Como bien sabemos, la fantasía y
la imaginación son los elementos que hacen al desarrollo evolutivo en la
primera infancia. La fluidez y la flexibilidad conceptual de la imaginación
implican el desarrollo feliz, no sólo de la vida emocional, sino también de la
vida intelectual. Cuando estimulamos al niño para un mundo poético rico y
flexible lo estamos introduciendo en un
mundo mental cargado de vivacidad e intensidad emocional. Los espectáculos que
Gabriela Hillar pensó para los más pequeños responden a un concepto
radicalmente afianzado: el proceso de convertirse en persona humana está
vinculado de forma íntima y fundamental con el desarrollo de la imaginación. A
esto responden las tres puestas de la realizadora.
Danza a upa
Gabriela Hillar, ideóloga del proyecto, es quien presenta el espectáculo explicando que lo fundamental en él es respetar la libertad de los pequeños. Solos, comenzarán a seguir lo que sucede en el escenario a medida de que el espectáculo los vaya atrapando. Aconseja a los padres para que dejen que los niños gateen, caminen, trepen por las gradas y que no se preocupen en caso de que suban al escenario, los actores están preparados para bajarlos. Todo con suavidad y afecto. Luego cuenta que es lo que se verá, a través de lo que denominó “coreoformografía” (fusión de artes plásticas y danza), en el encuentro de la libélula Tut y el escarabajo Andrés.
Esta
historia danzada se desarrolla en un escenario totalmente despojado donde la
hermosa libélula vestida de blanco con sus enormes alas también blancas es lo
único que el niño tenderá a focalizar. Tut, baila alrededor del lago (un gran
óvalo muy blanco) al que luego hará ondular. Aparece entonces Andrés, el escarabajo,
vestido con fuertes colores que contrastan con la blancura de libélula,
de la misma manera que sus movimientos semejan una bola que se contorsiona por
el piso. Luego se incorpora, baila y Tut lo va despojando de su vestimenta como
si fueran capas. Con esas bandas de colores juegan y arman enormes flores que
por momentos los protegen de la lluvia.
Si
el aspecto visual juega un papel fundamental, por los movimientos, gestualidad
y colores del vestuario, la música hace un aporte más que relevante. Muy suave
por momentos, más rítmica en otros, acompaña cada gesto, cada movimiento. La
danza, con alternancia de ritmos, se acompaña con muy pocas palabras, sólo
sonidos de contacto social.
Los
chiquitos celebran los momentos de humor, algunos acompañan el baile con sus
movimientos, otros aplauden y por supuesto, no faltan los que suben al
escenario para bailar y tocar, los jóvenes intérpretes los bajan con suavidad y
gracia como si fuera un paso de baile, entre otros muchos.
Canciones a Upa
El espectáculo contó con la sala
totalmente colmada. Me pregunté preocupada, ¿qué pasará con tantos niños que no
superan los tres años? ¿dónde nos meteremos cuándo todos comiencen a gatear y
quieran ir y venir por las gradas? Bueno, nada de eso sucedió, salvo una sola
niñita que sin ningún tipo de “berrinche”, buscando el ángulo más disimulado
del escenario, subía una y otra vez cada vez que la bajaban. Todo un modelo de
perseverancia.
Sin
ningún tipo de decoración en el escenario, sólo los objetos que protagonizan
cada una de las canciones: las enormes manos, las cajas que contienen las
pelelas, el títere, la hamaca para sentarlo, los elementos para las torres.
Todo más que suficiente para llenar la escena con colorido y alegría, verdadero
estímulo para lograr que los chiquitos reconozcan el valor simbólico de las
palabras; en su relación palabra - objeto. Todo con buen gusto, nada
edulcorado. Canciones con muy buena música y hermosas letras, nada de
“ñonería”.
Circo a Upa
La
rutina del clown en el circo: tres payasas sin pintura, sólo con la redonda y
gran nariz de payaso que las identifica como tales, interactúan en el escenario
que como único decorado presenta en el foro tiras verticales de colores
fuertes. Payasas con distinta personalidad: una torpe, una tímida y una osada.
Juegan con tres valijas de distinto tamaño de las que sacan los objetos con
que bailan, hacen malabares y generan
los gags que sorprenden y provocan la risa de los niños. Las intérpretes se
comunican con los chiquitos a través de lo más sensible que tiene el clown: su
mirada, curiosa, tierna, transparente. En ella adivinamos lo que vendrá: la
picardía y espíritu travieso en una de ellas; los tropiezos y el desbarajuste
en otra y la timidez, las dudas y el miedo por tener que animarse, en la
tercera.
Vestuario
sencillo y colorido. Complementos que refuerzan las distintas propuestas con el
fin de intensificar el estado lúdico e imaginativo del espectáculo.
Danza,
Canciones y Circo a Upa, tres puestas armónicas en las que están muy
bien trabajados y ensamblados todos los signos escénicos. Tres puestas que
evidencian un profundo respeto por los más pequeños y por supuesto, por los
mayores que quieren algo más que el simple entretenimiento para sus hijos en
una salida de teatro de fin de semana.
Danza a Upa. Sábados 15:00 hs. Idea original: Gabriela Hillar. Dirección, Coreografía, Realización de objetos y Puesta en escena: Marisa Quintela. Música Original: Jorge Soldera. Elenco: Jesica Josiowicz, Santiago Verceli Sacaba.
Canciones a Upa. Taller
del Ángel. Mario Bravo 1239. T.E.: 4963-1571. Sábados 16:00 hs. Idea original: Gabriela Hillar. Libro: Verónica Bonino. Actúan: Ana Barletta, Maria Florencia
Piturro, Jessica Josiowincz, Analía Tarrío
Lemos, Santiago Vercelli
Sacaba, Aldana Zulaica Música: Marcelo Morales, Jorge Soldera. Dirección: Maria Marta Valdez
Duración: 35 minutos
Circo a Upa. Domingo 16:00 hs. Idea
Original y Libro: Gabriela Hillar. Dirección: Gabriela Hillar y
elenco. Elenco: Roxana Adet, Verónica Bonino, Ramiro Sureda, Patu
Leonardi.
http://www.youtube.com/user/proyectoupa?feature=watch
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