El escritor ruso se
encuentra dentro de lo que sería el fin del romanticismo ruso y el principio de
una poética dramática realista. Creador de comedias y dramas donde describe con
pinceladas certeras “las categorías morales y sociales del mundo de los
comerciantes” y el “samodurstvo”; fenómeno que revelaba las cualidades
particulares de la naturaleza rusa, y su impenetrable tiniebla espiritual, su falta
de cultura, de estructura social y política. Como dice el propio Ostróvsky en
la voz de uno de sus personajes: “Samodur es un hombre que no escucha a nadie y
que, así le cierren la boca por la fuerza, sigue repitiendo empecinadamente lo
mismo”. El término ya incorporado a lengua designa a aquél que se guía por su
punto de vista arbitrario. La madre terrible de La tormenta es un personaje de está estatura. También se afirma que
el personaje de Katerine, de alma sensible, sencilla, religiosa, que no soporta
ese mundo de hipocresía y autoritarismo que la ahoga, es el punto de inflexión
en la poética del autor y lo que convierte a la pieza en un drama burgués. Sin
embargo, desde el título que también fue traducido como El huracán, como en el mejor romanticismo la naturaleza acompaña el
estado de ánimo de los personajes, y va señalando la furia y la pasión que
desencadenará la tragedia. Katerine por otra parte, recibe el justo pago, según
la figura de la heroína femenina romántica, por haber transgredido la ley que
la fidelidad al juramento dado le exige. El amor imposible entre ella y Boris,
se da sobre todo por la figura de la joven que no puede luego de cometido el
adulterio soportar la mirada de ella misma sobre su caída, ya como tiene el
personaje asumido el discurso religioso, mientras desdeña por insustancial y
falso la moralina social. La puesta que se presentó en el Centro Cultural de la Cooperación, bajo la
dirección de Suárez Marzal y Roberto Aguirre, se atiene a la letra del texto
del autor ruso y busca crear con precisión el clima de opresión de una sociedad
decadente, y casi orgullosa de su estado; incapaz de reaccionar, dejándose
llevar por la inercia de los acontecimientos perdidos en un tiempo que parece
eterno. De ese temperamento y de esa dejadez hablará más tarde Chejov con total
precisión. La puesta en escena de La Tormenta es el producto del Seminario de Teatro
Ruso dictado por los directores, proyecto que abarca también el futuro estreno
de las otras obras trabajadas en ese marco. La particularidad de que el elenco
es rotativo, entre la función de los viernes y la de los sábados, responde a la
necesidad de darle la posibilidad a la mayor cantidad de integrantes del mismo.
La propuesta de dicho Seminario fue “realizar un encuentro con Actores
Profesionales e intentar renovar la pasión por el gran teatro ruso que
significó tanto a la cultura universal.”[1]
El hecho teatral se organiza en dos niveles, por un lado, desde el vestuario y
la música, todo nos lleva a la
Rusia del siglo XIX, con mayor o menor logro. Por otro, desde
el dispositivo escénico junto la iluminación y al trabajo actoral nos ubica en nuestra contemporaneidad: un gran
techo con hendijas por donde se introduce la iluminación remarca el clima de
opresión necesario para la acción dramática. Los distintos personajes están
ubicados en la penumbra a ambos lados o solo recortados por una luz cenital en
el amplio espacio escénico, espacio ficcional donde, en algunos momentos, se
desarrollan situaciones simultaneas. Las imágenes visuales pictóricas materializan el ejercicio del poder,
no solo en el personaje de la madre sino también agazapado en los claros
oscuros, en los silencios y en los gritos, en los intersticios de un relato que
tiene al río Volga como único testigo mudo del inevitable desenlace dramático.
Lo Gatto, Ettore,
1972. La literatura rusa moderna.
Buenos Aires: Losada
[1] http://www.google.com.ar/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=4&sqi=2&ved=0CC8QFjAD&url=http%3A%2 %2Fxa.yimg.com%2Fkq%2Fgroups%2F22188950%2F635249154%2Fname%2FConvocatoria%2Ba%2BSeminario%2BRuso%2BCCC.doc&ei=WQJnUIG8OOrx0gH7yoGIDA&usg=AFQjCNGTon1Ty0FOghPHh-q1T9JnYFYNzg
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