martes, julio 23, 2013

Domingo / Imágenes de un Novela, dos obras de Luis Cano



  

Domingo, la pieza de Luis Cano forma parte de su última edición de textualidades dramáticas Escuela de marionetas (2012)1; nombre significativo para un conjunto de textos que indagan en subjetividades atrapadas por el infierno de lo cotidiano y por sus propios avernos interiores. Personajes que danzan entre la línea sutil que va de la locura a la cordura, entre lo normal establecido y aquello que rompe con todo contrato convencional naturalizado. Con una poética atravesada por los procedimientos de la posmodernidad, que podemos resumirlos en uno altamente productivo: la fragmentación; la escritura de Cano nos sitúa como espectadores en el lugar de la incomodidad. Observadores, en muchos casos pasivos, de situaciones que nos tocan, en nuestro también muchas veces confuso pensamiento racional, para desestabilizarlo horadando la realidad. Un espacio escénico, que se divide en el afuera del sótano, el sótano y la escalera que suma a esa relación la idea de un movimiento continúo hacia ninguna parte. Espacio construido desde el discurso por el personaje, que va elaborando lo real concreto mixturado por las situaciones que teje su imaginación a partir de un soliloquio interrumpido por la voz de la señora de la baranda verde, o por otros de los habitantes del edificio que suspenden su relato. La dirección de Verónica Mc Loughlin,  le propone a Mauricio Minetti / Domingo que sea a través del desdoblamiento de su voz quien introduzca a los otros personajes. El actor compone una subjetividad compleja desde la fragmentación del recuerdo, “que iba a hacer”, desde el quiebre que aparece en su lenguaje, y desde el cuerpo, con movimientos quebrados, dificultosos que muestran el desequilibrio interno a partir de la irregularidad externa. La puesta en escena realista ubica al espectador en un espacio muy reducido y nada habitual, formamos parte del sótano al final de la escalera y quedamos atrapados en la soledad del personaje, un personaje que se desplaza en un no tiempo y que gira en falso a pesar de él mismo, en un intento vano de encontrar la única salida.     

En la segunda obra, Imágenes de una Novela, la dramaturgia de Pablo Iglesias le suma un plus extra a la particular escritura de Cano. Desde el mismo título, pues pareciera hacer referencia a la publicación de otros textos dramáticos publicado con anterioridad[2] y, sin embargo, el núcleo duro está formado por dos obras breves o quizá más del libro mencionado anteriormente. Además, con cada programa de mano nos llevamos parte de un texto que intenta desvanece en este contexto específico: la página 225/226 del texto Bibí Carabé sobre la cual está impresa la ficha técnica. El orden aparente de la puesta en escena a partir del desorden buscado para poner en crisis el concepto y la productividad del lenguaje. Tres personajes femeninos construidos a partir de la palabra, de la memoria y de un desplazamiento temporal que se fragmenta constantemente. La casi inmovilidad de las tres mujeres y del pequeño muñeco no suturan el ritmo interno de la obra sino que, por el contrario, potencian la inestabilidad intrínseca del texto primero. Un espacio escénico reducido, claustrofóbico, donde lo único cierto parece ser las “fotos marrones”, los recuerdos de la infancia, que tratamos de aprehender desde nuestro sitio. El color azul brillante de las mallas y de la pileta inflable, la iluminación y la música son elementos que pretenden devorar el dolor que emergen en cada intersticio del discurso verbal. Tres niñas / adolescentes o tal vez un solo personaje que se ha escindido porque necesita de otros cuerpos para poner en escena la subjetivada profunda y casi intolerable del relato. Las jóvenes actrices con profesionalismo le dan una fuerte e intensa textura al hecho teatral; la fragmentación, la repetición, los silencios producen una recepción accidentada dejando que cada uno de nosotros complete los huecos / lo no dicho, ya que algún punto y no por azar nos involucramos en el juego que desde el espacio lúdico nos atrapa y aleja a nuestra cotidianidad al aceptar el artificio:

Una vez armé un ramito de flores para el cumpleaños de mi mamá. […] Le di el ramo a mi madre y se puso feliz. Me tomó de la mano y me llevo a su habitación. Dijo que me iba a castigar por haber llegado tarde. Estaba bien, me correspondía. Mamá era estricta con la hora. Me dijo que me desnudara […] Ella me amaba y yo la amaba. Fue la única persona que tenía en la vida. (Cano, 2012:130-131)

Si bien la poética posmoderna hace estallar cualquier principio constructivo, esta puesta en particular no tiene fisuras pues subyacen formas y sentidos que provocan en el espectador ver lo que no está y escuchar lo que no se dijo.









Domingo de Luis Cano. Actor: Mauricio Minetti. Fotografía y dg: Lina M. Etchesuri. Sonido: Martín Gorsd. Iluminación: Lautaro Graciosi. Espacio: Mauricio Minetti,  Verónica Mc Loughlin. Asistente de dirección: Isabel Fagalde. Dirección: Verónica Mc Loughlin. Buenavía Teatro.


Imágenes de una Novela sobre textos de Luis Cano. Dramaturgia: Pablo Iglesias. Actrices: Valeria Actis, Camila Palacios, Clara Virasoro. Asistente de dirección: Martín Rey. Colaboración artística: Christian Lange. Concepto y realización plástica: Gabriela Delmastro. Realización dispositivo lumínico: Mauricio Minetti. Concepto de espacio: Pablo Iglesias en colaboración con el grupo. Diseño gráfico: Estudio Papier. Prensa: Carolina Alfonso. Dirección: Pablo Iglesias. Buenavía Teatro.





Luis Cano, 2012. “Elementos del paisaje” en Escuela de Marionetas. Buenos Aires: Libro Disociado; 127-131.





1 Domingo fue escrita para el proyecto Edificio, al que el autor fue invitado a participar junto a Javier Daulte, Marcelo Bertuccio, Alejandro Tantanian, Daniel Veronese y Rafael Spregelburd en el año 2000.



[2] Imágenes de una novela es una recopilación de textos dramáticos de Luis Cano: Ostras frescas, Comedia de un hijo, Bancos posando, Socavón, El paciente y Chiquito.


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