Un piano desglosa canciones populares conocidas, porteñas y mexicanas,
que dan el clima para el show de café – concert que se va a llevar adelante en
la figura de Diana y su voz, junto a pasos de comedia que dan cuenta de una
historia: de amor, celos, y envidias en
el mundo del teatro y la música. La
actriz con solvencia escénica nos recibe y nos interpela para dar cuenta de un
relato que la incluye como participante activa, y nos incluye como
participantes necesarios. Música, humor, en un cuerpo que se desdobla en dos
con los que mantiene cuasi –diálogos hilarantes. Una muy buena gestualidad, que
nos lleva a leer el subtexto que no aparece en las palabras, pero que queda
implícito desde la mirada o la postura corporal. Diana regresa se define como café – concert, y queda entre dos
etapas del género, la que en los setenta llevaban adelante Carlos Perciavalle,
Antonio Gasalla, Nacha Guevara, Edda Díaz entre otros, y la modalidad que se
refiere a la presentación de un producto discográfico. Ambos se conjugan en la
experiencia, el cuidado de una escenografía despojada, que se construye desde
el discurso, y de un vestuario brillante que corresponda al reinado en escena. Los
temas van sucediéndose mientras el relato se conjuga entre las notas del piano,
y se quiebra tras la mirada sugestiva de la intérprete. El humor cruza el
espacio escenográfico y permite al espectador una risa franca, una sonrisa
cómplice, y también el rictus de algún recuerdo coincidente. En el espacio
escénico despojado la cantante / actriz va creando el clima del Liberté en sus días de esplendor. La
expresividad y la mirada femenina nos recuerdan a la diva de Sunset Boulevard (1950), film clásico estadounidense de cine
negro, aunque Diana está dispuesta a demostrar a “su público” que la gloria del
lugar fue a partir de su trayectoria artística. Un recorrido con glamour que
tienen también elementos del melodrama. Con un vestuario cuidado y la
iluminación precisa, la protagonista nos sumergen en ese mundo onírico,
logrando quizás el momento de mayor humor con la interpretación de Porque yo te amo (1968):
Por ese palpitar
que tiene tu mirar
yo puede presentir
que tu debes sufrir
igual que sufro yo
por esta situación
que nubla la razón
sin permitir pensar
en que ha de concluir
el drama singular
que existe entre los dos
tratando simular
tan solo una amistad
mientras en realidad
se agita la pasión,
que envuelve al corazón
y que me obliga a callar....
yo te amo, yo te amo...
(Sandro)
que tiene tu mirar
yo puede presentir
que tu debes sufrir
igual que sufro yo
por esta situación
que nubla la razón
sin permitir pensar
en que ha de concluir
el drama singular
que existe entre los dos
tratando simular
tan solo una amistad
mientras en realidad
se agita la pasión,
que envuelve al corazón
y que me obliga a callar....
yo te amo, yo te amo...
(Sandro)
Diana regresa de Camila Maurer. Intérprete: Vera Howlin. Pianista: Juan Ignacio Esteguy. Dirección: Gustavo Lista. Asistente de dirección: Paula Providente. Producción técnica: Julieta Larrechea. Vestuario: Vanesa Abramovich. Maquillaje: Valeria Schiaffino. Diseño gráfico: Guillermo Barbudo. Fotografía Original: Mariano Rubio. Teatro de La Fábula.
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