El Espectador está tranquilo porque sabe que la comedia no se va a fijar en él, ¡Pero qué hermoso sería que de pronto lo llamaran de las tablas y le hicieran hablar, y el sol de la escena quemara su pálido rostro de emboscado! Espectador 1- La única ley del teatro es el juicio del Espectador.(Lorca, la comedia sin título)
Como espectadoras, más de una vez, sentimos
que la silla del teatro se convierte en un lugar inhóspito, pequeño, del que
parece que no podemos salir sin provocar el desconcierto. ¿Qué hacer cuándo lo
que sucede en el escenario no nos atrapa? Desde el artista, ese ser humano
sentado en la platea es y será siempre la mayor de las incógnitas ¿Cómo captar
la atención de ese ser plural e inconstante que es el espectador? Porque la
reacción del público, la manera que va a decodificar aquello que se sucede en
imágenes, sonidos, movimiento y color en el escenario, es el mayor de los interrogantes
para todo realizador. Algunos niegan su importancia, y afirman con desparpajo
que el público no les interesa y que ellos son artistas que buscan en el teatro
mismo todas las respuestas. Escriben, actúan, dirigen y producen pensando sólo
en la problemática teatral. Pero el espectador sigue estando ahí, y como en el
circo romano el Emperador aún puede ejercer el poder de bajar el pulgar. Un
texto es una promesa, pero el público ya
está allí cuando ese texto deja de ser lo posible para convertirse en lo real,
en una hora o más. Eso lo sabía Federico García Lorca cuando escribió su obra El Público (1930), o también cuando
discutía con él en Comedia sin título
(1936, inconclusa). ¿Cuál es la función del teatro? ¿Qué responsabilidad le
cabe al espectador de desentrañar en el ritual del teatro, eso que se escapa a
una lectura de primera mirada? Las actrices de Aburrimiento Chair juegan desde el soporte textual de Juan Gómez1, a una sesión de hipnosis de una
supuesta integrante de esa masa indefinida, con la convicción de ejercer la
seducción desde una a todos. Bucear en la metateatralidad, desde ella, es un
doble juego en abismo; que produce una sobreteatralidad que la puesta lleva con
soltura y dinamismo, provocando no el aburrimiento sino un interrogante a
saber, dónde nos va a llevar el periplo que recorre una espectadora y las
consecuencias que el teatro aún desde el bostezo produce en quién se atreve a
la magia del escenario. Porque si algo queda claro en la puesta, es que el
teatro produce aunque sea en la singularidad de uno, un cambio, una
metamorfosis en la platea. No hará la revolución colectiva pero si la propia,
porque eso que sucede en el escenario no nos deja indiferente aunque nos
aburra. Al comienzo de la obra se nos aclara que lo que vamos a ver no es
teatro, sino una simulación, un experimento. El “conejillo de Indias” (Carolina
Setton) entra en un trance hipnótico y más de un espectador se sentirá
identificado con ese estado de aburrimiento y la posterior frustración, sobre
todo cuando el costo de la entrada fue excesivo. Ese recorrido imaginario
continúa por un bar, la peluquería, el psicólogo y alguna iglesia. En
determinados momentos el escenario se desdobla y asistimos a una
representación virtual, y ante la
consigna de no girar nuestra cabeza esas sombras en el espacio real representado
producen que nuestra imaginación complete lo que ocurre a nuestras espaldas.
Así el espacio escénico se dilata, se expande, e invade el cómodo lugar del
espectador anónimo. El protagonista es
el espectador y como objeto de estudio planteado es saturado por distintas
perspectivas, es colocado en el centro sin previo aviso, como en la arena de un
circo y al que sólo le queda reírse de sí mismo. Con humor y profesionalismo
las cuatro actrices nos llevan por este flashforward
teatral, este salto ficcional pero no sólo del personaje, sino de todos aquellos
que estamos involucrados de diferentes maneras al campo teatral. Aburrimiento Chair ubica al
espectador en un lugar importante en la concreción del hecho teatral. Hay un
cierto quiebre espectatorial porque hay una propuesta de responsabilidad
compartida, tanto desde el espacio escénico, como desde el espacio del público.
El aburrimiento faltó a la cita.
Aburrimiento
Chair de Juan Gómez. Intérpretes:
Carolina Setton2, Iride Mockert3, María Marta Guitart4,
Carolina Suárez5. Dirección: Juan Gómez.
Producción: Casual Teatre. Música: Juan de la Fuente. Imagen y diseño: Juan
Cañamero. En el Camarín de las Musas. Aburrimiento Chair cuenta con apoyo del
CCEBA.
1 Juan Gómez, actor, dramaturgo y director español;
Aburrimiento
Chair es su tercera pieza, tras haber
trabajado como intérprete con directores como Carlos Fernández, Adolfo Simón,
Laila Ripoll, Calixto Bieito, Mario Gas o La Fura dels Baus; luego, decidió emprender su
propio camino como director y dramaturgo y explorar en sus creaciones ideas del
‘yo’, de la sociedad que nos rodea y de los procesos de búsqueda vital. El
primer resultado de su búsqueda como creador fue Trans, una pieza en la que explora el sentido de la existencia.
Tras presentarse en la escena alternativa madrileña vio la luz su ‘segundo
trabajo Nidea, en el que explora el
proceso de creación de una idea y los conflictos a los que se enfrenta durante
el mismo y en la que persevera en una idea lanzada por Pasolini: “¿Por qué
realizar una obra cuando es más bello soñarla?”. Los propios integrantes de
Casual Teatre parten del convencimiento de que “una idea es una imagen que
existe o se forma en la mente”, mientras que Nidea hace referencia “al estado previo a la aparición de la idea. Nidea es el limbo desde donde empieza
todo. ¿Cuales son los conflictos a los que nos enfrentamos en un proceso de
creación?, ¿cómo superarlos? ¿cuándo hace su aparición la idea?, ¿cómo se
transforma en concepto, en acción, en experiencia? Todo esto es Nidea. Una hoja en blanco en la que se
dibuja un recorrido hasta la idea. De Nidea
a la idea”. (Artez, Revista de artes escénicas, noviembre /2010)
2
Carolina Setton como actriz interpretó diversos personajes en el programa
televisivo Magazine For Fai, dirigido por Mex Urtizberea, Nora
Moseinco, Alberto Muñoz y Lucrecia Martel (1996 – 1998). En cine participó en
la película Filmatrón, dirigida por Pablo Parés y por la cual ganó el
premio a mejor actriz en el festival de cine de Tandil 2007.
3
Iride Mockert en teatro trabajó junto con Hugo Midón y Carlos Gianni en La Familia Fernández,
interpretando a la Tía Greta
(1999 – 2000), en Sentate a Compartir, dirigida por Héctor Malamud con
música de Ignacio Gómez (2006), en El Mate y que Siga la Ronda, dirigida por
Javier Zain con música de Carlos Gianni (2008), y participó como reemplazo en
espectáculos del grupo de rock Papando Moscas. Como payasa trabajó en De
Paso (2010) espectáculo dirigido por Raquel Sokolowics , La trompeta
Hipnótika (2011) de Pablo Galak dirigida por Alberto López Castell.
4
María Marta Guitart en teatro trabajó en Marathon,
dirigida por Villanueva Cosse (Teatro Cervantes, 2010); Marat Sade dirigida por Villanueva Cosse (Teatro San Martín, 2010);
en "Adela está cazando patos" dirigida por Maruja Bustamante en el
Teatro del Abasto Social CLub, Hacer
Sapito, dirigida por Maruja Bustamante (2010, Teatro Abasto Social Club); Yepeto, dirigida por Julio Baccaro
(Ciclo Teatrísimo); Este amor es una fiesta, dirigida por Mariela Asencio
(C.C.Rojas, 2008), Alguien de algún modo,
dirigida por Ciro Zorzoli (Portón de Sánchez, 2007); Salmuera, danza-teatro (seleccionada para el Festival Internacional
de Blumenao-Brasil, 2007).
5 Carolina Suárez en el año 1997 comenzó con su tarea de
llevar el teatro y la poesía de Federico García Lorca a recorrer la ciudad de
Buenos Aires, actuando en los colectivos. Participó junto con Inés Saavedra en
la dramaturgia de Divagaciones, sobre
la obra poética de Silvina Ocampo. En el año 2007 protagonizó la obra teatral Tumbada blanca en blanco, dirigida
por Roxana Randon, con éxito de público y críticas. En el 2008, participó
como actriz en el ciclo El decálogo,
en el Centro Cultural Rojas, dirigida nuevamente por Inés Saavedra. Actualmente;
además de reestrenar Federico tuvo un
sueño, trabaja en un nuevo proyecto teatral junto a la escritora y
dramaturga Carina Maguregui, y realiza funciones del recital de poesía española
Entre sueños y fraguas, de forma
itinerante. Como actriz trabajó en La
última rebelión, Las horas muertas, Los Rinaldi, herencia de humor; Proyecto
Alaska, entre otros.
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