miércoles, agosto 25, 2010

Amanda y Eduardo (1931-2010) de Armando Discépolo

Una puesta interesante sobre un texto de contextualidad distante
Exclusivo para Luna Teatral Azucena Ester Joffe, María de los Ángeles Sanz


La textualidad de Armando Discépolo tuvo en su momento la posibilidad de ser estrenada   en los escenarios de Barcelona en marzo de 19311 por la compañía de Camila Quiroga2, para luego reeditarse en Buenos Aires dos años más tarde en el teatro Odeón pero entonces con otras actrices y otros actores: Iris Marga, Mecha Ortiz, Miguel Faust Rocha, entre otros3. Al momento de editar la pieza por primera vez para la editorial de Jorge Álvarez, el autor incluye un pequeño prefacio, donde expresa el amor que siente por su escritura y una vez más, indica como autor / director de sus piezas, como quiere que sea la puesta, allá a finales de los sesenta:
hoy, que corriendo más que el sonido; hoy, que la ciencia ya afirma que no volveremos, que la pausa es mortal, indico, pido, para acelerar la lentitud de la tramoya, que las decoraciones no sean de las que se llaman realistas. Entre cortinas de marrón tostado, nunca negras ni azules, los maquinistas sólo pondrán las puertas de batientes practicables y los utileros los muebles indispensables. Y no innovo, envejezco, porque desde el fondo de los siglos de teatro así se hacía. A.D

La puesta que Adrián Canale lleva adelante en el espacio de Puerta Roja, trabaja desde estos parámetros de espacialización, pero además incorpora un tipo de actuación que acompaña con talento la disposición escénica y el desarrollo de las acciones físicas. Sin olvidar que el texto pone el acento en el valor de la palabra, hace que esta no se pierda en una declamación enamorada de la textualidad sino que a partir de la construcción de los personajes la puesta gana en fuerza dramática, explorando la tensión de la intriga desde el punto de vista subjetivo y no privilegiando el desarrollo causal de los sucesos. Doña Flora encarnada por la excelente composición de Silvia Katz, atraviesa con su humor cínico, objetivo, ante la desmesura de la realidad, la construcción de la pareja imposible planteada por Discépolo, procedimiento paradigmático del melodrama y que conforma la poética del realismo de tesis social, y deconstruye al mismo tiempo la figura materna que crecía en el imaginario social, mistificada por la música del tango, y las novelas de la tarde, pero tratada con toda su real crudeza, por la literatura de Arlt y el teatro. El texto discepoliano apuesta a la crítica moral sobre una sociedad que ubica a la mujer en el lugar del deseo y de la carencia económica, y al hombre como la única posibilidad de suplir ambas necesidades, sin proponer para el sujeto femenino ninguna otra salida más que ahogar los sueños en la materialidad de una realidad de miseria o de cárcel de oro. Vidas femeninas, sin elección posible, acuciadas por un sistema injusto, personajes abandonados por la justicia poética o la mirada de ternura de su escritura. La música y las canciones en vivo contribuyen a crear la atmósfera que requiere la situación dramática y junto con el desplazamiento de los personajes, en un espacio escénico despojado, le otorgan a la puesta el dinamismo de lo cotidiano y de lo urbano. La distribución de las gradas para el público como en una cancha de tenis teatral, ocasiona que la mirada del espectador oscile de un extremo a otro, mientras los actores en ese movimiento van creando a través de su gestualidad, de su actuación, los diferentes espacios privados. Al comienzo, el espacio escénico es como en una elipsis y en cada extremo se ubica un núcleo dramático distinto (en uno, Amanda/Camilo y, en el otro, Elena/Eduardo) pero al finalizar la obra se ha transformando en sólo un par de opuestos (Amanda/Leonardo), como si fuera el espacio interior de Amanda, el espacio escénico desde su punto de vista es un circulo vicioso y sin posibilidad de atravesarlo. El punto de fuga donde convergen todas las posibles miradas en el texto dramático discepoliano y en la puesta en escena de Puerta Roja, en particular, es hoy como ayer el universo femenino.




Ficha técnica: Autor: Armando Discépolo. Actúan: Mariela Acosta, Tian Brass, Natalia Fanucchi, Federico Gonzalez Bethencourt, Silvina Katz, Leonardo Odierna, Ileana Peralta, Sylvia Tavcar, Martín Urbaneja. Iluminación: Adrián Canale, Sergio Costessich. Vestuario y Escenografía: Gabriela Delmastro, Paula Jmelnitzky. Diseño Gráfico: Diana Rutkus. Fotografía: Nidia Vicino, Santiago Ligier. Música Original: Tian Brass. Operación Técnica: Pablo Quiroga. Prensa: Tehagolaprensa. Versión y Dirección: Adrián Canale. Colectivo Teatral Puerta Roja


Bibliografía:
Discépolo, Armando, 1969. Amanda y Eduardo en Obras Completas tomo tres. Buenos Aires: Jorge Álvarez editorial.



1 La ciudad que recibe a la Compañía de Camila Quiroga es la ciudad convulsionada por las elecciones que producirían el triunfo de la República española, en un clima mundial de crecimiento del fascismo de Mussolini en Italia y de la figura de Hitler en la que fuera la República de Weimar en Alemania.

2 Camila Quiroga era una actriz de teatro, radio (trabajaba en dos emisoras radiales: Sténtor y Belgrano) y cine, directora y cabeza de compañía, una de las más conocidas y exitosas figuras teatrales de la época, del circuito profesional culto, con su compañía hizo giras por el interior y el exterior del país. Fue amada y desprestigiada por la prensa de la época, con la misma pasión que inspiraba su persona dentro y fuera del escenario. A su regreso, la crítica especializada se divide, algunos hablan del éxito maravilloso que ha tenido en los escenarios de Europa, -había recibido del gobierno portugués le otorgó la condecoración de Gran Oficial de la Orden de Santiago de la Espada (1933) y el gobierno chileno le dará la Gran Cruz de la Orden del Mérito (1939)-; mientras que la revista Comoedia, la ataca afirmando que ha sufrido un duro revés económico y financiero; Las aseveraciones de la revista no dejan lugar a dudas sobre su situación: Hoy que el castillo de naipes (o mentiras) se viene abajo y no queda más que la dura realidad del fracaso financiero, de los actores impagos, de los préstamos usurarios, de los derechos adeudados y otras lindezas (…) comentamos los hechos que ya se han hecho públicos a través de las mismas columnas que recogieron tantos elogios fraguados”. “Las gloriosas aventuras de Camila Quiroga” (Comoedia, a III, nº 43, del 1/11/1928)

3 En el programa de mano del estreno en el teatro Odeón de Buenos Aires, del 11 de julio de 1933, el elenco que figura es el siguiente: Iris Marga, Ángel Varela, Mecha Ortiz, Gloria Fernández, Mario Danesi, Amanda Varela, Osvaldo Ferrando, Guillermo Pedemonte, Miguel Milao, Norma Castillo Y Carlos Costa; y difiere de los mencionados por el autor en el prefacio mencionado.

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