jueves, septiembre 22, 2011

Chau Misterix (1980/2011) De Mauricio Kartun

 

Mauricio Kartun escribe Chau Misterix1 en 1980, todavía bajo la dictadura cívico – militar,  y un año antes de ese movimiento que le daría una mirada y un impulso nuevo al campo cultural teatral, Teatro Abierto; desde entonces hasta hoy, la pieza ha tenido la suerte de recorrer numerosos escenarios, ser puesta en escena y dirigida por un sin fin de grupos independientes que encuentran en sus palabras una frescura, una mirada entre tierna y crítica sobre cierto momento de la sociedad porteña de clase media, en las figuras de esos personajes niños que nos cuentan de donde vienen sus sueños y sus frustraciones; con que materiales fueron construyendo el presente que nos habita. El relato cargado de humor y temor, de cómo nos contaron las cosas, siempre a medias, y de cómo jugando íbamos descubriendo el mundo, es más allá de las distancias de época una narración que nos involucra. Hoy nos reímos de la inocencia de ciertas afirmaciones que sin embargo estaban cargadas de deseo y tal vez de malicia. La simpleza de recursos para ingresar al mundo de los adultos, es posible que asombre al espectador que nació rodeado de una tecnología desbordante, que por supuesto no todos manejan con eficacia, pero en este mundo supercomunicado, muchas veces la información es tan desconcertante y falsa como la que corría en los casi sesenta; a través del boca a boca, en el secreto develado en una merienda, o en el relato no siempre inocente en una plaza. En los ochenta, el relato de Kartun era memoria, no muy lejana, de un pasado que hablaba de la ingenuidad y de la violencia, ingredientes necesarios para creernos héroes capaces de cambiar la historia, todos éramos de alguna manera los personajes de Misterix, en una isla, luchando contra enemigos poderosos; ahora en el siglo XXI es una lectura nostálgica de un mundo que supimos construir, pero que nos sigue advirtiendo de lo difícil que es crecer. En el ámbito de Teatro Abierto, dos años más tarde, Kartun dará vida a La casita de los viejos, ese viaje de vuelta de todo de Rubén. La puesta dirigida en el Tinglado por Virginia Lombardo, resuelve bien en el espacio los dos niveles de tiempo que propone el texto, el mundo de la cotidianidad y el de la fantasía. A través de un simple panel de fondo, que se ilumina y deja ver los cuadros de la historieta, transcurre en proscenio otra historia donde los actores llevan adelante el tejido de la intriga encarnando con mucha gracia y movimientos coreográficos los personajes del comic. Los actores que llevan adelante sus roles desdoblados, son una metáfora sobre un actor social, que necesita construirse una realidad otra, donde sentirse valorado y reconocido. Dibujo de un momento histórico donde la juventud a través de la música, la moda, y la trasgresión de las costumbres heredadas, a la fuerza, iba logrando ganar espacios. Rubén /Misterix, debe luchar por imponerse en un universo que no perdona las debilidades ni las diferencias, en un lugar donde la amistad se cruza con el deseo, donde un par de pantalones largos es el pasaje a ser adulto. Las actuaciones son muy buenas, cada uno de los actores encarna su doble personalidad con fluidez y talento; provocando en el espectador desde ternura a una risa franca. El vestuario y la música recrean con fidelidad el verosímil del año en que transcurren las acciones, carnaval de 1958. Doble juego con el que trabaja Kartun: el carnaval máscara legal, oficial y permitida para que los adultos jueguen una vez por año a ser otros; mientras para Rubén  es sólo un accidente en el transcurso de su vida ya que es su imaginación la que le permite una vida dividida, atravesada por la fantasía alimentada por la lectura y el cine; simulacro necesario para escapar de una situación que lo asfixia; su casa, la escuela, la relación con sus amigos y el amor imposible de Miriam. Más de treinta años han pasado desde que por primera vez la pieza subiera a un escenario, el del Auditorio Kraft de Buenos Aires, para dar vida a los personajes, sin embargo, el salto de jugar e imaginar una vida donde el relato sea nuestro más auténtico deseo, vuelve en el espacio de El Tinglado a producirse para recodarnos que el teatro es una ficción de la más pura realidad.








Chau Misterix
de Mauricio Kartun. Elenco: Tamara Garzón2 (Titi/ Dra Burke), Talo Silveyra3 (Rubén /Misterix), Inés Palombo4 (Miriam /Doris Day), Esteban Coletti5 (Chiche Parra /Riley). Música: Mariano Cossa. Escenografía y vestuario: Mery Vidal y Lucio Tirao. Diseño de sexo, violencia y fantasía: Federico Howard. Iluminación: Jorge Merzari. Diseño gráfico: Martín Guerrero. Fotografía: Mauro Franceschetti. Asistente de dirección: Vicky Lagos. Dirección: Virginia Lombardo6. Meritorios y voz en off: Martín Otaño y Javier Nadra. Espacio: El Tinglado7.







http://www.facebook.com/pages/MAURICIO-KARTUN/182075757764


http://www.teatroeltinglado.com.ar/













1 Dice el autor de la obra: “Con Chau Misterix fue raro. Fue el resultado de mi primer contacto con el taller de Ricardo Monti. Yo venía de años de práctica de una dramaturgia explícitamente política, más rigidona, y la consigna de buscar en un imaginario personal me resultaba perturbadora. El detonador según recuerdo borrosamente fue el título de una película española de por entonces: El Capitán Brando. Una de esas cópulas fantásticas donde dos conceptos se unen en un tercero. Mi título es un remedo de aquel. Al principio dudaba mucho. Creía tanto en las ideas por entonces que el mundo de las imágenes me parecía medio mantequita. Después apareció el barrio, el club, la infancia. El paraíso perdido, bah. Y me atrapó. ¿Quien se quiere ir del paraíso?” (Mauricio Kartun: poética teatral y construcción relacional con el mundo y los otros. Por Jorge Dubatti)

2 Tamara Garzón, es hija de los actores Gustavo Garzón y Alicia Zanca, y participó como actriz en Cenicienta; El Dibuk ; Alicia en el país de las maravillas; Todos podemos soñar; Juegos a la hora de la siesta .

3 Talo Silveyra es actor, e hijos de actores, músico y compositor. Tiene una banda de música, Sacrum, con cinco años de vida, el grupo se formó en el 2003. Sacrum pegó un salto hacia el gran público cuando fueron elegidos para telonear a Dream Theatre en el primero de los conciertos que la banda estadounidense diera en el Luna Park, en marzo de 2008. Como actor de teatro trabajó en Juegos a la hora de la siesta, y en El diario de Ana Frank dirigido por Helena Tritek. Hizo estudios con Julio Chávez. En cine participó en El Paraíso el filme en serie de Agustina Cherri, Se estrenó su primera película donde compuso un malevo y tuvo aprender a bailar el tango.

4 Inés Palombo (Nacida el 15 de julio de 1986 ) Es una actriz y bailarina de tango argentina. Hizo participaciones en televisión en tiras como Sos mi vida. En cine intervino en el filme Papá por un día(2009) En teatro actuó en "Ivanov" Chejov (2008-9)"Pídele al tiempo" Leo Bosio (2009) "La revolución" Leo Bosio (2010) "Tita, una vida en tiempo de tango" Nacha Guevara (2011).

5 Esteban Coletti en la actualidad, forma parte del elenco protagónico de la tira “Romeo y Julieta”, que se emite de lunes a viernes, por Canal 9. También integró el elenco de “Historias de sexo de gente común”, “Frecuencia 04”, “Luna salvaje”, “Enamorarte”, “Rebelde Way” y”Tiempo final”. En teatro formó parte del elenco de “La Soga” con dirección de Matías Gandolfo y Sebastián Blanco Leis. Protagonizó diversas campañas publicitarias mundiales para Chiclets Adam’s, Ford Eco Sport, Alpina y Cerveza Cristal. En teatro participó en Hoy sólo somos, Destino motel, Sauna, Segundo set, Pelota paleta, La soga.

6 Virginia Lombardo nace en Buenos Aires, Argentina, donde actualmente reside. Cursó estudios en el conservatorio Nacional de Arte Dramático y con distintos maestros: actuaciòn, canto, danza, acrobacia y dirección En cine hizo varios cortometrajes y largos como "Leopoldo Arregui", "No place to hide", "Frontera sur", "otra esperanza", entre otros. Como actriz, en teatro ha realizado títulos como "Juegos a la hora de la siesta" (Premios Moliere y Talía), "Trátala con cariño" (Comedia de la Pcia. de Bs.As.), "Hamlet", "Azul profundo" (nominación premios ACE), "Volpone" (TMGSM), "El dragón de fuego" (nominaciones estrella de mar), "Verona" (2 festival internacional), "El próximo minuto", "El paciente" y "Romeo y Julieta" en el teatro Reggio. En televisión ha trabajado en varios unitarios como: "El garante", "Vulnerables", "La condena de Gabriel Doyle", algunas miniseries y tiras diarias. Dirigió varios títulos de teatro, entre otras obras: "Los propietarios del futuro", "Amor desollado", "Clac" (Beca de creación del Fondo Nacional de las artes), "Ostras frescas", "Detodoloquenoseve", "Runrún" y "Acaloradas". Hizo la asistencia artística de "El zoo de cristal" y "Romeo y Julieta", ambas dirigidas por Alicia Zanca. Como docente ha trabajado en el Conservatorio Nacional de Arte Dramático, en cursos particulares de Actuación y en talleres de montaje de obras desde 1990 hasta la actualidad. En teatro tiene numerosos trabajos de dirección.

7 El Tinglado Teatro es un nuevo espacio teatral que viene a enriquecer la zona del Abasto, donde tienen programadas actuaciones con Edda Díaz, Sandra Ballesteros y Pablo Alarcón. Para los chicos habrá espectáculos de Gerardo Hochman, Anahí Berneri y Marcelo Katz. El Tinglado es un sueño que se convirtió en realidad, un nuevo teatro en la ciudad autónoma de Bs. As. El espacio abrió sus puertas en el mes de junio. Conservando la estructura original de un viejo taller mecánico que allí funcionaba, crearemos un ámbito moderno, dedicado a la cultura, donde las ideas y la creatividad tengan una posibilidad de expresión. Se propone acercar a todas las manifestaciones artísticas de la sociedad en su diversidad de lenguajes, ubicado en Mario Bravo 948 en el barrio de Palermo.












Culpa de los muertos de Alejandro Maciel




La dictadura del ’70 funcionó en base a una distorsión de la conciencia colectiva; el silencio era saludable y cualquier expresión pública se convertía en delito. Nadie debía saber nada en ese extraño código de comunicación que establecieron los medios y las omnipotentes FFAA de la Nación.

(Alejandro Maciel)


La represión en la última dictadura cívico/militar es un tema que duele a flor de piel, a quienes sufrieron las consecuencias y a quienes no nos afectó directamente, pero nos marcó la vida para siempre. Alejandro Maciel1 se atreve a expresarse sobre una de las cuestiones más ríspidas, la relación entre la víctima y el victimario. Eduardo Pavlovsky, desde su teatro, Potestad (1987), Paso de dos (1992), entre otras, imprimía a los personajes represores su costado humano; para demostrar por un lado, que no son monstruos sino seres normales que hacían cosas monstruosas, y para advertirnos de que pueden estar al lado nuestro sin que nos demos cuenta; son hombres y mujeres a quienes un sistema perverso llevó a creer que cumplir órdenes, obedecer leyes de dudosa procedencia, y luchar contra el demonio del comunismo amparados por la mirada divina, dispensaba cualquier acción, por más horrorosa que fuera. Productos de un plan maquiavélico que quería cambiar un proyecto de país por otro, y que sabía que sólo podría lograrlo eliminando sin eufemismos a quienes desde el pensamiento o la acción se lo podían impedir. Asistir a la puesta de Culpa de los muertos es observar como ese planteo que llevaba a justificarlo todo, pudo en algunos interiorizarse y hacerse ley, y en otros en el contacto con la palabra y los sentimientos de las víctimas, romperse para por fin darse cuenta, quienes eran los unos y los otros. El planteo es valiente y duro, la estructura elegida le debe mucho al melodrama, género que habitualmente se lo considera de forma despectiva pero que es fundacional para muchos de nuestros géneros teatrales desde la gauchesca al teatro de tesis social2, como también para nuestra música nacional: el tango. Como en Las mil y una noches, el relato dentro del relato permite el milagro del nuevo día, y va diluyendo las fronteras entre represor y reprimido. Contar esta parte de la historia que es la menos transitada necesitaba de alguna manera una forma que la abarcara desde el sentimiento, la sensibilidad y la pasión. Porque en ese marco de horror en el cual se desarrollan las secuencias, de lo que se habla sobre todo es de la fuerza del amor para abrir los ojos y ver. Corrientes es el escenario de una historia chiquita, íntima que toma dimensión nacional por lo que implica en su sucesión repetida de acciones que se sucedían a lo largo y a lo ancho de nuestro país. Por eso quizá la letra manuscrita del programa de mano resulta intimista, aunque el tema nos involucra a todos. Una deslucida aula en algún colegio donde esta ausente el inocente griterío infantil, un pupitre destartalado y un pizarrón que por momentos funciona como la pantalla donde el espacio virtual es explicitado y unos pocos elementos más construyen el horror: un centro de detención clandestino. Candela Suárez López (Loisa) y Juan Manuel Romero (El Sargento) logran con su profesionalismo que la tensión y la violencia ejercida por el captor sobre la estudiante se sienta a flor de piel y, también, cuando comienzan a compartir sus confidencias un cierto alivio parece instalarse en el público. En el espacio real representado se reclama por un hijo que ha sido robado pero una nueva vida se gesta. ¿Casualidad? ¿Destino? La omisión en la “lista” de la joven secuestrada permitió que victima y victimario se unieran en una utopía en voz alta: un Mundo Mejor. La puesta también es valiente por exponer con claridad puntos oscuros, que se soslayan habitualmente porque el dolor que implica tratarlos aún es demasiado, nos sobrepasa, nos aturde con su verdad y nos impide el registro, sólo nos deja las lágrimas y la angustia de un vacío que formara parte siempre de nuestra identidad.





Culpa de los muertos de Alejandro Maciel. Elenco: Juan Manuel Romero, Candela Suárez López; en video: Julieta Fayart, Juan Matías Gras, Jorge Graciosi Alejandro Maciel. Escenografía: Camila Morvillo. Iluminación: Damián Monzón. Operador de Luces: Oscar Canterucci. Video y Asistente de Dirección: Claudio Ferraiolo. Fotos & Diseño Gráfico: Ignacio de Barrio. Prensa: Tehagolaprensa. Dirección: Jorge Graciosi. Teatro del Pasillo.










1 Alejandro Maciel es un médico psiquiatra argentino que no cree en el psicoanálisis. Es también un escritor que no cree en sí mismo como autor; y acaba de publicar la novela Culpa de los muertos (Editorial Rubeo, Barcelona, 2008) en la que describe la vida de cinco estudiantes de medicina de Corrientes, en la década de la dictadura militar de la violenta Argentina de los ’70. El autor vivía en Corrientes en la década del 70 y como el mismo declara, narra un escenario que conocía muy bien: “vivía en Corrientes en los ’70. (…) porque la paz romana era una apariencia en Corrientes. No faltó violencia ni represión: faltó información.” Alejandro Maciel, ha publicado también La salvación después de Noé, 1990; el capítulo argentino de la novela Los conjurados del Quilombo del Gran Chaco, con Omar Prego Gadea (Uruguay), Eric Nepomuceno (Brasil) y Augusto Roa Bastos (Paraguay), Alfaguara, 2001; Prostibularias (con Amanda Pedrozo, Luis Hernáez y Pilar Muñoz Romano), Ed. Servilibro, Asunción, 2003; 20 poemas de humor y una canción disparatada, con Pepa Kostianovsky, Servilibro, 2004. Es director de la revista~libro Palabras Escritas, semestral, editada por Servilibro.Por Culpa de los muertos hay una autor ausente, entrevista por Alina Muratori. Nota para la revista literaria Triena.

2 El teatro de tesis social, es un género de denuncia en el teatro que fue transitado entre otros por Roberto J. Payró y Florencio Sánchez quienes utilizaban los procedimientos melodramáticos para llegar más rápidamente al espectador, producir su empatía por el personaje, sujeto de la acción, héroe o heroína, y a través de la misma lograr el desenmascaramiento de los males de la sociedad o de sus verdades ocultas, oponiéndose de esta manera desde la dramaturgia al status quo reinante. La lucha entre el amor y el deber, la coincidencia abusiva que hace que todos los males recaían sin excusa sobre el personaje, el abandono desde la infancia por ejemplo, la pareja de amor imposible, que terminará en tragedia, el silencio y el secreto, son recursos que la puesta utiliza para adaptar la novela de Maciel. 









Desbocado de Leandro Gazzia



El café concert1 es un género transitado que tuvo su momento de provocación a un público eminentemente burgués y snob allá por los años 60/70. Antonio Gasalla, Carlos Perciavalle, Edda Díaz, y la misma Nacha Guevara, produjeron una ruptura en el tratamiento de temas serios abordados desde el glamour, el humor, la desfachatez, y el uso de un lenguaje que no le tenía miedo al prejuicio de la “mala palabra” y ni a los temas tabúes. Irreverencia que les costaría a muchos de sus protagonistas la persecución y el exilio. La mixtura en la actualidad del género con el arribado a nuestros escenarios en la década del ’90, el stand up, hace que se vean habitualmente shows híbridos que trabajan con los procedimientos de uno y de otro. Pero Leandro Gazzia2, construye un espectáculo que respeta la poética de género y lo hace desde la confección de la estructura, el uso de la palabra, el rol que juega la música, el cambio de roles y de vestuario en escena, la valentía de meterse con todo y con todos, la provocación al espectador, que por momentos no sabe si aplaudir o levantarse, todo eso condimentado desde el inicio con talento, con mucho talento. Su figura delgada es el centro de un sistema planetario que alivia el esfuerzo entre cuadro y cuadro, pero que no es solamente la excusa para el próximo; los bailarines y cantantes que lo acompañan saben también muy bien lo que hacen, son profesionales en lo suyo y se nota. El trabajo y la disciplina hacen que el show fluya con una continuidad sin fisuras, y que todo sea a puro disfrute. Desde el inicio, Gazzia no da tregua, y con una agilidad sorprendente nos introduce en el universo que nos rodea, producto inacabado del que nos rodeó. “Soy bataclano” y por eso “estoy aquí”, el bailarín-actor captura la atención del espectador, la libertad de sus movimientos y la expresión corporal trasciende la temática local, mientras el personaje aglutina y le da coherencia al hecho espectáculo. Cada sketch se desarrolla entre el musical y el café-concert, entre el humor, la parodia y la ironía. Así el Molière nos recuerda al legendario Bataclán parisino, y las “coristas” cuidadosamente maquilladas, con simples cambios de vestuario contribuyen a generar el frenético ritmo del espectáculo. Las sillas y los percheros son manipulados de tal manera que forman parte de la coreografía, son prolongaciones de cada cuerpo que se deslizan sin dificultad. El espacio escénico, aunque es reducido, adquiere mayor volumen porque se proyecta más allá de los límites físicos del mismo, como si cada elemento adquiriera vida propia, a la vez que cada cuerpo con sus particularidades construyen una propuesta artística sólida 3.


Desbocado libro original, dirección y coreografía Leandro Gazzia. Elenco: Leandro Gazzia. Cantantes: Gonzalo Álvarez, Vanesa Martinez. Bailarinas: Rocío Juri, Malu Lafogiannis, Verónica Pacenza, Yanina Ruiz Díaz. Bailarina suplente: Sofía Sancinetti. Dirección vocal / asistente de dirección: Francisco Caimmi. Vestuario: Alfredo Miranda. Arreglos / música original: Gustavo Calibrase. Asistente de coreografía: Verónica Pacenza. Stage manager: Viviana Pastorino. Producción general: Claudia Muscatello. Prensa: Tehagolaprensa. Molière Teatro - Concert.


1 Antonio Gasalla recuerda el café concert: “Al principio, el café concert tenía un espíritu grupal, con seis o siete en una misma noche. Y casi todos cantaban. Nosotros quedamos identificados con el café concert porque de toda la gente que estaba en ese mettier éramos los únicos que hacíamos humor y hablábamos con el público. Y eso pegaba. A pesar que eran los años 60, el teatro tenía códigos muy rígidos. El cómico era alguien que no se sabía muy bien de dónde salía y que un día lograba su consagración en la revista. Lo máximo era llegar a encabezar el Maipo o el Nacional. (Radar, 25/6/2000, por JJ Boido y C. Zeiger) Pero donde realmente juegan a la alquimia con el género es cuando lo definen en una canción:


Porque está muy de moda/
y parece una joda/
todos quieren hacer
/café concert/
los hay insalubres y cubiertos de mugre /
mientras hacés franela /
te insultan a tu abuela/
también hay muy lujosos/
con elegantes mozos/
verás grandes artistas /
y muchos alcoholistas/
Desde las grandes actrices /
hasta los aprendices/
y también meretrices/
que los harán felices/
suelen ponerse plumas /
o mejor ya ninguna/
puede ser pianista/
o quizás un guitarrista /
porque está muy de moda /
y parece una joda/
todos quieren hacer /
café concert/
y yo también
“Café concert” de Alberto Favero y Antonio Gasalla


2 Autor, coreógrafo, actor y cantante. Leandro Gazzia, es un artista multifacético que comenzó su carrera de la mano de Pepe Cibrián Campoy. Participó como protagonista o co-protagonista en numerosas comedias musicales: Drácula, Las Mil y una Noches, el Fantasma de Canterville, Calígula, Aquí no podemos hacerlo y Alondra. Trabajó con grandes figuras del espectáculo como Laura Fidalgo, Denise Dumas, María Eugenia Ritó, Raúl Lavié, Ethel Rojo, Norma Pons, Claudia Lapacó, Marcelo Mazzarello y El Negro Álvarez, entre otros. Premios Carlos 2004 (Mejor Bailarín por Humor Gitano). Carlos 2010 (Mejor Cuerpo de Baile por Bajo sin Tintos)

3 Cuadros de la Obra:



1-   PRESENTACIÓN/ ESTAREMOS TODOS JUNTOS/ COREO
2-   AGENDA MEDIÁTICA (monólogo sobre los medios)
3-   LOMO Y BULTO (coreografía)
4-   SOY BATACLANO (coreografía)
5-   CUANDO ESTES VIEJO Y PELADO (canción)
6-   AMOR, AMOR, AMOR...   TE QUIERO (canción con monólogo)
7-   QUÈ HUBIERA PASADO? (canción del aborto)
8-   MONÓLOGO BOLUDOS / EL TIEMPO NO TIENE NADA QUE VER (canción)
10- PUNTOS DE VISTA (MONÓLOGO RELIGIÓN)
11- PACHANGA POST-CONCILIAR/ COREO
  
12- AUDIO POLÍTICOS / DE QUÉ SE RIE?
14- SKETCH ARGENTINA
15- FERNANDO, POR DIOS! (canción)
16- PATADAS (canción+coreo)
17- TANGO MASOQUISTA (canción+coreo)
18- SKETCH GENERACIONES
19- LA COSA (canción + coreo)
20- POR QUÉ CANTAMOS (canción)
21- CONCLUSIÓN
22- SI TIENE SOLUCIÒN (racconto de la obra)
23- FINAL














El malentendido (1944/2011) de Albert Camus



Albert Camus1 perteneció al movimiento humanista post –segunda guerra mundial, amigo y luego adversario político de Jean Paul Sartre2, defensor de Argelia, su país de nacimiento, produce desde la literatura una dramaturgia que se basa en los interrogantes éticos de su época. Afirmaba que el fin no justificaba ningún medio, en cuanto a los costos éticos políticos que el comunismo de Stalin había producido y que para la conciencia de muchos de los hombres de izquierda, incluido Camus, eran intolerables. Pero ese interrogante desde el mundo de la ideas, se traslada en El malentendido al pequeño escenario burgués, donde la pregunta es hasta dónde debemos llegar en el afán de lograr lo que queremos, y cuáles son los costos de nuestra desmesura. La otra pregunta que queda en suspenso en todo la obra, es el papel de Dios en ese universo que parece sólo ejecutado por los hombres y sus acciones, para bien o para mal. El absurdo de una vida donde encontrar un sentido verdadero que la haga merecedora de ser vivida es también un tema que la pieza trata. Ese pensamiento no dogmático que lo separó de la filosofía sartreana es el que hace que sus obras sean aún leídas con interés por el campo teatral. Haydee Ortubia (en su primer trabajo de Dirección) logra vencer la dificultad de poner en escena un texto dramático complejo y oscuro. El espacio escénico de Puerta Roja es utilizado en todos sus recursos pero la iluminación lo recorta, lo cierra, y deja en general la sala en una densa penumbra creando la atmósfera necesaria para el desarrollo de la acción dramática. Paneles negros a un lado, como si fueran los acantilados que nunca verá Marta (Ana Riveros), y en el lado opuesto, un siniestro albergue, espacio donde no hay lugar para los sueños y contiene a los personajes sin posibilidad de alguna salida. El texto espectáculo da cuenta de la imposibilidad de reconciliación de los opuestos: pasado / presente, odio / amor, locura / sensatez. Además, las tonalidades del marrón, tanto en el vestuario como en los objetos, le imprimen a la puesta en escena un tinte sepia, como entre algo antiguo y algo con un cierto ensueño, que nos traslada a un tiempo otro, no por eso menos intenso o menos asfixiante. Si Dios es indiferente, o si no hay Dios es el interrogante que deja la puesta de El malentendido. En ese mundo pareciera que los hombres se rigen por leyes propias, códigos relativos que cada uno puede tomar o abandonar según las circunstancias. Conservarlas, fundar la existencia en una ética que no sea muelle al deseo o la necesidad es la propuesta que Camus planteaba desde todos sus escritos. Una ley que se parece mucho a la mirada omnipresente divina, o una esencia humana que no debe abandonarse a lo efímero sino buscar la trascendencia.






El malentendido de Albert Camus. Elenco: Patrizia Alonso, Tito Hammer, Darío Julio, Ana Riveros, Erika Ruth. Diseño de Luces: Pablo Quiroga Música: Claudio Guerreiro. Fotografía: Fernando Carrera. Diseño Gráfico: Vicu Vázquez. Asistente de Dirección: Viviana Sosa. Prensa: Laura Brangeri. Dirección: Haydeé Ortubia. Sala: Puerta Roja








1 Albert Camus (Mondovi, Argelia, 7 de noviembre de 1913 - Villeblevin, Francia, 4 de enero de 1960) fue un novelista, ensayista, dramaturgo y filósofo francés nacido en Argelia. En su variada obra desarrolló un humanismo fundado en la conciencia del absurdo de la condición humana. En 1957, a la edad de 44 años, se le concedió el Premio Nobel de Literatura por «el conjunto de una obra que pone de relieve los problemas que se plantean en la conciencia de los hombres de hoy».En 1935 comenzó a escribir El revés y el derecho que fue publicado dos años más tarde. En Argel funda el Teatro del Trabajo que en 1937 reemplaza por El Teatro del Equipo. En esos años, Albert Camus abandona el Partido Comunista por serias discrepancias, como el Pacto germano-soviético y su apoyo a la autonomía del PC de Argelia respecto al Partido Comunista Francés. En 1940, el Gobierno General de Argelia prohíbe la publicación del diario y maniobra para que Camus no pueda encontrar trabajo. Camus emigra entonces a París y trabaja como secretario de redacción en el diario Paris-Soir. En 1943, trabaja como lector de textos para Gallimard, importante casa editorial parisina, y toma la dirección de Combat cuando Pascal Pia es llamado a ocupar otras funciones en la Resistencia contra los alemanes. El anarquista Andre Prudhommeaux lo presentó, en 1948, por primera vez, en el movimiento libertario, en una reunión del Círculo de Estudiantes Anarquistas, como simpatizante que ya estaba familiarizado con el pensamiento anarquista. Camus escribió a partir de entonces para publicaciones anarquistas, siendo articulista de Le Libertaire (precursor inmediato de Le Monde libertaire), Le révolution proletarienne y Solidaridad Obrera (de la CNT). No dejó de luchar contra todas las ideologías y las abstracciones que alejan al hombre de lo humano. Lo definió como la Filosofía del absurdo, además de haber sido un convencido anarquista, dedicando parte importante de su libro "El hombre rebelde" a exponer, cuestionar y filosofar sobre sus convicciones, y demostrar lo destructivo de toda ideología que proponga una finalidad en la historia. Camus murió el 4 de enero de 1960, en un accidente de coche cerca de Le Petit-Villeblevin. Entre los papeles que se le encontraron, había un manuscrito inconcluso, El primer hombre, de fuerte contenido autobiográfico y gran belleza. Camus fue enterrado en Lourmarin, pueblo del sur de Francia donde había comprado una casa.

2 Su ruptura con Jean-Paul Sartre tiene lugar en 1952 tras la publicación en Les Temps Modernes del artículo que éste encargó a Francis Jeanson, donde reprochaba a Camus que su rebeldía era "deliberadamente estética" expresada principalmente en la obra de Camus "El mito de Sísifo". En 1956, en Argel, Camus lanza su "Llamada a la tregua civil", pidiendo a los combatientes del movimiento independentista argelino y al ejército francés, enfrentados en una crudelísima guerra sin cuartel, el respeto y la protección sin condiciones para la población civil. Mientras leía su texto, afuera, una turba heterogénea lo injuriaba, y pedía su muerte a gritos. Para él, en aquella guerra, su lealtad y su amor por Francia, no impedía el cabal conocimiento de la injusticia que vivía el pueblo argelino, depauperado y humillado, como tampoco podía impedir su amor por Argelia que se reconociera deudor de una lengua, una cultura y una sensibilidad política y social indisolublemente unidas a Francia. Existen corrientes de opinión que afirman que esta ruptura nunca tuvo lugar realmente. La confusión entre las cartas a Sartre enviadas en la década del 1932 al 1954 fue el indicador de que Camus negaba su influencia, achacándola a 'malentendidos intencionados'. Futuras indagaciones siembran dudas sobre la autoría real de esas cartas. Sin embargo, en el libro de memorias de Simone de Beauvoir, La fuerza de las cosas, la escritora pareja muchos años de Sartre hace referencia a las discusiones entre ambos escritores.











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