lunes, enero 30, 2012

Parte de este mundo de Adrián Canale sobre textos de Raymond Carver


El mundo de Raymond Carver1 seduce por su poética extraña que hace ver lo habitual y cotidiano atravesado por una atmósfera distinta, envuelta en las brumas del deseo, de lo no permitido. Adrián Canale propone al espectador ingresar en ese mundo diferente desde el lugar de una cuasi performance2 donde la relación entre actores entre sí y de estos con el público, es también un entramado esencial del relato. Una mesa familiar, con manteles que recuerdan a los domingos en casa o a los pic- nics, una comida compartida entre todos, como una suma de celebración sobre la celebración fundacional del teatro; es el marco donde las acciones,- diálogos que construyen el espacio y el tiempo-, se suceden y nos permiten ingresar en otras vidas, en otras realidades, cuya coherencia y verdad apenas intuimos. La pareja como tema central de la narración, sus diferencias y sus contradicciones, va desgranándose en imágenes fuertes, que permiten la reflexión sobre nuestras viejas historias, superadas o no. El espectador sigue a los actores que se cruzan con su propia mirada, pero también se detiene en el gesto o la expresión de ese otro que enfrente de él, sigue desde su propia intimidad los acontecimientos narrados. Nadie queda ajeno a la acción, porque esta se desarrolla en el entre – todos, en ese ritual diferente que nos saca del lugar de la comodidad y el anonimato, obligándonos a actuar, comer, beber, conversar con alguno de los actores, o con el compañero que tenemos al lado. El Colectivo Teatral Puerta Roja, nos tiene acostumbrados a la búsqueda de momentos diferentes desde los textos clásicos, -Carver lo es ya desde su impronta en el teatro de Buenos Aires-, provocando instancias de interrogación que parte desde la propuesta que ofrecen pero que buscan trasladar al público, desde la fuerza de una violencia explícita sobre el cuerpo, o sobre la letanía de palabras que perforan la cabeza con su insistencia. La presencia muda del público forma parte de otra densidad, en la cual el teatro vuelve a provocar de lo diferente, jugando con lo real y la expectación subraya la diferencia, aunque tímidamente nos comamos una aceituna o tomemos un trago más de vino. Con Parte de este mundo el Colectivo Teatral cierra la trilogía Carver, Parece algo muy simple y Hablar de amor fueron estrenadas en 2006/07. Pero en ésta última tiene un plus extra: la relación actor-personaje-espectador. La comida es la excusa, los personajes son demasiados cercanos, son comunes como nosotros mismos y su lenguaje es coloquial y concreto, no hay espacio para tomar la distancia física ni emocional de ese otro igual construido a partir de cada actor. En el espacio de la sala pocos cosas nos llama la atención como si el dispositivo escénico y a iluminación hubieran faltado a la cita. Una reunión familiar, un domingo como hace ya tiempo atrás se compartía rigurosamente con toda la familia. La propuesta sugiere compartir un momento de comunión como es la reunión para una comida, como para vivir la obra desde su centro, en la inmediatez con el otro, ya se espectador o actor. La acción dramática no tiene un ritmo en ascenso, todo lo contrario, es sostenida, casi sin giros o quiebres, no son necesarios pues son actos cotidianos, son instantáneas de nuestra vida diaria. Toda una experiencia distinta que con cierto pudor el público compartió sin mediación con los actores. El ritual de la comida es una oportunidad para abrir un espacio y un tiempo cargado de sentidos, porque nos da la oportunidad de estar con amigos o familiares, también es la oportunidad para el amor o los reproches, para los miedos o las fantasías. Además, el infaltable momento musical, canción y guitarra a modo de contrapunto, que disfrutan atentos tanto el público como los actores, mientras los personajes se desvanecieron en los porosos límites entre ficción y realidad.  





Parte de este mundo de Adrián Canale sobre textos de Raymond Carver. Colectivo Teatral Puerta Roja y Grupo H3O. Elenco: Tian Brass, Valeria Castro, Sergio Di Florio, Yanina Manocero, Silvio Palmucci, Ximena Viscarret. Dramaturgia y dirección: Adrián Canale. Asistencia de dirección: Belén Bevcar. Asistente de producción: Federico G. Bethencourt. Asesoramiento en vestuario y ambientación: Gabriela Delmastro. Fotografía: Natalia Fanucchi. Espacio: Puerta Roja.
 





 
1 Raymond Clevie Carver, escritor estadounidense adscrito al llamado realismo sucio.

2 La definición de performance como género siempre suscita dudas a la hora de aplicarla a una acción dramática específica. ¿Qué hace que una puesta pueda ser considerada una performance? Por eso, decidimos preguntarle al director Adrián Canale si la propuesta de Parte de este mundo de alguna manera jugaba con esa posibilidad, ésta es la respuesta que generosamente nos acercó: “Con respecto a la pregunta, podríamos relacionar el espectáculo con una "performance", si tomamos esto como una muestra escénica, muchas veces con un importante factor de "improvisación" o bien si lo tomamos como una "acción artística" puede ocurrir en cualquier lugar, iniciarse en cualquier momento y puede tener cualquier duración. Digamos que esos condimentos están, ya que la obra no tiene un texto fijo escrito, tiene mucho de improvisación, y la duración no es fija, ya que puede durar entre 70 y 80 minutos. Incluso a veces sacamos o ponemos cuentos.
De todas formas, creo que tiene algo un poco más "estable" que una performance, en el sentido que tiene 5 o 6 cuentos fijos y poemas predeterminados. Yo lo llamaría un "acontecimiento teatral", en donde nos interesaba que todo el movimiento del texto, relato y acción, estuviera vivo y cercano al público. "Vivo" en definitiva....
Creo también, que la "performance" puede suceder en cualquier lado y en nuestro caso, la predeterminación del espacio escénico (Puerta Roja, los sábados a las 20.30 hs), es un límite a esa condición..., no sé.”



No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Related Posts with Thumbnails