisión sobre la vida y la muerte de los que no la
respeten. Entre los dos, la persona de Pablo, que ruega asilo y que siente
culpa por el compromiso que para las dos religiosas representa dárselo. Úrsula
como Ismene, se niega por miedo, para luego ver como un acto de soberbia y
sobreprotección la reacción de Ana, cuando por cuidarla quiere alejarla de los
hechos; pero las cartas están marcadas y el cordero del sacrificio tiene nombre
propio: Ana. Las muy buenas actuaciones de Daniela Catz y Maia Francia fluyen
con una química que hace de sus encuentros algo que conmueve naturalmente, las
actrices juegan no sólo con los matices de la voz sino con una gestualidad que
desde el mínimo movimiento logra la efectividad de la expresión. La fuerza que
Camilo Parodi le otorga a Cerone, el cinismo con el que se desenvuelve, el color
de su voz cuando intenta ser conciliador y convencer a Ana de ceder y delatar o
consentir y admitir lo inexistente es también de muy buena factura. Mario
Petrosini como un Monseñor alejado desde el púlpito y alejado aunque cerca en
la cárcel junto a Ana, muestra la construcción de una figura que se debate
entre los poderes terrenales y la convicción más profunda. Silvia Katz compone
a su despreciable Amanda con la contundencia
necesaria para el desenlace. Ariel Guazzone, le da la carnadura
verosímil a un Pablo que al huir arrastra tras de sí el destino de sus
salvadoras sin desearlo. Todos los personajes y cada uno de ellos, aún los que
componen los roles más pequeños, ofrecen una interpretación del texto de Gené
que el Maestro hubiera disfrutado y agradecido. La música y la iluminación
construyen significantes que refuerzan la semántica del discurso, y componen el
clima que nos va llevando a todos de la mano hacia el desenlace. Esta puesta
dirigida por Eduardo Graham aúna el respeto por un texto valorado desde la
palabra con la calidad rigurosa de un trabajo de equipo que no se permite
fisuras.
Golpes a mi puerta de Juan Carlos Gené. Elenco: Daniela Catz (Ana), Maia Francia (Ursula), Ariel Guazzone (Pablo), Camilo Parodi (Alcalde Cerone), Mario Petrosini (Monseñor), Silvia Katz (Amanda), Silvia Trawier (Severa), Agustina Iparraguirre (Mujer de gris), Pablo Oubiña (Jefe), Leonardo Díaz (Irregular). Escenografía y vestuario: Carlos Di Pasquo. Realización de Escenografía: Darío Tarasewicz, Justo Noetinger. Diseño de Iluminación: Fernando Díaz. Música original y Dirección musical: Camilo Parodi. Músicos: Camilo Parodi, Leonardo Díaz, Pablo Oubiña, Agustina Iparraguirre. Diseño Gráfico: Gráfica Tupac. Fotografía: Diego Ortiz Mugica y Paula Guazzone. Asistente de Dirección: Eugenia Palioff. Asistente de Escena: Verónica Caminos. Producción Ejecutiva: Lorena Carrizo. Prensa: Marisol Cambre. Operador de Luces: Germán Giacalone. Coordinadora de Sala: Ivana Averta. Dirección: Eduardo Graham. Sala: Andamio 90.
https://www.facebook.com/pages/Golpes-a-mi-puerta-escrita-por-Juan-Carlos-Gen%C3%A9/370433063065096
http://www.andamio90.org/
http://www.andamio90.org/
Gené, Juan Carlos, 1994. Teatro 1. Buenos Aires: Ediciones La Flor.
_______________,1996.
Escrito en el escenario. Pensar el
teatro. Buenos Aires: Celcit
1 Juan Carlos Gené fue actor, director,
dramaturgo y maestro de actores. Comenzó su carrera en la década del 50 en
teatro, cuando el diciembre del 51, en el desaparecido Teatro Comedia, llevó
adelante una pantomima de Pablo Palant y
una obra breve de Bernard Shaw. En esos años estrenó su primer texto dramático El herrero y el diablo (1955). Los
sesenta lo encuentran en la novedosa oportunidad que ofrecía la televisión,
primero como actor, en la versión para el medio de Hamlet de William Shakespeare y en el ciclo Alta Comedia; para luego debutar como guionista en Cosa Juzgada la serie dirigida por David
Stivel en 1969. El cine también lo tuvo como guionista en La
Raulito en
1974, y en la versión para cine de su pieza teatral Golpes a mi puerta en 1994. Tuvo que exiliarse a partir de la
dictadura cívico /militar, alejamiento que duró has 1993 cuando regresó definitivamente
al país junto a Verónica Oddó. Dirigió el Teatro San Martín en el período
1994/96 y el Celcit y fue presidente y secretario General de la Asociación Argentina
de Actores por 11 años. Sus últimos trabajos fueron Bodas de sangre (2011) sobre la textualidad de Federico García
Lorca, dramaturgia y dirección y una nueva versión de Hamlet(2011)
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