Queremos agradecer la mención en la Revista Arlequín N°4 de octubre de 2011, sobre la participación de Luna Teatral en las Jornadas de Aincrit en la Feria del Libro en mayo de 2011.
martes, enero 31, 2012
Luna Teatral en Arlequín 4
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lunes, enero 30, 2012
La violación de Lucrecia


La violación de Lucrecia de William Shakespeare. Traducción: Mónica Maffía. Actúan: Mónica
Maffía. Cantantes: Natalia Simoncini. Música original: Ricardo Vergani.
Asistente de producción: María Heller. Asistencia de dirección:
Elizabeth Casado
Dirección: Mónica Maffía. Teatro: La Mueca.
Pavis, Patrice, 1998. Diccionario del teatro. Barcelona: Paidós (297-299)
1 Lucio Tarquinio usurpa el poder en Roma tras haber asesinado a su suegro. Durante la invasión de Ardea los nobles que acompañan a Tarquinio alaban la castidad de sus mujeres, entre ellos destaca Colatino esposo de Lucrecia. Para comprobar el comportamiento de sus esposas, los nobles entran en Roma sin previo aviso, todas las mujeres están de fiesta o de baile menos la bella Lucrecia que se ha quedado en casa con sus doncellas. Sexto Tarquinio, hijo del Rey, queda prendado de la belleza y virtud de Lucrecia y se presenta al día siguiente en casa de Lucrecia, ella le da una inocente bienvenida pero Sexto la viola. Lucrecia escribe a su padre y a su esposo y les exige venganza, después se quita la vida para purgar su honor. Los romanos exilan a la familia de los Tarquinos y la Monarquía se acaba dando paso a la República.
2 Mónica Maffía es Actriz - Directora de Teatro - Régisseuse - Dramaturga: Inició sus estudios teatrales en Londres (Royal Academy of Dramatic Art, British Theatre Association), egresando de la Middlesex University con el grado de Bachelor of Arts (Honours) en Teatro y Literatura Inglesa. En Londres protagonizó obras de Eurípides, de Shakespeare, y en Bs.As. trabajó bajo la dirección de Villanueva Cosse, Jorge Hacker, Luis Rivera López, Catherine Gibson entre otros. Es también Régisseuse, egresada del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón y ha experimentado en la creación de coreografías para espectáculos líricos y obras de danza-teatro. Escribió su tesis doctoral sobre Shakespeare. Su traducción de EDUARDO III de Shakespeare le valió el Premio Mayor Teatro del Mundo 2010. Se ha desempeñado como libretista de las óperas EL FIN DE NARCISO con música de C. Santostefano (estrenada en 2007 obteniendo el 2º Premio del Concurso Internacional de Ópera de Cámara “Opera Vista”) y de GAME OVER con música de Carlos Simkin a estrenarse próximamente. Es Directora y Fundadora del Grupo de Teatro FyL -grupo institucional de la Facultad de Filosofía y Letras, U.B.A.
3 “La traducción teatral como proceso creativo”, Mónica Maffía, en Saverio Revista cruel de teatro, año 4, nº 15, noviembre de 2011. (6/9)
Un amor de tango

Amor de tango nos instala en nuestros sueños ficcionales. La pieza tiene un narrador, un poeta argentino (en el París de comienzos de siglo XX, siempre hubo un poeta argentino en el barrio latino) es el encargado de contar la “verdadera historia de Madame Ivonne”, el poeta narra y los diálogos surgen de las letras de tangos, milongas y valses, todos, maravillosa y exactamente seleccionados. El poeta describe una historia donde se cruzan personajes y hechos: el gigoló que no es ni más ni menos que el Porteñito, su propia figura, de amigo y confidente de Madame Ivonne, la muerte del Porteñito en el momento en que el barco arriba al puerto de Buenos Aires, el reencuentro del poeta con Madame Ivonne en Montevideo; son elementos con los cuales el poeta reconstruye la historia a partir de su propia interpretación. No importa que el tango no los mencione, pura metaficción, aunque la vida real en el Río de la Plata haya conocido a más de una Madame Ivonne.
La pieza está organizada en cuadros, como una típica revista porteña y su principio constructivo es absolutamente sentimental. Además, desarrolla una serie de procedimientos propios de la comedia, entre los que se destaca la caricatura. Cada personaje es caricatura del personaje de tango: el poeta y el Porteñito, son dos partes de una misma bohemia, uno honesto, el otro tramposo pero ambos, justificados en su rol desde la lógica tanguera. La protagonista femenina busca afanosamente la felicidad sin querer ver el engaño y en esta búsqueda se desplaza sin transición de lo cómico a lo sentimental. El músico, es ese personaje siempre presente en la mística del tango, que habla, hace y calla sólo lo necesario; en esta caso, habla poco, gesticula mucho y calla, todo con absoluta exageración. Mizrahi, nos ofrece excelentes arreglos y con una ajustadísima compaginación se constituye en el eje que, musicalmente, hilvana las secuencias a partir de las numerosas interpretaciones. Los actores y la actriz desarrollan numerosas técnicas, tanto gestuales como verbales, del actor popular y del music hall. Entre ellas, la maquieta, el doble sentido en la interpretación de la palabra y de la frase y la repetición de acciones y de situaciones con el fin de despertar la risa del espectador. Estas actuaciones tienen como base la excelente calidad vocal de Guillermo Fernández y Alicia Vignola, quienes logran combinar canto y actuación con profunda solvencia, tanto cuando necesitan desplegar la actitud cómica como la que apunta a lo sentimental.
Con relación a Alicia Vignola, el contraste que logra entre la genuina comicidad desarrollada en el transcurso de la pieza y el más puro sentimiento, se materializa en la escena final donde Madame Ivonne se encuentra con el poeta en Montevideo y no logra rescatar de lo profundo de su memoria los bellos recuerdos de la juventud parisina.
Un comentario especial merece la interpretación de Luis Longhi, el trabajo corporal y gestual y, fundamentalmente la mueca que logra en escenas como la mencionada anteriormente, lo ubican entre los grandes que pueden desarrollar con idoneidad las técnica del actor popular argentino. Su tarea como bandoneonista, con una interpretación siempre “abriendo”, además de calidad musical, logra imágenes muy bellas.
La pareja de baile presenta una actuación estilizada, que ilustra el tema y lo hace admirablemente. Lo bueno: no se abusa de ella. Lo mismo sucede con el vestuario y la escenografía. La pieza tiene la economía del buen gusto.
Manuel González Gil y Marisé Monteiro, son los responsables de la adaptación de Madame Ivonne, célebre tango de Enrique Cadícamo cuya música pertenece a Eduardo Pereyra. Este tango en la excelente interpretación de Carlos Gardel nos coloca en clima cuando entramos a la sala y es lo que escuchamos también al retirarnos, excelente elección para hablar de la nostalgia de partir y nunca regresar.
Una puesta muy cuidada para una dramaturgia inteligente que confirma las múltiples posibilidades de cualquier texto de ficción. ¿Por qué sólo llorar con las letras de tango? ¿El humor las desvirtúa?, texto y puesta confirman que no, seguimos emocionándonos con ellas y riéndonos cuando el juego escénico y el disparate distorsionan las situaciones con los recursos adecuados para el humor.

Un amor de tango. Centro Cultural Borges. Viamonte esquina San Martín. Jueves y domingos a las 21 horas. T.E. 5555-5359.
Elenco:
Guillermo Fernández. Alicia Vignola. Luis Longhi. Federico Mizrahi.
Libro: adaptación del tango de Enrique Cadícamo, Marisé Monteiro y
Manuel González Gil. Arreglos y dirección musical: Federico Mizrahi.
Coreografía: Carolina Pujal y Emir Fares. Producción ejecutiva: Andrea
Widerker. Prensa: Fabiana Angeloni. Dirección general y puesta en
escena: Manuel González Gil.
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Parte de este mundo de Adrián Canale sobre textos de Raymond Carver



Parte de este mundo de Adrián Canale sobre textos de Raymond Carver. Colectivo Teatral Puerta Roja y Grupo H3O. Elenco: Tian Brass, Valeria Castro, Sergio Di Florio, Yanina Manocero, Silvio Palmucci, Ximena Viscarret. Dramaturgia y dirección: Adrián Canale. Asistencia de dirección: Belén Bevcar. Asistente de producción: Federico G. Bethencourt. Asesoramiento en vestuario y ambientación: Gabriela Delmastro. Fotografía: Natalia Fanucchi. Espacio: Puerta Roja.
1 Raymond Clevie Carver, escritor estadounidense adscrito al llamado realismo sucio.
2 La definición de performance como género siempre suscita dudas a la hora de aplicarla a una acción dramática específica. ¿Qué hace que una puesta pueda ser considerada una performance? Por eso, decidimos preguntarle al director Adrián Canale si la propuesta de Parte de este mundo de alguna manera jugaba con esa posibilidad, ésta es la respuesta que generosamente nos acercó: “Con respecto a la pregunta, podríamos relacionar el espectáculo con una "performance", si tomamos esto como una muestra escénica, muchas veces con un importante factor de "improvisación" o bien si lo tomamos como una "acción artística" puede ocurrir en cualquier lugar, iniciarse en cualquier momento y puede tener cualquier duración. Digamos que esos condimentos están, ya que la obra no tiene un texto fijo escrito, tiene mucho de improvisación, y la duración no es fija, ya que puede durar entre 70 y 80 minutos. Incluso a veces sacamos o ponemos cuentos.
De todas formas, creo que tiene algo un poco más "estable" que una performance, en el sentido que tiene 5 o 6 cuentos fijos y poemas predeterminados. Yo lo llamaría un "acontecimiento teatral", en donde nos interesaba que todo el movimiento del texto, relato y acción, estuviera vivo y cercano al público. "Vivo" en definitiva....
Creo también, que la "performance" puede suceder en cualquier lado y en nuestro caso, la predeterminación del espacio escénico (Puerta Roja, los sábados a las 20.30 hs), es un límite a esa condición..., no sé.”
2 La definición de performance como género siempre suscita dudas a la hora de aplicarla a una acción dramática específica. ¿Qué hace que una puesta pueda ser considerada una performance? Por eso, decidimos preguntarle al director Adrián Canale si la propuesta de Parte de este mundo de alguna manera jugaba con esa posibilidad, ésta es la respuesta que generosamente nos acercó: “Con respecto a la pregunta, podríamos relacionar el espectáculo con una "performance", si tomamos esto como una muestra escénica, muchas veces con un importante factor de "improvisación" o bien si lo tomamos como una "acción artística" puede ocurrir en cualquier lugar, iniciarse en cualquier momento y puede tener cualquier duración. Digamos que esos condimentos están, ya que la obra no tiene un texto fijo escrito, tiene mucho de improvisación, y la duración no es fija, ya que puede durar entre 70 y 80 minutos. Incluso a veces sacamos o ponemos cuentos.
De todas formas, creo que tiene algo un poco más "estable" que una performance, en el sentido que tiene 5 o 6 cuentos fijos y poemas predeterminados. Yo lo llamaría un "acontecimiento teatral", en donde nos interesaba que todo el movimiento del texto, relato y acción, estuviera vivo y cercano al público. "Vivo" en definitiva....
Creo también, que la "performance" puede suceder en cualquier lado y en nuestro caso, la predeterminación del espacio escénico (Puerta Roja, los sábados a las 20.30 hs), es un límite a esa condición..., no sé.”
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Mujer desesperada de 30, busca… de Mariel Rosciano


Mujer desesperada de 30, busca… de y por Mariel Rosciano1. Voz en Off:
José Mediavilla. Vestuario: Elsa Berta Keller. Peinados: Gisela Cottet.
Maquillaje: Mariel Garrido. Música original: Martín López Azurmendi.
Fotografía: Mara Folch. Diseño gráfico: Yanina Giselle Fernandez.
Asistente de producción: Juan Manuel Riquelme, Maria Emilia Rosciano.
Prensa: Mariel Garrido.
1 Actriz, comenzó su formación a los 9 años en el Instituto Vocacional de Arte y luego realizó estudios con diversos maestros de teatro entre ellos M. Raiola y A. Martín, Carlos Ianni (CELCIT), David Amitín, M. Gallardo (RESAD, Madrid), Eduardo Calvo, Víctor Laplace y Néstor Romero (ETI), Guillermo Barri (Teatro Regio), Martín Vives, Horacio Acosta. Además estudió Canto con Pato Balado y Araceli Quijano. Boxeo, Hockey, Entrenamiento Corporal, Teatro Suzuki con Mónica Viñao y Jorge Rod. Dramaturgia con Ricardo Halac en Argentores. Tiene doble nacionalidad Argentina-Española.
miércoles, enero 25, 2012
En el nombre de Raquel de Myrtha Schalom y Mariel Rosciano

Son seiscientas. Seiscientas mujeres jóvenes en su gran mayoría pobres: son las que según la Organización Internacional para las migraciones (OIM) fueron capturadas, seducidas, doblegadas y obligadas a integrar las redes de explotación sexual en nuestro país. Para que quede más claro: son “ablandadas” por el hambre para que ejerzan la prostitución y luego trasladadas a diferentes locales de todo el país, sin otra opción que esta forma de esclavitud. (14) (…) Queremos que sea un cuestionamiento social, arraigado en el barrio donde están estos locales, que ellos interpelen al Estado por permitir la proliferación de estos lugares.
El uso de Presencias, siluetas que recuerdan a las de tamaño natural que fueron utilizados en El Siluetazo2a en los ochenta para recordar a los desaparecidos, es una de las formas que el grupo lleva adelante para su propósito de concientización. Hoy como ayer, las razones perverso /económicas son las mismas, aunque sus protagonistas difieran, en color de piel y lugar de origen. La prostitución en Buenos Aires fue legal hasta 1936, y la red que se tejía entre la policía, los médicos y el gobierno Municipal era difícil de romper para las mujeres que se veían atrapadas por la misma ley que debía protegerlas. La organización de judíos / polacos, denunciada por Raquel, La Tzwi Migdal, no era la única, si tal vez, la más conocida y más combatida porque su rechazo surgía de la misma colectividad, la JAPGW en Buenos Aires3. La puesta transcurre en un ritmo dividido en dos tiempos que muestra el antes y el después de la llegada de la futura “Raquel” al espacio de la ciudad de Buenos Aires. Su estadía junto a su marido en Tapalqué, su viudez, y la memoria de una tarjeta entregada en el barco por un comerciante de telas, un paisano, que puede ofrecer una salida laboral a su magra condición, son el detonante para que el personaje se vea envuelto en una trampa inesperada. El segundo tempo está dado por el momento de la violación, en cuerpo y alma, desde allí el crescendo del drama seguirá sin pausa hasta el fin de la historia pasada, y el hoy en las voces en off. Si en la realidad Raquel Liberman luchó con todas sus fuerzas por una vida que no eligió, Mariel Rosciano desde la ficción crea ese asfixiante clima de tensión, de injusticias y de broncas, que produce en el espectador un antes y un después de ver la puesta en escena. El espesor del signo teatral esta atravesado por distintos niveles, el espacio y el tiempo se dilatan y se contraen. Con profesionalismo la actriz se desplaza como en los círculos dantescos sin la posibilidad de acceder al paraíso, entre Varsovia y Buenos Aires, entre la ingenuidad y la locura, entre la maternidad y la prostitución. En el espacio virtual representado algunos pocos elementos funcionales para las distintas escenas: en el barco y todas las ilusiones, la humilde casita y la enfermedad de su marido, el falso taller de costura, el prostíbulo, la pensión,... La intensidad del lenguaje verbal y del lenguaje corporal hace de este unipersonal un hecho teatral donde la ficción supera la realidad, los personajes evocados por Raquel toman cuerpo en nuestra imaginación de tal forma que es imposible evitar la identificación espectatorial. Porque el camino que transitamos no tiene arabescos, sino que es directo, crudo y sin un prisma que pueda descomponer la verdad como la luz en los colores del arco iris. El caudal expresivo de Mariel - en cada gesto, en cada palabra, en cada movimiento- es el articulador vital que establece “un dialogo tónico” con el espectador, tanto cuando acuna a su bebe como cuando es ultrajada sin piedad. Si la iluminación y la música como sistemas significantes participan plenamente en la construcción de sentido, al finalizar y con la Sala casi a oscuras las voces en off, a modo de la coda musical, tienen la fuerza eficaz para llevarnos de un hecho particular (la vivencia de Raquel Liberman a principios del siglo XX) a lo universal (la trata de personas en la actualidad, en nuestro siglo XXI). Texto literario y el texto espectáculo se han fusionado sin fisuras, vida y teatro, gracias a Myrtha Shalom y Mariel Rosciano, y al talento de su director Gabriel Rovito junto a todo el grupo de profesionales. A salir de la Sala teatral la toma de conciencia ante esta denuncia real ya no nos abandonará y ojalá sirva para aportar nuestro granito de arena ante este delito de carácter global.
El espacio del SHA (Sociedad Hebraica Argentina) cierra el paradigma de la representación, una sala con amplia trayectoria en la cultura de la ciudad, fundado en 1968 y que luego de muchos años vuelve desde el año pasado (2011) a ofrecer sus salas para continuar con una labor interrumpida4. Todo converge a producir una semántica que se resignifica en cada elemento y que deja al espectador envuelto en su círculo de denuncia.

En nombre de Raquel de Myrtha Shalom5 y Mariel Rosciano. Actriz: Marie Rosciano. Dirección: Gabriel Rovito. Diseño Sonoro: José Mediavilla. Diseño de iluminación: Gabriel Rovito. Escenografía: Bárbara Alperowicz. Diseño Gráfico: Lucas Giono. Fotografía: Mara Folch. Asistente de producción: María Emilia Rosciano. Prensa: Mariel Garrido. Teatro: Sha.
http://marielrosciano.blogspot.com/2011/05/teatro.html
http://lapolacateatro.blogspot.com/
http://www.lunasolarazul.blogspot.com/
http://www.youtube.com/user/MarielRosciano?feature=watch
1 Las europeas poblaron los burdeles de Buenos Aires en el período culminante de la emigración europea, entre 1870 y la primera Guerra Mundial. Si se tiene en cuenta la cifra total de mujeres inmigrantes en la ciudad, constituían una pequeña aunque perturbadora minoría. Su nacionalidad se convirtió en tema, porque la ley Municipal les permitía trabajar si se registraban e identificaban su país de origen. La recopilación de estadísticas obtenidas de los registros de prostitución proporcionó los “hechos” y los “testimonios” utilizados para promover historias sobre la trata de blancas. ( Guy, 1994,19)
2 Entre los judíos religiosos, los casamientos podían celebrarse con dos testigos varones que podían firmar un certificado de matrimonio. La existencia del Ketubah o certificado, cuando era utilizado por traficantes, “hacía imposible la captura del delincuente que podía “probar” que era el esposo de la víctima. De este modo, a menudo con el conocimiento y el consentimiento de sus padres, las mujeres solteras eran embaucadas con falsas promesas de matrimonio y convencidas de que tenían que obedecer a sus esposos. En la mayor parte de los casos, ellas también adoptaban esa vida “voluntariamente”. (Guy, 1994,21) Por otra parte, la promulgación de nuevas leyes nacionales después de 1852 hizo poco para proteger el derecho de las mujeres al trabajo. La Constitución de 1853 abolió los vestigios de esclavitud negra y garantizó a todos los habitantes el derecho al trabajo, pero el Código Civil en vigencia después de 1871 restringió severamente los derechos civiles de las mujeres, en especial para las casadas y las menores de edad. Consideradas como menores, estaban sometidas al control absoluto de sus esposos o padres y, técnicamente, no podían manejar su propio dinero ni su propiedad, ni tampoco podían trabajar sin permiso de la autoridad familiar. Más aún, hasta la ley de Palacios de 1913, los jefes de familia que obligaban a las mujeres a prostituirse no cometían ningún delito que afectara sus derechos de Patria Potestad, tal como lo definía el Código Civil. (Guy, 1994,63)
2a El Siluetazo fue una acción colectiva que se produjo cuando las artes visuales comenzaron a alejarse del silencio propio de los primeros años de la dictadura militar (1976-1983). Momento en el que las manifestaciones críticas quedaron desplazadas por efecto de la censura, a lo que se sumó el exilio de varios artistas y el gran nivel de autocensura alcanzado entre los que se quedaron. Desde 1981, se empezó a poner de manifiesto la posición de lucha frente al genocidio propagado por aquel gobierno de facto. Las Marchas de la Resistencia, convocatorias políticas protagonizadas por las madres, familiares y abuelas de Plaza de Mayo, fueron ocasión de diversas manifestaciones estéticas callejeras ligadas a esa lucha. Sin embargo, pasó a ser una de las más importantes intervenciones de arte político en las calles luego de que el país volvió a la democracia en diciembre de 1983. Por ende, la incorporación de registros de esta obra afianza el reforzamiento de la memoria sobre aquellas obras colectivas de acción cuya intensidad marcó los desarrollos culturales de los últimos tiempos. Dichas acciones pasaron a formar parte de la historia de la lucha por la vigencia de los derechos humanos y, fundamentalmente, del itinerario del arte argentino contemporáneo. El Siluetazo tuvo lugar el 21 de septiembre de 1983, a partir de un proyecto original de Rodolfo Aguerreberry (1942/1997, docente y artista), Guillermo Kexel (1953, diseñador, serígrafo y artista) y Julio Flores (1950, docente y artista). La iniciativa grupal de estos autores surgió a partir de la idea de participar con una obra en el Premio Objeto y Experiencias de la Fundación Esso (1982). Por el contexto y las preocupaciones vigentes del grupo, esta iniciativa rebasó los márgenes institucionales para transformarse en una multitudinaria acción colectiva.
3 La información sobre los grupos organizados de rufianes franceses no tenía la misma circulación que la de los traficantes judíos. (…) Como observó en forma sucinta Edward Bristow: “Sabíamos más sobre las fuentes de suministro judías porque la filantropía judía estaba en las primeras líneas de la lucha contra el tráfico” (Guy, 1994, 23/24)
4 Cabe recordar que el SHA se inauguró en 1968, con un concierto sinfónico dirigido por Teodoro Fuchs, y su primer estreno teatral fue El campo, de Griselda Gambaro. Por su sala pasaron artistas como Jorge Luis Borges, David Stivel, Ulises Dumont, Federico Luppi, Inda Ledesma, Sergio Renán, Norman Briski, Héctor Alterio, Augusto Fernández, Leopoldo Torre Nilsson o las primeras visitas de Antonio Banderas, Carmen Maura y Pedro Almodóvar, entre muchísimos otros. También durante años, el SHA fue sede permanente del ciclo de proyecciones organizado por la Cinemateca Argentina, que permitió ver gran parte del cine universal del momento y de períodos anteriores, con un éxito de público que a veces superaba el de las salas comerciales.
5 Shalom es escritora, guionista teatral y obtuvo como tal varias distinciones internacionales. En 2011 formó parte del elenco de “Tribunal de Mujeres”, obra de Naomi Ragen, dirigida por Juan Freund, que se presentó en el Auditorio Ben Ami. “Polaca” fue el apodo a comienzos de siglo XX para referirse a las prostitutas judías. Raquel Liberman, una esclava de los rufianes, La Polaca, se atrevió a desafiarlos al denunciar a la poderosa organización de rufianes judíos, La Tzwi Migdal, institución perversa que amparada en la corrupción policial engañaba, secuestraba y esclavizaba a mujeres judías para hacerlas trabajar en burdeles. A través de una investigación minuciosa de diarios y libros de la época, Shalom comenzó a reconstruir esta historia que luego fue enriquecida con datos aportados por descendientes. La Polaca reivindica la memoria de esta heroína degradada cuyo testimonio llevó al procesamiento de 100 proxenetas repudiados por la comunidad judía.
5 Shalom es escritora, guionista teatral y obtuvo como tal varias distinciones internacionales. En 2011 formó parte del elenco de “Tribunal de Mujeres”, obra de Naomi Ragen, dirigida por Juan Freund, que se presentó en el Auditorio Ben Ami. “Polaca” fue el apodo a comienzos de siglo XX para referirse a las prostitutas judías. Raquel Liberman, una esclava de los rufianes, La Polaca, se atrevió a desafiarlos al denunciar a la poderosa organización de rufianes judíos, La Tzwi Migdal, institución perversa que amparada en la corrupción policial engañaba, secuestraba y esclavizaba a mujeres judías para hacerlas trabajar en burdeles. A través de una investigación minuciosa de diarios y libros de la época, Shalom comenzó a reconstruir esta historia que luego fue enriquecida con datos aportados por descendientes. La Polaca reivindica la memoria de esta heroína degradada cuyo testimonio llevó al procesamiento de 100 proxenetas repudiados por la comunidad judía.
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