sábado, agosto 18, 2012

Globo flotando contra el techo de un shopping de Alberto Rojas Apel



El Teatro Cervantes tiene una trayectoria y un halo mítico que con sólo ingresar al edificio el espectador se apropia de un plus extra de fascinación. Gracias, en 1918, al “sueño” de María Guerrero se levantó por primera vez el telón en septiembre de 1921 y el público puedo escuchar recitar los versos de Lope de Vega. En abril de 1936 y bajo el nombre de Teatro Nacional de Comedias, ya propiedad de los argentinos, se estrenó Locos de Verano de Gregorio de Laferrere. En particular, la Sala Luisa Vehil no tiene ni escenario ni platea y esto  permite que se pueda adaptar según requiera la puesta en escena. Conocida como el Salón Dorado, su decoración es de una profusión de suaves formas y tiene un acabado en dorado a la hoja. Un ambiente especial para un relato pequeño narrado desde tres puntos de vista diferentes a través de la estructura del monólogo, de manera que la historia ante esta visión bifurcada se expande en el discurso y logra llegar al espectador con una textura profunda, que equivale a múltiples lecturas. En un escenario donde el espacio está ocupado por bancos o ¿tumbas?, donde asoma tímidamente alguna planta, Eloy en el cuerpo de una mujer (Irene Almus) nos cuenta desde un no lugar como llegó a estar en esa condición, aunque lo importante del relato es otra cosa, no la pérdida del globo, no los aconteceres de su rescate, no la causa de su pérdida, sino la emoción que encierra la relación entre él y su padre; la emoción que puede encerrar la concurrencia ocasional de las personas, la que se produce entre Fran y Pancho. El alma del pequeño Eloy encerrado en el cuerpo de la mujer que narra, siente con profunda ternura el amor que provocó tanto su presencia como su ausencia en la vida de los otros, y el muy buen trabajo de la actriz logra que esa ternura, y la inocencia con que su mirada de niño cuenta los hechos, también lleguen con intensidad al espectador. Las composiciones de Victor Hugo Vieyra y de Horacio Roca, son de una calidez tal que hacen que todos estemos involucrados desde la emoción en esa ceremonia de catarsis que es el relato del padre y del encargado del shopping. Muchas veces con la respiración contenida y una sonrisa cómplice desde la platea seguíamos cada palabra, que en su literalidad narraba los hechos siguiendo el orden cronológico, pero que en su profunda semántica dibujaban un recorrido de sensaciones, mapa de estado de la sensibilidad a la que nos veíamos invitados. La simetría de las líneas rectas satura el espacio escénico, como fichas del dominó o como lápidas funerarias sin inscripción, la alta pared de color gris, color ni frío ni cálido sino neutro, en transición entre el blanco y el negro y como una fusión entre alegrías y tristezas. El tiempo en relanti, en un delgado equilibrio en la vida y la muerte, un tiempo “entre dos” y que parece moverse con un globo inflado con gas helio y que nos recuerda aquella vieja canción “El globo rojo era su amigo, El globo rojo era su amigo….” Si bien como espectadores aceptamos la suma teatralidad del género, “el monólogo revela la artificialidad teatral y las convenciones del juego.” (Pavis, 1998: 297), es casi imposible no levantar la mirada para “ver en la cúpula” al globo del astronauta Buzz entre otros y esperando ser rescatado. Desde un espacio ficcional delimitado por el soporte lumínico en equilibrio con la situación dramática, ni claroscuros ni fuertes contrastes, la propuesta de Globo flotando contra el techo de un shopping creemos que va más allá de la duración real del hecho teatral. ¿Quién podrá mirar la cúpula de algún shopping sin buscar el globo de Eloy?






Globo flotando contra el techo de un shopping de Alberto Rojas Apel1. Elenco: Irene Almus, Horacio Roca, Víctor Hugo Vieyra. Producción TNC: David Hoyo. Fotografía: Gustavo Gorrini. Diseño gráfico: Lucio Bazzalo. Asistencia de dirección: Mónica Quevedo. Música original: Federico Marrale. Iluminación: Eli Sirlin. Vestuario: Luciana Gutman. Escenografía: Mariana Tirantte. Dirección: Román Podolsky. Sala Luis Vehil del Teatro Nacional Cervantes.






http://www.teatrocervantes.gov.ar/nuevo_sitio/








Pavis, Patrice, 1998. Diccionario del Teatro. Barcelona: Paidós: 297-299.







1  Alberto Rojas Apel es guionista, dramaturgo, director, actor, crítico y docente. Estudió cine, dramaturgia, teatro y puesta en escena en diversas instituciones (CIEVYC, TEBA, C.C. RICARDO ROJAS, U.P., AUILEA, con Mauricio Kartún, con Ricardo Halac, con Alfredo Rosenbaum, con Walter Velazquez, etc) Fue  docente de Guión en CIEVYC, Ort de Argentina y TEBA. Escribió crítica cinematográfica en la revista "Film". Tiene dos libros de teatro publicados, varias obras estrenadas (como autor, actor o director. "10´antes de beso", "Cosas", "Qué supimos conseguir?", y algunos premios recibidos (entre ellos el Primer Premio “Enrique Santos Discépolo” y el Segundo Premio Nacional del Instituto Nacional del Teatro por su obra "Globo").  Escribió programas para televisión ("Quién es el jefe?", "Hechizada", etc), dirigió varios cortometrajes, y en cine fue guionista y director de actores de los largometrajes “Nadar solo” y “Como un avión estrellado”, ambos de Ezequiel Acuña; y guionista del largometraje de Raúl Perrone “Aullido”.
Actualmente  prepara el estreno de su primer largometraje como director y guionista "Gotas de Agua" (Alternativa Teatral)











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