viernes, marzo 18, 2011

El nombre de Jon Fosse1

Un teatro de situaciones, climas y el crack de los valores del mundo burgués.
 

María de los Angeles Sanz


Un escenario despojado, sólo ventanas que miran a un paisaje de viento, frío y soledad. Adentro una mujer en estado de gravidez que mira hacia un horizonte que espera ser recorrido por un hombre, padre de ese hijo que espera. Puertas que no sabemos hacia donde abren o cierran pero que representarán el símbolo de la incomunicación, de la soledad que también se suma al paisaje. Las puertas horadan la realidad del adentro y el afuera, como el silencio atraviesa el mundo literal de las palabras. Un teatro que apela a la sinrazón del lenguaje y a lograr desde las situaciones quebradas por un silencio espeso a conformar climas que nos introducen en el fracaso de una sociedad que ve sus cimientos, la familia, derruidos hasta  el fondo. Jon Fosse, es el autor de origen noruego de mayor reconocimiento en la actualidad, funde la estructura de sus obras dramáticas entre el determinismo naturalista y el absurdo existencial. La fragmentación del discurso y de las acciones, la reiteración obsesiva de situaciones absurdas, el desconcierto de roles desmarcados de lo esperado, la desestructuración del sujeto, la mirada oblicua, la dispersión del sentido, la necesidad de un espectador activo, al que se provoca desde el silencio, y la negación de las palabras por las acciones físicas, son algunos de los procedimientos que conforman una poética corrosiva. La puesta que se lleva adelante en La Carbonera presenta actuaciones no todas al mismo nivel, que sin embargo, logran momentos a través de la gestualidad, que permiten al espectador llegar a comprender no sólo desde la literalidad de la palabra envuelta en diálogos quebrados, el fondo de una situación que habla del desapego, el desinterés, la falta de confianza, y una existencia que niega el compromiso con el otro, con el más próximo. ¿Qué es la maternidad, que significa ser el vehículo para que un ser llegue a este mundo desolado? ¿Qué significa la paternidad? ¿Cómo casi sin darnos cuenta repetimos los esquemas heredados, y confiados nos entregamos a aquello que no podemos o no sabemos detener? Fosse, se interroga sobre el por qué de la necesidad humana de nacer, y pone no en el destino, no en un Dios sino en el hombre la responsabilidad de elegir; aunque luego el camino no sea el deseado: “El que quiere nacer en Bélgica nace en otra parte, y todo así”, le explica sin aclarar de donde ha extraído los conceptos, el padre de su hijo a Beate. Roles invertidos, ni madre contenedora, ni padre protector, ni marido atento, ni mujeres que tomen la responsabilidad de la maternidad como el “deber ser social” se lo ha marcado; sino seres como flotando en un limbo que ajenos a su entorno ven pasar sus días sin hacerse cargo de sus responsabilidades, pero sobre todo, sin hacerse cargo de sus propios sentimientos. Individualidades como islas, que viven su egoísmo como una tabla de salvación. La dirección de Analía Fedra García, busca llevar al espacio escénico el clima de claustrofobia que el texto propone con sus diálogos truncos e incoherentes, y sus reiteraciones en diálogos y situaciones, y lo logra. El espectador siente el peso de esa tensión que no acaba, a pesar, de que parece no haber comenzado aún; siempre en suspenso, la directora trabaja sobre la horadidad del texto, y deja pasar su punto de vista en una actuación que se fija en los silencios prolongados, en aquello que se oculta. La imagen del final, uno de los mejores momentos de María Eugenia López, (Beate) cierra el círculo de la nada que atraviesa la vida de los personajes; un sin sentido cargado de significación. Como en un oxímoron perfecto la vida deja sentir una liviandad dura y consistente, como el paisaje noruego.





El nombre de Jon Fosse (Traducción de Luis Cano y Analía Fedra García). Elenco: (madre) Fabiana Falcón, (padre) Horacio Marassi, (Beate) María Eugenia López, (hermana) Verónica Mayorga,  (chico) Alfredo Staffolani, (Bjarne) Sebastián Raffa. Diseño de luces: Marco Pastorino. Escenografía y vestuario: José Daniel Menossi. Música original: Gustavo García Mendy. Dirección: Analía Fedra García. Asistente de dirección: Sofía Alberro.








1 Jon Fosse es novelista,  poeta y dramaturgo, nació en 1959 en la costa oeste de Noruega y ahora reside en Bergen. Es autor de unos treinta libros y de veinticinco piezas teatrales que se han traducido a 40 idiomas; él es uno de los dramaturgos europeos contemporáneos más provocativos, celebrados, y producidos. Sus novelas incluyen la guitarra roja, negra, cerrada, el Boathouse, el colector de la botella, y el Melancholia I-II, y sus volúmenes de poesía incluyen: ángel con agua en sus ojos y perro y ángel. Fosse recibió rápidamente la aclamación internacional, particularmente después de que Claude Regy (director francés legendario del trabajo de Pinter) salió del retiro para dirigir su juego que alguien va a venir. Luego, Le Monde lo definió como “el Beckett del siglo XXI.” Nunca dividirán sus juegos, incluir y nos, el hombre de la guitarra, sueño del otoño, muchacha en el sofá, y las variaciones de la muerte, se han producido en etapas importantes a través de Europa, así como en todo el mundo adentro países tales como Japón, Australia, y Chile (y ahora en los Estados Unidos). La televisión nacional noruega (NRK) llama el foso, a la “exportación cultural más grande de Noruega” y él es el que más a contribuido al foso. A Theater Heute (el compartimiento de teatro principal lo nombró dramaturgo Best Foreign para los países de habla alemana); fue señalado un Chevalier por el gobierno francés; en 2003 él fue la persona más joven que ganara el honor cultural más alto de Noruega, el Norsk Kulturråd Ærespris. En la Argentina, tres son las puestas que contaron con texto del autor noruego, El hijo (2008), El nombre (2010), Winter (2011).






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