miércoles, diciembre 26, 2012

Boom de Peter Sinn Nachtrieb



El texto de Sinn Nachtrieb trabaja con la parodia hacia dos puntos de tensión bien delineados, por un lado, la búsqueda del origen de la vida y la inconsistencia de la realidad científica, en un mundo apocalíptico del que sólo se conocen informes fragmentados, con los cuales el personaje narrador, Bárbara, Dalia Elnegavé, inicia un relato posible o deseado; cualquier similitud con lo que la antropología hace con las ruinas conocidas no es pura casualidad; y por otra parte, una parodia que le sirve para realizar una crítica feroz al mundillo académico sus alcances y sus miserias. Dividida en dos tiempos, el primero pareciera un presente de la historia hasta el momento que se produce el estallido y entonces los espectadores nos damos cuenta que asistimos a una representación dentro de otra, donde una figura nos cuenta una mirada sobre acontecimientos del pasado a través de la teatralización de los hechos según su interpretación de “una montaña de diarios íntimos”. Una cita a ciegas a través del Internet, pone en contacto a dos seres absolutamente diferentes, que se reúnen con propósitos disímiles: Jose, Vanesa González, quiere un encuentro sexual sin consecuencias, mientras que su posible pareja, el biólogo Julio, gay, Nicolás Woller, necesita casi un conejillo de Indias; a descubierto a través de la observación del comportamiento de los peces que todo indica que está llegando al final del hombre en la Tierra, y siente el llamado de construir su propia arca de Noé, posmoderna, sin fanatismos religiosos ni fundamentalismos metafísicos, sino desde la razón científica, que intenta por todos los medios posibles conservar la especie para continuar con el ciclo vital, y para lograrlo necesita el cuerpo-incubadora de la desprevenida Jose que se niega sistemáticamente a contribuir, una vez más, a una tarea asignada a la mujer por secula seculom. Desde el humor el autor logra poner en cuestión una interesante lista de problemáticas que no sólo abordan las tensiones que parecen ser centrales en su narración, sino que deja expuestas a la posteridad, las formas de relación, el tema de la muerte y la soledad, el amor, la cuestión de género, la sobrevivencia versus el autismo o la indiferencia ante los signos que la naturaleza se empeña en darnos desde sus más simples criaturas, que viven en un medio, donde la ciencia siempre supuso, fue el origen de toda vida en el planeta. Ni Adán ni Eva, sino dos protagonistas agónicos, actualizados desde un futuro incierto por la palabra y la acción del discurso y la presentación en vivo de aquel fortuito encuentro y sus consecuencias ¿Texto teatralizado de ciencia –ficción?, ¿Teatralización de los miedos más cercanos que nos atraviesan en estos años en que se juega al apocalipsis y a las interpretaciones de civilizaciones perdidas? Todo eso y una estructura en abismo que rompe la cuarta pared para provocar que nos podamos entretener y reír de nuestras debilidades y fantasmas más preocupantes. Es interesante la construcción de este búnker posmoderno desde el dispositivo escénico, donde casi todos los elemento están realizados con papel madera o corrugado, un trabajo artesanal en el cual no faltan las flores o la figura de un pescado tal vez embalsamado, las cortinas y las fundas de los almohadones,... Cajas de cartón y cajones de madera por doquier completan la preponderancia del color beige, el color del otoño, de lo natural y de la estabilidad. Quizá, para resaltar que mientras participamos de la clase magistral y los dos personajes / alumnos con buenas actuaciones y con mucho humor le otorgan dinamismo a la exposición del evento - el fin de una era y el inicio de otra – el eje de esta comedia apocalíptica son los siglos que el hombre ha utilizado para destruir sistemáticamente a la Naturaleza.


Boom de Peter Sinn Nachtrieb1, traducción de Nicolás Woller y Nicolás Barsoff. Adaptación: Hernán Morán[2]. Elenco: Vanesa González, Nicolás Woller, Dalia Elnegavé. Escenografía y vestuario: Lucila Rojo. Asistencia artística: Laura Woller. Fotografía: Juan Salvarredy. Retoque: Diego Beyró. Diseño de luces: Emiliano Cativa. Asistencia: Nahuel Petryk. Producción integral: Nicolás Woller. Dirección: Hernán Morán. Espacio: El Extranjero.










1 Autor estadounidense de gran éxito en Broadway. 


[2]Artista plástico-Diseñador-Actor-Director-Dramaturgo. http://hernanmoran.blogspot.com.ar/










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