Alivia mis culpas Dios, por favor….
María de los Ángeles Sanz
El extranjero1 como espacio teatral ofrece una puesta potente en cuanto a su temática, que lleva al espectador a mantener en vilo la atención por la fuerza de las historias que componen fragmentariamente un relato que tiene que ver, como en su anterior producción, El trompo metálico, con la figura femenina y su relación con la ausencia del padre. Seis personajes en un solo espacio, que nunca sabremos si es el infierno en la tierra o el de Dante, narran desde el límite de su propio vértigo sus historias de vida y presentan cuadros que sin mantener todos la misma tensión dramática dejan al desnudo más despiadado el dolor de esas almas en estado perpetuo de soledad. Con una buena distribución de ese locus único, rompiendo por momentos la cuarta pared desde la palabra o desde la mirada fija en el espectador, cada una de ellas atraviesan problemáticas que desencadenan la idea de la muerte por mano propia, o que claman al cielo por el término de ese ciclo que nunca acaba. La bulimia, la discriminación, el vacío que se llena con la acumulación de objetos, la culpa por la pérdida de un ser querido, padre o hermano, el incesto, forman un territorio donde la culpa es el sentimiento imposible de soslayar y soportar. El vestuario apoya la construcción de las figuras fantasmales que devienen en otras y en sí mismas durante los sesenta minutos que dura la puesta, y la iluminación propone momentos, estados, que dan cuenta de las situaciones, creando climas y profundizando sensaciones. Las actuaciones no todas en el mismo nivel, logran sin embargo un cuadro homogéneo, destacándose la actriz del cuadro de la niña que pierde a su padre, el de la hermana que quiere ser Alicia, el de aquella que encarna el cuerpo de una niña/ ángel que pretende desmaterializarse, y la que construye desde el amor prohibido un cuerpo de mujer clausurado bajo el hábito monjil. También como en otros textos la escritura de Steinhardt sigue su recorrido de crítica a la educación recibida, claustrofóbica y enferma, dual e hipócrita, que mantiene una variable irregular entre las partes, donde la víctima y el victimario no son sólo una secuencia que se desencadena en la violencia ejercida desde el afuera sino que muestra sus aristas más crueles en aquellos que debieran ser el marco de la contención afectuosa. Con algunos procedimientos de estructura, la fragmentación, la atemporalidad, o referenciales a trabajos anteriores, la “cosera” se queda con el trompo de Catalina, señales para los seguidores de sus trabajos, y en un clima onírico, en un espacio atemporal, los personajes esperan en el medio de su desesperanza; y quedan en un tiempos suspendido, aquel del eterno retorno. Podemos hablar de una pieza desde el absurdo resemantizado en la posmodernidad de los noventa, o coincidir con Lorda Alaiz, en su conceptualización del “realismo exasperado”, existencia cotidiana expuesta de forma cruda y despiadada para definir un teatro que no repara en atravesar el cuerpo del espectador desde la palabra y la acción, aunque ésta este contenida en el límite último de la cordura. La pregunta que se deja deslizar y no permite ser soslayada es: ¿quién es el exponente y quien el productor de ese la locura desatada, qué leyes desatan el infierno?
Después del borde de Heidi Steinhardt. Elenco: Lorena Damonte, Sofía Wihelmi, Silvia Villazar, Florencia Natftulewicz, Ana Clara Schauffele, Heidi Steinhardt. Diseño de escenografía: Alejandra Polito. Realización de escenografía: Nacho Pola. Vestuarista: Amelia Barros. Diseño de iluminación: Silvana Correa. Arreglos de sonido: Gabriel Guz. Entrenamiento corporal: Ana Quirós. Coach vocal: Nora Pessolano. Primer asistente de dirección: Cristián Rojas. Segundo asistente de dirección: Hernán Statuto. Dirección capítulo “Princesa ahogada”: Miguel Israilevich. Colaboraciones en dirección y puesta en escena: Carla Pessolano. Dirección: Heidi Steinhardt. Espacio Teatral: El extranjero.
1Los integrantes del espacio se definen a sí mismos: “La idea surgió como un proyecto familiar y lo encaramos junto a mi hermana (Luciana Stolkiner), que también es actriz. En la construcción del espacio trabajó mucha gente: amigos, familiares, compañeros de trabajo. Cada uno aportó lo que pudo y entre todos se fue forjando lo que hoy es El Extranjero. Por otro lado, debo decir que, si bien el espacio al día de hoy ya cumple con todas las condiciones necesarias como para su funcionamiento, no es algo consumado ni mucho menos. Por ahora es un cuerpo enorme con un alma pequeña, esta última es la que se deberá ir construyendo y moldeando con el tiempo, cosa que sólo será posible y tendrá sentido si, como el teatro mismo, surge de la cooperación de un grupo de gente que desee poner su propia impronta en pos de un objetivo común. Y por supuesto que los espectadores también tendrán mucho que ver en ese sentido. (…)Después de vivir varios años en Europa regresé a Buenos Aires con el deseo de instalar mi propio espacio. Como en ese momento las condiciones no estaban dadas como para poder apostar a un espacio propio, me acerqué a los galpones que el artista plástico Carlos Regazzoni tiene en Retiro y le hice una propuesta de trabajar ahí, a cambio de acondicionar un viejo corral de animales que tenía al fondo del museo y convertirlo en un espacio apto para hacer teatro. Reciclando materiales que el propio Regazzoni tenía en el lugar, en 2005 estrené mi espectáculo L.U.I.S. (Las últimas imágenes soñadas) junto a mi grupo de trabajo. Dos años más tarde, llegó el estreno de Cleansed para lo cual adaptamos la sala según las necesidades de nuestra puesta. Trabajar ahí me sirvió mucho para aprender el manejo, y si bien siempre me sentí muy cómodo en el lugar, también es cierto que constantemente debía adaptarme a las condiciones de un espacio que no era mío. (…) El extranjero es un espacio pensado especialmente para la producción teatral, ubicado en el corazón del abasto, su objetivo es servir como centro creativo de trabajos ligados a la búsqueda y experimentación de las artes escénicas en su más amplio espectro de lenguajes. Nuestras propuestas intentan llegar al público con el compromiso político y social de poner en evidencia aquellas circunstancias del mundo de hoy que nosotros, como integrantes del campo cultural y creativo, observamos problemáticas fundamentales del existir en nuestro presente. NUESTRA FILOSOFIA: El Extranjero está conformado y pensado por realizadores teatrales que conocen de cerca la problemática del teatro independiente ya que conviven con ella en sus propias realizaciones. En este sentido es que se posiciona como espacio productor de sus propias propuestas abriendo el juego a otros realizadores afines a compartir el tránsito en el complejo camino de producir una obra. Estar en El Extranjero implica el compromiso con una idea que se refleja en una actitud frente a la vida. Sentirse extranjero es ver desplazado el propio sentido de pertenencia dentro de un sistema dado y muchas veces en apariencia inalterable. La respuesta frente al "estado de las cosas" es ofrecer una participación activa como productor de opinión tendiente a poner en crisis los dogmas supuestamente establecidos. Para nosotros el teatro debe plantear problemas y no soluciones, creemos que son las preguntas aquellas que pueden mover el estado de las cosas y no las conclusiones. Atendemos a que los trabajos a programarse en nuestra sala planteen un dilema que ponga en crisis los cánones del conocimiento establecido, nos interesa que esto no sólo se de en el plano del discurso si no, y sobre todo, en el terreno de los usos de los signos del lenguaje teatral en su forma y contenido. El espacio no pretende abrir juicios de valor si no servir como medio para descubrir aquellas poéticas personales de cada ser y así favorecer una comunicación que sepa nutrirse del encuentro con la belleza intrínseca a la particularidad de cada persona. En definitiva el teatro se abre como lugar para el aprendizaje y desarrollo de las expresiones e inquietudes artísticas que surjan del vínculo con distintos creadores, instituciones o promotores culturales.” (datos obtenidos de alternativa teatral, entrevista por Sonia Jaroslavsky)
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