El escenario del Margarita Xirgu, recibe la llegada del actor
/transformista Martín Kent, quien lleva más de 25 años fuera del país,
realizando su trabajo donde la parodia como procedimiento, el despliegue del
muy buen uso de los efectos especiales, y un manejo excelente del cuerpo, son
los elementos que sobresalen en lo visto en Slipstick.
Los cuadros que se suceden están enmarcados por la sugerencia de un camarín
donde un espejo con luces permite al actor convertir su cara en la máscara que
irá a través del vestuario convirtiéndolo en los personajes que el público
reconoce fácilmente a pesar de ser llevados al límite de lo grotesco; para
luego cerrar en ese mismo ámbito sugerido, con el momento de la pérdida de esa
máscara de maquillaje, de ese slipstick y volver a ser él mismo ante el
espectador. Películas como Titanic, El
mago de Oz, El exorcista, King Kong, aparecen en sus temas representativos
desde lo musical, y desde una escenografía diseñada con algunos elementos
significativos: la proa de un barco, la cama, Dorothy, o el impresionante
gorila. La presencia de los siempre recordados Freddy Mercury y Elvis Prestley,
Tina Turner, establecen su presencia también desde el cuerpo y la voz del
actor. Los gags se suceden con un humor cargado de ironía, a veces bastante
oscuro, donde no se desdeña lo escatológico. El género slapstick1 tiene más desarrollo en los escenarios
europeos que en los nuestros, y tuvo cultores destacados como Los tres
chiflados y Benny Hill. El actor le imprime al género su impronta personal, así
el recorrido por la galería de los diferentes personajes es vertiginoso, con
imaginación y cuidando los detalles, cada personaje en un punto de partida y de
llegada en la estructura laberíntica del espectáculo. Quizá la respuesta del
espectador sería más unánime si la mayor parte de los monólogos fueran en
castellano y no en otro idioma. Ya desde el título de la obra Slipstick, como aglutinador sémico, da
cuenta de la singular mixtura: una simbiosis entre dos términos, slapstick y lipstick (lápiz labial), inventada por Kent’s. Esta mixtura tiene
como principal componente los elementos del music hall, pero también del circo
y del expresionismo. Son 25 personajes que desfilan antes nosotros, sin contar
con el espectador circunstancial que se convierte en un personaje invitado al
ser “investido” por un enorme profiláctico. La novedad, la gran atracción es el
gigantesco King Kong ingresando por detrás del público. A través de la
expresión corporal y gestual, de la exageración hasta en lo más mímico, el
transformista logra darle un plus, “una vuelta de tuerca” como él mismo lo
define, al “original”, al mito o a la leyenda siempre vigente en el imaginario
espectatorial.
Slipstick de y
por Martin Kent. Vestuario y Producción: Martin Kent. Iluminación: Sala
Margarita Xirgu. Teatro Margarita Xirgu.
1 Slapstick (traducido del inglés: «bufonada») es un tipo de comedia que implica exageración de la violencia física (por ejemplo, un personaje golpeado en la cara con una sartén o que se estampa a toda velocidad contra una pared). Este estilo es muy común en los tipos de entretenimiento en los cuales se da por hecho que el público entiende (y cabe decir que espera) la naturaleza hiperbólica de tal violencia en la que se exceden los límites del sentido común, permitiendo así una risa no cruel. El estilo se deriva de la Commedia dell'arte que empleaba gran cantidad de abusos físicos y caídas. El nombre deriva de battacio, un objeto parecido a un leño formado por dos listones de madera que al golpear producían un ruido como de una fuerte azotaina, aunque en realidad al golpeado le llegaba poca fuerza del objeto en cuestión (llamado en inglés slap stick, de donde se deriva el nombre), lo cual permitía a los actores golpearse el uno al otro continuamente provocando un gran efecto pero muy poco daño real. Esto puede ser considerado como una forma rudimentaria de efectos especiales. Aunque el nombre actual derive de un objeto aparecido en el Renacimiento, historiadores del teatro sostienen que el slapstick ha estado presente en casi todos los géneros cómicos desde el rejuvenecimiento del teatro en los dramas litúrgicos de la Iglesia en la Edad Media (Algunos también afirman que hay casos en el teatro griego y romano) Golpear al diablo en una escena, por ejemplo, era un recurso cómico habitual en muchas obras religiosas serias. Shakespeare también incorporó muchas escenas de persecución y golpes en sus comedias. Buena parte de la forma actual de este tipo de comedias se fue construyendo en las comedias étnicas del vodevil americano de los siglos XIX y principios del XX. El estilo fue extensamente explorado en las películas cómicas mudas en blanco y negro dirigidas por Mack Sennett y Hal Roach y representadas por actores tan notables como Buster Keaton, Charlie Chaplin, Laurel y Hardy (El gordo y el flaco) o Los tres chiflados. El slapstick es también muy común en los dibujos animados tales como Tom y Jerry o Looney Tunes. (Wikipendia)
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