martes, septiembre 11, 2012

Reseña | Vacaciones / Un choque de barcos de Daniel Kersner



Por Azucena Ester Joffe y María de los Ángeles Sanz

Una situación normal para una pareja sin hijos, vacaciones en la costa, que es atravesada por lo siniestro, por aquello que desestabiliza el orden que mantiene la tranquilidad. Para María Teresa, la inquilina, esposa de Esteban es indispensable en ese espacio diferente que las cosas respondan a lo que se espera de ellas, que sean lo que deben ser para no sentirse amenazada, ni subestimada en su identidad; por otra parte, para su pareja, no son necesarias las certezas, él se mueve a su ritmo y trata que nada lo desestabilice. A partir del encuentro personal, la pieza de Kersner comienza a develar que ese pequeño mundo conocido, es un tembladeral que deviene en caos permanente y de ahí su peligrosidad. Metáfora de un orden que no es tal, de una sociedad que aparenta y no es, que esconde en su familiaridad los monstruos que nos habitan. El autor1 es médico psiquiatra y psicoterapeuta, además de escritor y director teatral y ha recibido premios por su labor de la Asociación de Psiquiatras Argentinos. Sus dos tareas se cruzan para llevar adelante una escritura que apela a las estructuras que conforman la identidad de los sujetos que constituyen su universo dramático. Con escenas cortas, como cuadros que fragmentan el todo, y que van salpicando la escena a pesar de seguir un orden lógico temporal con intermitencias, Kersner describe a partir de las acciones y del discurso la potencialidad de los personajes y el cruce de situaciones que hará que todos se vean envueltos en la mirada unívoca del espectador que necesita las certezas que el texto le niega. Los personajes que reciben a la pareja: Juan Carlos, Junior, Yessica / Corina, dicen para luego contradecirse, unos desmienten a otros, mientras María Teresa y Esteban tratan de entender en complicidad con el otro, el público, una verdad que las palabras relativizan. El título hace referencia a dos acontecimientos distintos, por un lado al hecho que reúne a todos en la casita de alquiler, las vacaciones y por otro lado, al sucedido donde los padres de Jessica supuestamente perdieron la vida.

Jessica: Fue un accidente (pausa) Un choque de barcos, en el Mediterráneo. No hubo sobrevivientes. (26)

Como el tema de si a Junior le gusta o no la pesca, la verdad queda en suspenso, o toma un camino diferente. Los diálogos en off que Juan Carlos son también desestabilizadores de esa realidad que parece construirse sin referencias estables; en oposición la manía de repetir un gesto o una frase que caracterizaban a Juan Carlos y a su hijo, comienza a corporizarse en María Teresa, y marcan el proceso de mimetización que va creciendo en todos, y la duplicación que nace con el desdoblamiento del personaje de Yessica /Corina. Nada fundamental parece suceder, sin embargo, el clima que la pieza crea es cada vez más alarmante, porque Kersner trabaja con una expectación que defrauda constantemente.

                    María Teresa: (A Yessica) Con vos es con quien hablé por teléfono, ¿no?
                   Corina: ¿Sí? No sé, no soy de hablar mucho por teléfono.
                   (…)
María Teresa: No, a mí me parece que hablé con ella. (A Esteban) Estoy segura, era ella, es la misma voz. (A Yessi) ¿Te acordás que me dijiste que había tres camas y que estaban incluidas las sábanas?
Yessica: Yo nunca viví en Buenos Aires.

La trivialidad de los diálogos, la violencia que sin duda encierran, guardan su lógica causal y producen su catarsis en el estallido de María Teresa y se desborda en el interludio, implosión de la subjetividad de Esteban, momento onírico que el texto se permite para anunciar lo porvenir. Un relato que se desplaza en distintos niveles, por un lado, el afuera que interrumpe constantemente y, por otro, el adentro de una violencia que se incrementa. También a nivel temporal, porque el pasado se filtra incesantemente en un presente incierto. El autor, narrado omnisciente, no deja nada librado al azar y como el titiritero, desde una perspectiva masculina, mueve los hilos para que cada personaje, en los pocos días que dura la historia, comience a sumergirse en un clima asfixiante y sin posibilidad de evasión. Como el anzuelo cuando se hunde en la carne así la rueda de la fortuna, que representa el vaivén de la vida entre el destino y el karma, ya está echada. Nefasta premonición en el interludio marino, y no por casualidad, María Teresa es representada por un muñeco “semidevorada por las peces”. El tema de la identidad es explicitado por los personajes más jóvenes, primero:

Jessica: Sí, es la nueva subjetividad femenina que nace con el cambio de siglo: una subjetividad en crisis, una crisis devenida subjetividad…. (68)

Luego, en la última escena, Junior descubre que su identidad no es tal y que vivió de una mentira, su desmoronamiento es emocional pero además trágicamente físico. El lector descubrirá que, a veces, las Vacaciones tan soñadas y planeadas durante meses solo ponen en evidencia que las apariencias, en algún momento, se transformas en fuerzas primitivas y sangrientas.
 



Vacaciones / Un choque de barcos
Daniel Kersner
Ediciones en Danza (teatro) 2008
Páginas 78










1 Daniel Kersner es escritor, director y psiquiatra. Ha escrito los poemarios "Teoría de la derrota", Editorial El Bisonte, 1984. Premio Sociedad Argentina de Escritores (SADE, 1984) "Pregunta antes de abrir" comedia dramática en dos actos, Premio Mención del Primer Concurso Teatral organizado por el Teatro Municipal Gral. San Martín y la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires y "Escotes americanos", "Abrochar mariposas" y "Para qué querés escorpiones?", entre otras. Ha dirigido "La cruz de tiza" de B. Brecht, "Historias para ser contadas" de O. Dragún, Grupo Teatro de la Esquina, "Libertad, libertad!" de M. Fernández y F. Rangel, teatro Bambalinas, "Industrias Káiser Argentina" con El Desguace Compañía Teatral Itinerante. Ha realizado puestas en las salas: Puerta Roja, Centro Cultural Plaza Defensa y Galpón del Sur; y "Abrochar Mariposas" de su autoría en el Teatro Corinthio y Teatro La Colada. Trabajó en el Equipo de Asistencia Psicológica de Madres de Plaza de Mayo (1983/1990) y en el Equipo Argentino de Trabajo e Investigación Psicosocial, desde 1990 a la actualidad.



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